– ¿Dónde estás? – preguntó Ann.
– Voy para la casa – dijo Sam.
– Te veo en media hora allí.
– ¡¡No!! – dijo exaltado.
– ¿Por qué? ¿Sucede algo?
– Voy a tardar en llegar – murmuró.
– ¿En donde estas? ¿Y porque de repente bajaste el tono de tu voz?
– ¡Trent! Ya te tardaste – le llamó Isabella. Sam hizo una señal indicándole que ya no tardaba y ella se fue.
– ¿Con quién estas?
– Con nadie – respondió nervioso el chico.
– Escuche que acaban de decir Trent ¿Quién es ella?
– Un... ah... Mi compañera de prácticas.
– ¿Sigues en prácticas? Creí que ya habías terminado o al menos eso fue lo que me dijiste.
– Sí, bueno no. La estoy ayudando.
– Aja...
– Es en serio
– Si claro, lo que digas. Porque no mejor dejas de inventar tonterías y me dices que en realidad te la estas tirando.
– ¿Qué? ¡No! Claro que no... Bueno si, es por eso que todavía me voy a tardar un par de horas más – dijo aliviado de que había encontrado una excusa perfecta para decirle a su amiga.
– Sólo no tardes demasiado. Me urge hablar contigo. Paso a tu casa como a las ocho.
– Mejor yo paso en cuanto llegue.
– Vale. Por cierto, ¿Trent también les va a ayudar? – dijo ella burlándose.
– ¿Cómo? – Sam abrió los ojos sorprendido.
– Hace un rato tu amiga mencionó a un tal Trent, supongo que está allí para ayudarles – recordó cuando Isabella lo llamó por ese nombre cuando estaba hablando con Ann.
– Es su hermano, él ya se fue. Es que estamos en su casa y mi compañera quería que se fuera para que estuviéramos los dos solos. Tú entiendes no – Sam no sabía cómo es que se le ocurrían tantas mentiras, pero que sin embargo su amiga se las estaba creyendo.
– Si, me quedo claro – dijo Ann en tono de desagrado. – Muévete y no tardes.
– No prometo nada – finalizó la llamada y guardo su teléfono en uno de sus bolsillos traseros del pantalón.
Entró al comedor donde Todd, Isabella, Peter y Antonio se encontraban sentados alrededor de la mesa. Estaban discutiendo sobre como las ganancias habían ido aumentando en ese año, incluso más que en cualquier otro a pesar de los desfalcos de Marcus.
Sam sabia acerca de ese ámbito, aunque no lo suficiente como para manejar una empresa él solo. Era muy bueno administrando el dinero e invirtiéndolo, lo cual era algo raro porque de eso no dependía su carrera.
– He revisado las cuentas y archivos que Marcus nos estuvo mandando en el transcurso del año y todo parecía ir bien hasta que un descuido de su parte me permitió comprender que habían unas cifras incorrectas – dijo Antonio.
– Fue difícil encontrar las carpetas con toda la información y cifras verdaderas – Peter las sacó de su portafolio y las puso en la mesa para sacar unas hojas. Antonio las tomo y se las dio a Todd.
– Como usted lo suponía, él había estado extrayendo cantidades pequeñas de dinero poco a poco para que no nos pudiésemos dar cuenta.
– ¡Desgraciado malparido! – dijo Todd con un puñetazo en la mesa.
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Secretos dentro de mi
Mystery / ThrillerAnn tiene veintidos años. Él tenía veintidos cuando se enamoró de ella. Ella no es feliz con la vida que lleva ahora. Él era muy feliz cuando estaba con ella. Ella es perseguida por UnderCorp. Él trabajó para ellos. Tenía dieciocho años cuando lo ma...