El vecino de enfrente

Capítulo 56

Luego de ver ese desorden en mi cocina, hice limpiar a Martín, ya que él mismo me había dicho que iba a procurar que no hayan problemas a la hora de cocinar. La comida estuvo deliciosa, Fran tenía razón. Pero espero que aprenda a hacer otras cosas para comer, porque cuando él y Male se casen y tengan muchos hijitos (soy muy futurista, lo sé), no va a poder cocinar fideos con tuco cada vez que tenga que alimentar a sus pobres críos.

Luego del almuerzo, Martín y Fran se fueron cada uno a su casa, dejándonos a Male y a mi solas. Pero no por mucho tiempo nos quedamos aburridas en casa, porque a ella se le ocurrió ir a comprar un regalo de Navidad para su novio, ya que se le había olvidado. Obviamente accedí a su pedido; necesitaba relajarme y dejar de pensar en Gianluca y la chica.

- Y.. ¿vamos caminando? - me preguntó ella confundida cuando le dije que llevemos aunque sea una botella de gaseosa por si nos da calor en una mochila.

- ¿Y en qué pensabas ir? ¿En triciclo? - respondí colocándome la mochila en la espalda.

Ella no supo si reirse por lo que dije o derribarme en la sala de estar para golpearme. Lo noté en sus gestos y su cara.

- Escribí por mí una nota para mi mamá diciendo que volvemos en un rato.. Explicale que vamos al centro a comprar un regalo para tu novio - dije mientras buscaba las llaves de la casa desesperadamente por todos lados.

Male hizo lo que dije y, como es más inteligente que yo, soltó:

- ¿Estás buscando las llaves que están en el llavero que cuelga en la pared?

La miré en plan "Bueno, cerebrito superdotado".

- Gracias, cerebrito. - dije mientras ibamos hacia la puerta para salir de mi casa - ¿No te están llamando de Harvard, querida? - mi sarcasmo hizo que las carcajadas salgan de nuestras bocas a la vez.

El centro comercial no quedaba tan lejos, tal vez a unas diez u once cuadras de mi casa. Por suerte, ambas caminamos rápido y más cuando charlamos.

- Che, ahora llevá vos la mochila, que está pesada - dije de repente, cuando ya nos quedaba solo una cuadra para empezar a ver negocios.

Tomé un poco de la botella de gaseosa, le convidé a mi amiga y le coloqué la mochila en la espalda. Luego seguimos caminando tranquilas.

Paramos en un local de fundas de celulares, que atrajo la atención de mi amiga.

- ¿Le gustará esa funda? - me preguntó de repente.

- ¿Una funda para su celular? ¿Me hablás en serio o me estás jodiendo? - le respondí desconcertada. No puede ser tan poco profunda.

Me fulminó con la mirada y seguimos camino, pero ningún comercio llamaba su atención. Después de caminar varias cuadras sin resultado alguno, le pregunté:

- ¿Al menos sabés qué le querés regalar a Fran?

Ella negó con la cabeza, aunque a mi no me sorprendía.

- Y.. ¿Le gusta algún deporte? - interrogué con el fin de encontrar algo que comprarle.

- Ehh.. - pensó un poco mientras me miraba fijamente - Le gusta el rugby y el boxeo.

- Bueno.. ¿Pensaste en una pelota o una camiseta de Rugby? - dije.

- ¡Eso! ¡Sos una genia! Te amo, quiería que lo sepas - me contestó caminando hacia un local que vendía artículos deportivos. Yo la seguí y quedé mirándola en plan: "¿no se te podía haber ocurrido hace unas 8 cuadras atrás?"

Entramos al local y nos abrocharon el cierre de la mochila para que no nos robemos nada. Típico de los comercios. Consultamos por las camisetas de la Selección argentina de Rugby, llamados "Los Pumas". Male sabía su talle de antemano y se la compramos. Quedamos satisfechas con la elección del regalo. Supongo que le va a gustar..

Salimos del negocio y le saqué el broche a la mochila. Obviamente renegué en voz alta apenas salí por esa puerta, maldiciendo a desde el inventor de esos jodidos broches hasta al guardia de seguridad que lo colocó en la mochila.

Caminamos un par de cuadras charlando tranquilas, hasta que vi algo que casi me hace parar el corazón: Mi papá, con su esposa y un bebé chiquito en los brazos de ella, a tan solo unos pocos metros de nosotras. Male vio como mi cara se transformó y me abrazó, buscando consolarme y tranquilizarme. Caminé hacia ellos buscando explicaciones.

- ¿Y este bebé? - pregunté detrás de mi papá, a lo que él se dio vuelta muy sorprendido y vi en su cara que no sabía qué contestarme.

- ¡Hija! ¿Cómo estás? - dijo e intentó abrazarme, pero me saqué sus brazos de encima violentamente.

- Ya que este mentiroso no me contesta, respondeme vos, hipócrita. - me dirigí a la mujer de mi papá - ¿Ese bebé es hijo de los dos?

- Si.. Es hijo de ambos, tiene dos meses - me contestó con miedo

- ¿Y a qué vinieron a Rosario? ¿No estaban muy felices en Chile? - pregunté indignada.

- A que mi familia lo conozca a Enrique - respondió la zorra refiriéndose al bebé.

- Ah.. Está perfecto - dije enojada, pero la madurez esta vez estuvo delante.

Agarré del brazo a mi mejor amiga y caminé con ella. Seguí camino. No pensaba pelear con ellos de nuevo, pero no por los dos, sino por mi hermano. Él no merecía un escándalo en la calle. Era muy chiquito e indefenso como para estar metido en asuntos de grandes. Ya de mayor se daría cuenta qué clase de personas son sus padres, y decidiría si conocer a sus hermanas o no.

Mi amiga intentó quitarme de la cabeza lo sucedido y la sorpresa de tener un hermanito menor. Llegamos a mi casa, y ya habían llegado mi Camila y mi mamá, pero decidí no contarle nada a ellas, al menos por ahora. Tal vez les afectaría y no quiero arruinar su Navidad. Y aunque la mía no lo esté, cada persona se toma las cosas distinto.

Male se fue después de la cena, y yo me acosté a dormir temprano, pensando en lo que vi ese día. No pude evitar llorar: mi papá no solo había conseguido otra mujer, sino también tiene un nuevo hijo. Lloré hasta quedarme dormida. Lo bueno es que mañana sería un nuevo día, y no cualquiera, sería Noche Buena..

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¡Holita! ¿Cómo me cuentan que están?

Les dejo el nuevo capítulo, espero lo hayan disfrutado..

Se acerca el final y les pregunto: ¿qué quieren que pase? No se.. como que Giaro tenga otra oportunidad, que Caro termine casada con Martín, que venga Brad Pitt y se rapte a Caro..

Los quiero 😘 Gracias por todo..

Romi