Capitulo 25. Voces extrañas

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<<Quiero que sepas que siempre estaré a tu lado>>.

<< ¿Nunca me dejaras? >>.

<<Nunca>>.

<< ¿Lo prometes? >>.

<<Si>>.

<< ¿Me cantas? >>.

<<Claro>>.

<< ¿Y también me abrazas? >>.

<<Por supuesto>>.

<< ¿Estas feliz? >>.

<< ¿De tenerte aquí conmigo? >>

<<Si>>.

<<Estoy feliz de que estas en mis brazos>>.

<<Yo también lo estoy>>.

<<De haberme matado>>.

<< ¿Qué? >>.

<< ¿Estas feliz de que lo conseguiste? El haberme matado>>.

<<Pero... ¿Qué me estás diciendo?>>.

<< Tú me mataste>>.

<<No>>.

<<Si>>.

<< ¡¡No!! Es mentira>>.

<<Sí>>



– ¡No...! – despertó dando un grito aterrador. – Déjenme tranquila – se llevó las manos a los oídos y comenzó a patalear. Esas voces tan extrañas habían regresado una vez mas y no solo eso, si no que de nuevo había aparecido esa persona, el hombre alto de cabello negro con barba. Esta vez lo había visto a la perfección en sus sueños. Ya no era una neblina que le cubría la cara y lo hacía ver borroso.

<< ¡Todo fue tu culpa! >>.

<<Por eso nadie te quiere>>.

<< ¡¡Eres una maldita egoísta que solo piensa en si misma!!>>.

<< ¡¡Tu culpa!! >>.

<< ¡Por tu maldita culpa él se fue!>>.

– ¡¡No!! ¡Déjenme tranquila! ¡¡No!! – gritó. Bajó  de la cama desesperada, aun con las manos en los oídos. – ¡Váyanse!

<< Vas a pagar lo que has hecho>>.

Las voces comenzaron a atormentarla y ella no podía hacer nada para callarlas.

– Ya no más – empezó a llorar. Desesperada, tomo lo primero que se cruzo en su camino y lo aventó contra la puerta. Luego fue hacia su espejo y lo comenzó a golpear con las manos hasta que quedaron llenas de sangre. – ¡No! – terminó por hacerse en ovillo en una esquina de su cuarto. – Váyanse, por favor – suplicó.

– Ann – entro Laura al cuarto de su hija. – Cálmate, todo va a estar bien – dijo yendo hacia donde estaba ella.

– Diles que se vayan, diles que me dejen – gritó.

<<Tú tuviste la culpa esa noche>>.

En la puerta aparecieron Mike y Yanees.

– Que le está pasando a Ann – preguntó asustada por los horribles gritos que daba su prima.

– Tráeme la caja azul que está en el armario – le ordenó Laura a Mike. Enseguida el hizo lo que le pidió y le llevo la caja. Laura saco una jeringa con un pequeño frasco donde había un líquido transparente.

– ¡¡Váyanse ya!! – siguió gritando Ann. – ¡Yo no tengo la culpa de nada!

– Ayúdenme a sujetarla – les dijo Laura a ambos.

– ¿Qué le va a hacer? – preguntó Yanees aterrada.

Laura con la jeringa en la mano, para inyectar el líquido a su hija, volteo a ver a su nueva sobrina con una mirada culpable – La estoy ayudando a olvidar – le insertó la aguja en uno de sus brazos y pronto se quedó dormida.

<<Nunca te podrás librar de mi Ann>>.

Secretos dentro de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora