Riley Kaufman me miró sorprendida al igual que Skyler.
Riley estaba un poco más alta pero lo que en realidad me llamó la atención fue que estaba embarazada, lo notaba por su pancita crecida que hacía que su abrigo se amoldara, debía tener unos siete u ocho meses ya que se le notaba un poco cansada.
En cambio Skyler no había cambiado mucho en realidad.
— Kelly, que cambiada estás —dijo Riley rompiendo el silencio.
— Igual tu Riley —dije algo incómoda bajo las atentas miradas de ambas hermanas— ¿Cuánto tiempo tienes de embarazo? —pregunté para quitar la tensión.
Y al parecer lo logré ya que ambas hermanas sonrieron.
— Ocho meses y una semana —dijo acariciando su vientre con amor.
-— ¿Y ya sabes que será? —pregunté contenta por ella.
— Niña, será una hermosa niña, pero Logan no sabe —dijo sonriente.
— ¿Y Adrien, Skyler? —le pregunté y ella me miró.
— Amm, se quedó con Jayden y Caleb —me respondió y después de unos minutos que nos quedamos calladas, volvió a hablar— Kian debería de conocerlo algún día —me dijo directamente mientras Riley hablaba por teléfono.
— Lo sé, sé que no debo de ocultarle nada pero no tengo la menor idea de como reaccionaría Kian —dije y ella asintió.
— Sólo espero que él lo conozca —me dijo pasando a mi lado— Dale la oportunidad de conocer a su hijo —me pidió y entró a la cocina.
Subí las escaleras pensando en lo que Skyler me había dicho, ella tenía razón, no puedo negarle la oportunidad de que él conozca a su pequeño hijo, pero realmente tengo miedo. Si Kian se enojaba o si al contrario se ponía feliz...no sabía lo que pasaría.
Caminé hasta la sección de nuestras habitaciones y entré con mucho sigilo al de Kendall.
Como siempre ella estaba a mitad de la cama sobre el edredón, boca abajo, con un brazo fuera de la cama y el cabello todo enredado... Sí, en definitiva ella tenía su estilo para dormir. Caminé intentando no hacer ruido y cuando estuve lo suficientemente cerca de la cama de mi hermana, me agaché hasta la altura en la que estaba su cabeza.
— ¡Hora de despertar! —grité haciéndola saltar incorporándose en la cama mientras yo me descostillaba de la risa.
— ¡Eres una maldita hija de mi mamá! —me gritó levantándose para lanzarse a mi e inmediatamente comencé a correr.
Salí de su recámara y bajé las escaleras a toda prisa con ella corriendo tras de mí, aún en pijama y sin zapatos.
Corrí hasta la sala donde Alex, Alexa, Aaron y April miraban las caricaturas atentos. Estaban viendo Mickey Mouse y aprovechando la situación corrí hacia los sillones, poniéndolos como defensa contra Kendall quedando ella delante del sillón y yo atrás del mismo.
— Juro ... que ... que ... mim ... mi... inten ... ción ... sólo ... era ... despertarte —dije entrecortadamente por que no dejaba de reír.
Los niños nos miraban con atención sin comprender que hacíamos allí. Kendall trataba de llegar hasta mi, pero yo me iba al lado contrario. Ninguna de las dos nos moviamos ya que si lo hacíamos la otra se movía.
— ¡Y lo lograste maldita! —me reclamó mientras se movía a la derecha del sillón así que me moví hacia la izquierda— ¿Y si tengo problemas cardíacos? ¡Hubiera muerto el día de mi boda!- me reclamó ofendida pero solté una carcajada que hizo que mi estómago doliera más y que los niños comenzarán a reír también.
— Oh vamos... eres difícil de matar maldita suertuda —dije controlando mi risa pero ahora veía que éramos el centro de atención, y no sólo de los niños, sino también de los presentes.
Supongo que los gritos llamaron la atención. Pero Gisselle ni aun así daba señales de curiosidad por sus hijas... o bueno por mí.
En la puerta de la cocina estaban Maddi, mamá, Brad y Keller, mientras en las escaleras estaban Will, Serena, Audrey y Alex, los mellizos venían en pijama y aún se les notaba adormilados pero aún así estaban atentos. Y las Kaufman junto a Emma estaban recargadas de la pared.
— Pero como podías saber eso estúpida —me dijo moviéndose a la izquierda así que yo corrí hacia la derecha.
— Estúpida es una mala palabra —le regañó Aaron mientras miraba a Kendall con el ceño fruncido y un pequeño puchero y reí por la forma en que Kendall se había quedado callada.
— ¡Ése es mi hijo! —gritó Brad ganándose un golpe por Keller y una mirada fulminante de Kendall.
— Lo siento amor, pero esa tonta se lo merece —le dijo volteando a verlo, así que aproveché que se distrajo y corrí hacia la salida de la sala.
Kendall se dió cuenta y corrió hacia mi, iba hacia la puerta pero ésta se abrió de pronto y me encontré con Jake, logré detenerme antes de chocar pero Kendall no. Así que Kendall chocó conmigo, yo con Jake, pero la persona que estaba atrás de Jake se quitó y éste cayó directo en el suelo con ambas encima de él.
— ¡Ooouuch! —se oyó la expresión de todos y en verdad tenían razón.
Aunque había caído sobre Jake, me había golpeado los codos y Kendall me estaba aplastando así que entre ella y Jake me estaban haciendo sándwich y por desgracia yo era los ingredientes de en medio.
— Kendall, levantate —dije sin poder hablar bien por que me faltaba el aire— Si haces dieta de una vez te digo que no sirve —dije cuando ella se levantó.
Rodé hacia un lado dejando libre al pobre de Jake. Él se levantó y me ayudó a ponerme de pie, después me abrazó y escuché que cerraron la puerta.
— ¡Que genial que estés aquí! —me dijo casi dejándome sin aire pero cuando mis pulmones comenzaban a implorar algo de oxígeno él se separó mirándome fijamente— ¿A qué hora llegaste? —me preguntó serio y me encogí de hombros.
— Como hace media hora —dije restándole importancia.
— Bien, pues espero que estés por aquí unas cuantas semanas —me advirtió y caminó hacia las escaleras sin dejarme contestar.
— Hola Kell —volteé lentamente.
Oh Por Dios.
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Nada Es Imposible (CMV #2)
Teen FictionUn chico castaño bajó del auto al que le había ganado. - Buena carrera -dije extendiendo mi mano hacia el chico que me examinaba meticulosamente, pero él no me incomodaba, es como si estuviera acostumbrada a su presencia. - Has mejorado -dijo sonri...