Capítulo 2 "Anécdotas"

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Capítulo dedicado a alondrameliza

Después de entrar a la empresa, la señora Danne me llevó con los estilistas para que le dieran a mi cabello un look diferente a lo que tenía pero sin exagerar.

Cuando estuve lista, la señora Danne me explicó lo que debía hacer en la compañía, y como hoy empezaba me tocaba una sesión con Rosamound y otra con un tal Santiago Norbeth.

Después de la sesión con la empresa de modelos, Lana, Nicky, Kendall y yo salimos a comer para que no nos diera hambre en medio de las sesiones que hacíamos.

Estuvimos en la empresa hasta que dieron las 10 de la noche, sin bromear, y diré que mi primer día trabajando fue en verdad agotador, y vamos ¿quién no se cansaría si la tuvieran todo el día de pie y posando con diferente ropa a cada hora?

Pero conocí a más personas como a Lineth Kristen, Ethel Finde, Jayden Sykes y por último pero no menos importante a Trent Kaufman un súper chico al igual que Jayden.

Trent Kaufman; 20 años, alto, de piel blanca, castaño y de ojos color cafés.

Y Jayden Sykes; 18 años (de mi edad), alto, cabello castaño, ojos cafés y de piel algo bronceada.

Si no fuera porque ellos aseguran que no son hermanos, además de que no tienen el mismo apellido, yo juraría que son familiares, aunque no se parecen realmente sólo en el cabello y los ojos.

Estaba en la hora final de mi segunda semana de trabajo, ya me estaba acostumbrando a ésto además éramos los que más temprano salían de trabajar.

— Kelly, hora de irnos —me dijo Lana y asentí mientras me ponía mi suéter.

Tomé mi bolsa y caminé detrás de Lana hasta el estacionamiento donde nos esperaban Kendall, Sebastian, Connor y Nickole.

— Ya era hora, me estaba aburriendo —dijo Sebastian con los brazos cruzados y recargado en su coche, un Porsche color blanco demasiado bonito para ser sincera.

— Relaja la raja —le dijo Lana con un tono tipo hippie que a todos nos hizo reír.

— No y jamás vuelvas a decir eso —le advirtió Seb mostrándose algo serio.

— ¿Nos vamos? —preguntó Kendall entre risas y asentí.

— Nosotros igual, así que Nick sube al auto —ordenó Connor y negamos con la cabeza.

— Odio que mi coche esté en el taller —murmuró Nicky al despedirse de nosotras y reímos.

— Yo puedo llevar a Nicky a su casa, claro después de que vayamos a cenar —les propuso Lana a los hermanos Evan y ellos se miraron entre sí con algo de desconfianza.

— No creo... —comenzó Seb pero Lana lo interrumpió.

— Oh vamos, no sean un par de amargados. Prometo que Nicky llegará antes de las 12 de la noche —pidió Lana y Connor la miró con burla.

— ¿Como la Cenicienta? —preguntó y sin poder evitarlo solté una carcajada.

— Okey yo me voy —dije y subí al auto después de despedirme de todos.

Kendall subió a su auto del lado del copiloto y comenzó a conducir directo a casa.

— He conocido a Kian Delaney —dije de la nada y Kendall enfrenó de repente.

Benditos Sean los Cinturones de Seguridad... Mi cara se los agradece de lo más profundo de mi corazón.

— ¿Cuándo, dónde lo conociste? ¿Qué te dijo? —me preguntó mientras ponía el coche de nuevo en marcha.

— ¿Cuándo? Hace unos días ¿Dónde? En las carreras ¿Qué me dijo? Pues prácticamente nada, casi no hablamos —respondí agarrando fuertemente el cinturón de seguridad, en verdad me había asustado.

— Okey, creo que es hora de que sepas más acerca del pasado —me dijo parando en un semáforo que marcaba rojo.

— Entonces soy toda oídos —dije esperando que ella comenzara a hablar de mi pasado.

