Capítulo 41: Chocolate..

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*Qué hago?!*

Me quedé helada.. No supe reaccionar ante su cercanía, que aumentaba a cada segundo.

- Tenés chocolate acá - dijo Rama frenándose y tocando la comisura de mis labios mientras reía.. *Ay Dios mío.. Que alivio* -. No te iba a dejar que andes por la vida con la boca manchada con chocolate.. No soy tan forro -.

- Ahh.. Gracias! - dije mirando sus dedos manchados de chocolate - Gracias también por acompañarme y escucharme.. Me hacía falta.. -.

- No hay nada que agradecer.. A mi me gustó acompañarte y escucharte, me hace bien pasar tiempo con vos - me dijo mirándome con sus ojos.. Esos ojos castaños que me hipnotizaban y me dejaban helada viéndolos.. Yo ya sabía hace tiempo que Ramiro era muy lindo, pero nunca me había detenido a mirar sus ojos tan profundos -.

- Gracias, Rama - dije aún mirándolo a los ojos y él me sonrió -. Bueno, ahora si me voy - me acerqué a él y le dí un beso en la mejilla, a lo que él me respondió con un abrazo -.

Fue un abrazo simple, pero sincero. Parecía haberle salido del alma.. Como de desahogo. Tuve la sensación de que con ese abrazo quiso decirme algo que con palabras no se animaba a decir, pero no pude descifrar qué. Me soltó y me alejé luego de dedicarle una mirada de agradecimiento..

En el camino a casa, no podía parar de pensar en todo lo que me había pasado ese día.. Gianluca, Dalia, Ramiro, sus ojos.. Mierda.

* ..... *

- Carolina! Dale, apurate! Todos sabemos que estás mugrienta, pero yo también me quiero bañar! - me gritó mi hermana que estaba afuera del baño, donde yo me estaba duchando hace algunos minutos -.

- Callate, que la mugre con patas acá sos vos! - le grité como respuesta -.

- Bla bla bla bla - me hizo burla y le pegó a la puerta -.

- Qué culpa tiene la puerta, tarada? - dije, pero no recibí respuesta. Evidentemente mi hermana se había dado por vencida y se había ido a molestar a otro lado -.

No podía parar de pensar.. Cuando llegué a mi casa, no sabía qué hacer. Pero en el camino de vuelta, había transpirado como si hubiese corrido en una maratón. Creo que era el calor, o el nerviosismo que me había causado Ramiro. *Es el efecto de esa mirada*

Cerré la llave del agua y me envolví con el toallón que tenía preparado. Mi pelo también fue envuelto por uno y salí de la ducha. Me miré al espejo y sólo veía a una Carolina normal. No parecía haber sufrido ninguna ruptura ni nada parecido. Pero ese era mi exterior. Por dentro, yo me sentía realmente mal. Y aunque no llorase, yo estaba dolida por lo que había pasado.

Salí del baño y fui directo a mi habitación. Ya no quería seguir torturándome con el tema de Gianluca. No más Gianluca ni Ramiro.

Me vestí y me sequé el pelo. A veces era realmente odioso tener pelo ondulado. La frase debería ser: "De los cuernos, el pelo enredado y la muerte, nadie se salva".

Bajé a cenar. Habían tallarines con tuco listos para el ataque de las da Silva.. La pasta era mi comida consuelo y mi mamá sabía que era una de mis comidas preferidas. Estaba segura de que presentía algo de lo ocurrido con Gianluca.

Cuando acabamos la cena, miramos un poco de televisión. Gracias a Dios ninguna de las dos me preguntó nada de lo que pasó esa tarde. Ambas sabían que me gustaba que respetaran mi espacio, y que si yo no hablaba, ellas no tenían que preguntar.
Me despedí de ambas y me fui a lavar los dientes al baño. Cuando acabé, me dirigí a mi habitación y me puse mi pijama. Era rosa y un poco suelto. No malinterpreten, era rosa, pero tenía un frase en el pecho que decía: "Si, es rosa.. Soy una chica femenina a la que le gusta el fútbol" y tenía un poco más abajo una pelota de fútbol blanca y negra clásica. Chica dulce y ruda? No.. Dónde?!

Preparé mi mochila para la escuela del día siguiente.

- Carolina! La concha de la mona! Te olvidaste de la lección de Biología! - me dije para mi misma en voz alta -.

Agarré la carpeta y me puse a estudiar para la lección que tendría esa semana. Me pasé media hora leyendo, pero no me fue tan duro ya que, al prestar atención en clase, me había aprendido bastante del contenido.

Puse la carpeta en la mochila y me puse a hablar por WhatsApp con mi primo. Que pendejo, siempre las mismas jodas taradas..

Me despedí de mi pariente y me acosté a dormir. Pero habían dos nombres que rondaban en mi cabeza y no me dejan dormir..

Gianluca y Ramiro..

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Holaa! Cómo están?

Bueno, perdón de nuevo por el retraso.. Pero espero que les guste el nuevo capítulo! No se olviden de votar y comentar..

Los dejo, mis alfajorcitos de maicena! *Vos sabés que te robé la frase.. Te amo!*

Besoosss!

Romi

El vecino de enfrenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora