Imaginas Con Exo [#Wattys2015]

Gimnasia (Tao y tú) Parte 3/3

-¿Va a venir aquí?- Preguntó la rubia mientras se subía el apretado vestido rojo hasta los muslos.

-Sí. Pensé que si íbamos al gimnasio, sería extraño. Así que, estaremos aquí.- Yusoo asintió y se colgó el bolso en el brazo.

-Bueno. Me iré con Kookie. Envíame un mensaje cuando el director cierre las puertas, para entrar por la puerta trasera.- Asentí y le eché un vistazo a su vestimenta. Su vestido era tan corto, que parecía una camiseta.

Pero; ella es libre de hacer lo que quiera a fin de cuentas.

-¡Usa condón!- Grité cuando salió por la puerta. Escuché una risa femenina, y sonreí.

La juventud de ahora.

Estaba usando ropa deportiva, y había una pequeña toalla en el suelo para 'practicar'.

Los profesores se quejan cuando alguien llega tarde a clase. Pero si ellos se tardan, los alumnos nos tienen derecho de decir nada. 

Maldita sociedad. Nadie apoya a los estudiantes,ni a las muchachas, ni a los menores de edad.

-Tao, Tao, Tao...¿por qué tardas tanto?- Me pregunté a mi misma, mientras veía por la ventana.

En el patio, habían chicas comiéndose a besos, algunos visitantes o familiares de las alumnas, y por supuesto, ese director alto 'vigilando'. Porque, está viendo que se sobrepasan, y no hace nada al respecto. Idiota.

Me quedé viendo la ventana, hasta que mi vista se posó en una pareja, con un chico alto al lado.

Eran mis padres...y mi hermano; Kris.

Escupí por la ventana, pero obviamente, no les cayó nada.

Giré y busqué algo con la mirada. Cualquier cosa que pueda lanzar.

¡Oh! Que pena. Parece que hoy caerán penes voladores.

Cogí el consolador que estaba escondido bajo la almohada de Yusoo, y se lo lancé a mi hermano, que por un momento se quedó estupefacto.

Mi padre giró para ver de donde había salido eso, pero le tire otro consolador del cajón de la habitación.

Mi madre se fué corriendo, y el director recogió los consoladores y los tiró al tacho de basura.

¡Oye! ¡Eso es un desperdicio! Está botando algo útil.

Me reí tan fuerte, que mi hermano dirigió su mirada a mi ventana. Sus ojos se abrieron tanto, que fue corriendo hasta la puerta de los dormitorios.

Gracias a Dios, estoy en el quinto piso y no hay ascensor. Idiota. Y ni siquiera sabe que número es mi recámara. Será difícil que haga algo.

Tres golpes se escucharon en la puerta y ví por la ventanita quién era. Tao. Huang Zitao.

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-Tienes que flexionar más la rodilla.- Dijo el pelinegro un poco cansado de haberlo repetido 50 veces.