— Kian Jared Delaney, inteligente, guapo, aficionado a las carreras de autos y motos. Un chico increíblemente tierno y sincero, pero sin duda un puto bipolar. El chico te amaba totalmente, es más supongo que lo sigue haciendo. Cuando tuviste el accidente él se fue a estudiar a España por una temporada, y ahora veo que ya está aquí. Él se fue porque quiero suponer que ya no pudo con el cargo de conciencia de que te había hecho sufrir varias veces —me comenzó a explicar Keny y yo seguía atenta a su explicación sin aflojar el agarre que tenía en el cinturón de seguridad.

— Creo que debería hablar con él —comenté y Kendall asintió en forma de apoyo.

— Llegamos —anunció después de un rato en silencio.

Estacionó el coche en su lugar y bajamos en silencio, entramos, cerramos y subimos a muestras habitaciones sigilosamente. Nos dimos las buenas noches y por lo menos yo, me acosté a dormir.

****

— ¡Kelly! —el grito de Brad hizo que me asustara y por la impresión, cayera de cara al suelo.

— ¡Maldito idiota! ¡Ésta me la pagas! —amenacé levantándome furiosa y él salió corriendo de allí.

Sin perder más tiempo fui tras él aún en pijama y sin pantuflas... Sólo me interesaba hacerlo sufrir por ésto.

Llegamos hasta el comedor y ahí ya estaban todos quienes nos miraban divertidos mientras corríamos alrededor de la mesa, pero no me detuve ante eso y seguí corriendo atrás de Brad que sólo reía mientras corría.

Ojalá se caiga de culo y se desinfle totalmente.

Estaba a centímetros de alcanzarlo cuando aumento su velocidad, me dí cuenta que no lo alcanzaría así que yo también aumenté mi velocidad y me lancé contra él por la espalda, haciéndolo caer conmigo sobre él.

Al caer todos rieron excepto papá que sólo negaba con la cabeza mientras nos veía. Comencé a golpear a Brad sin hacerle daño y de pronto él se volteó así que quedé en el piso.

Brad se levantó muy tranquilamente y se sentó a desayunar, mientras yo seguía en el piso. Me levanté y me senté en mi lugar.

— Al fin se quedan quietos —murmuró papá algo agradecido pero lo alcancé a escuchar, así que le lancé un servilleta de papel que hice bolita.

Papá me miró, negó riendo y me lanzó la servilleta de regreso.

—!¿Y si vamos a la playa? —preguntó Jake pero nadie habló.

— La última vez que fuimos comenzaste a gritar como desquiciado porque un pedazo de alga se había enredado en tu pierna —Keegan rompió el silencio. Papá, Serena, Keller y Will soltaron una carcajada.

— ¿En serio pasó eso? —preguntó Will riendo y Jake lo miró mal.

— No —respondió cruzándose de brazos. Automáticamente todos nos quedamos viéndolo— Bueno tal vez pudo pasar.

Y dicho eso todos comenzaron a reír nuevamente.

Todas las aventuras y locuras de la familia comenzaron a contarse mientras desayunábamos.

Como cuando papá regañó a Jake y Keegan por haber pintado a los gatos de la vecina, de un color rosa fosforescente que brillaba en la oscuridad; O cuando papá corría por toda la cada con Clare detrás de él con una sartén en la mano por haberse comido los brownies que había preparado para nosotros; O también cuando Brad y Keller nos habían dejado encerradas en el salón de juegos a Lana, Kendall, Serena y a mí, por venganza por haber liberado a sus hámsteres.

También cabía destacar cuando Keller había vestido a April de Pokemon para llevarla al parque y presumir a su pequeño picachu.

Y mi día libre pasó así, entre risas, historias, recuerdos y sobre todo entre familia.

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Kellyanne Denovan en multimedia.

Nada Es Imposible (CMV #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora