– Quiero que pongas buena cara cuando llegue por favor. ¿Es mucho pedir? – dijo Laura agarrando unos papeles de la mesa y su abrigo.
– No entiendo porque tiene que venir a vivir con nosotros. Ya tengo suficiente con tu novio de quince años.
– No seas grosera. Es tu prima y somos la única familia cercana que le queda.
– Es media prima de la hermana de tu tía, por lo que ni siquiera sé que es lo que viene siendo de mí – dijo Ann de mal humor.
– Yo tampoco tengo idea, pero me he ofrecido a cuidarla y no pienso cambiar de opinión.
– Claro, de ella si prefieres cuidar y también al holgazán de Mike pero cuando yo te necesitaba ni siquiera estabas para mí – dijo con resentimiento. Laura no supo que decir y mejor se marchó de la casa.
<<Si claro, lo que pensé. Prefieres huir antes que darme una buena respuesta>> pensó negando con la cabeza.
Entró a la cocina y vio que ahí mismo estaba sentado Mike.
– ¿Quieres un poco de helado? – le preguntó él.
– Estas comiendo de mi helado – dijo Ann molesta.
– Esta muy bueno, pero preferiría que solo fuese de limón, con uva le da una combinación muy rara – ella puso los ojos en blanco.
– Dame esto – le arrebató el vaso de helado y lo guardó en la nevera.
– Eso es muy grosero de tu parte – Mike se hizo el indignado.
– Es más grosero comerte la comida de los demás – sacó un plato y se sirvió cereales con leche.
– Tampoco hoy amaneciste de buen humor.
– Por si te das cuenta, nunca amanezco de buen humor. Lo bueno es que pronto me iré de esta casa – dijo saliendo de la cocina. Se fue directo a la sala y se sentó en un sillón con la televisión prendida.
– Ya me dirás que fue lo que te sucedió la otra noche – preguntó él sentándose a un lado de ella.
– T e dije que no había pasado nada. Supéralo.
– No puedes actuar como si no hubiese pasado nada.
– ¿De que estás hablando? ¿Yo no recuerdo nada? – se hizo la desentendida.
– Bien, si puedes hacerlo pero yo sé muy bien lo que vi. Era como si hubieses visto un fantasma. Estabas muy pálida y los gritos que dabas estaban de miedo. Parecías una lunática.
– Escúchame bien. ¡¡No vuelvas a decirme que estoy loca porque no lo estoy!! ¿Quedó claro? – volteó a verlo con los ojos muy abiertos y en verdad enojada. No le gustaba que se refirieran a ella de ese modo. Se sentía como en aquellos días en que todo el mundo la consideraba una desquiciada.
Siguió mirando la televisión hasta que un sonido agudo sonó.
– Ve a abrir tú – dijo Ann como si hace cinco minutos no hubiese pasado nada.
Mike se paró a abrir la puerta desconcertado. Y regresó con una chica de cabello corto color negro con dos maletas. – Creo que ella es tu prima – dijo señalándola.
– ¿Cómo te llamas? – le preguntó Ann con la ceja izquierda levantada.
– Mi nombre es Yanees – dijo un poco asustada la chica.
– ¿Qué edad tienes? – esta vez preguntó Mike.
– Apenas cumpliré los diecinueve – Ann se le quedo viendo por unos instantes a Mike fulminándolo con la mirada.
– Más vale que cuando duermas, pongas seguro porque aquí el novio de mi madre ya ha puesto los ojos sobre ti – le advirtió.
– Eso no es verdad – se quejó él.
– Como sea, no quiero problemas me escuchaste – dijo Ann mirando al televisor comiendo sus cereales.
– Si – dijo Yanees.
– No te hablaba a ti. Me refería a él – señaló a Mike. – Y si te llega a molestar puedes sentirte libre de golpearlo y hasta castrarlo si quieres. Tu habitación está arriba, subes las escaleras y es la segunda a la derecha.
– Gracias – dijo la chica riendo.
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Secretos dentro de mi
Mystery / ThrillerAnn tiene veintidos años. Él tenía veintidos cuando se enamoró de ella. Ella no es feliz con la vida que lleva ahora. Él era muy feliz cuando estaba con ella. Ella es perseguida por UnderCorp. Él trabajó para ellos. Tenía dieciocho años cuando lo ma...