El vecino de enfrente

Capítulo 38

Vi la ambulancia y salí corriendo hacia la vereda de la casa, donde estaban los médicos llevando hacia el vehículo a Gian sobre la camilla con rueditas. Estaba consciente pero sólo miraba el cielo. Me dirigí hasta los padres de él, que estaban abrazados y llorando. Les consulté que le había pasado, y me dijeron que se resbaló de la escalera. También me contaron que le dolía mucho la pierna izquierda y el brazo izquierdo, ya que había caído al suelo sobre ese costado. Ellos llamaron rápido a la ambulancia y luego sucedió esto. La caída había sido un rato después de que se fueran los amigos de su padre de la casa.

* ..... *

- Cómo estás? - le pregunté a Gian, que estaba acostado en su sillón, ya que no podía subir las escaleras para ir hasta su habitación -.

- Bien, por suerte mejor.. Lo que si, me joden ambos yesos - dijo -.

Gian anoche se había ido al hospital en ambulancia, y sus padres fueron con él. Pero yo me quedé en mi casa, ya que Pamela me dijo que cualquier cosa me mandaba un mensaje. Gian acabó con su brazo y pierna enyesados y le dieron el alta recién hoy a media mañana.

Él estaba con una remera suelta azul y una bermuda negra, ya que con el yeso se le hacía difícil ponerse un pantalón largo. Me miraba triste y con los ojos hinchados de tanto llorar del dolor que le había causado la caída y sus consecuencias. Él sabía que me tendría que ir a mi casa pronto, porque hace rato que estaba con él, primero en el hospital, el traslado a su casa y luego el primer rato de reposo. Pero decidió romper ese silencio para nada incómodo en el que nos mirábamos mutuamente.

- Los médicos me dijeron que no puedo ir a la escuela porque es una locura que vaya en silla de ruedas, ya que en muletas es imposible por el yeso del brazo - dijo algo frustrado -.

- Es que es cierto, estás todo roto - dije -. Te fracturaste una pierna y un brazo, tenés que descansar -.

- Pero voy a extrañar todo. Hasta al viejo agrio de Matemática - dijo y ambos reímos -.

- Como no extrañar a ese viejo amargado? Si es ese que ni poniéndole la mejor comedia del mundo se ríe.. Viejo pelotudo.. - dije - Bueno, me tengo que ir yendo, porque tengo que almorzar -.

- Bueno, pero después aunque sea mandame mensajes por WhatsApp -.

Me fui a mi casa luego de darle un beso. Comí, me lavé los dientes y acompañé a mi familia a ir al supermercado que está cerca. Suerte que hasta los feriados abren.

* ..... *

- Ayudame, Carolinaaaa - me dijo mi hermana desde la puerta con tres bolsas, ya que yo estaba acomodando las bolsas que yo misma había llevado adentro -. Dale, boluda, que las bolsas me van a cortar los dedos! -.

- La boquita, mocosa mal hablada de mierda! - dije yendo a la puerta a buscar las bolsas que cargaba mi hermana.. No se como la aguanto -.

Tomé las bolsas, le saqué la lengua y me dirigí a la cocina, donde mamá me estaba ayudando a acomodar las bolsas que Camila y yo le llevábamos.

Cuando al fin acabamos, subí a mi habitación y le mandé un mensaje a Gian preguntándole cómo estaba. Me preocupé porque al cabo de 15 minutos él aún no me había contestado. Decidí pensar que seguramente estaba durmiendo y me metí un rato en Wattpad a leer.

32 minutos leyendo y Gianluca aún no me contestaba.

Bajé a la cocina para buscar algún postre para comer y me asomé por la ventana. La casa de Gian no mostraba alteraciones de ningún tipo, pero me preocupaba que Gian estuviera sólo, ya que hace un rato oí el auto de su madre salir.

Mis nervios subieron al mango cuando de la puerta de la casa salió una rubia oxigenada con un vestido que apenas tapaba sus partes. Parecía un gato barato sacado del boliche mas mediocre de todo Rosario. Lo peor era que esa rubia no era una rubia cualquiera, sino, una rubia muy conocida: Dalia.

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Holaanda! Cómo les va?

*Maldita Dalia, zorra de cuarta..*

Qué onda con la aparición de Dalia, que supuestamente estaba de novia con una chica?

Bueno, espero que les guste el capítulo.. Por favor voten y comenten..

Les dejo un beso grrrrrande y gracias por todo..

Romi