-Buenas noches -canturreó mi padre con tono irónico-. ¿Dónde andabas?
-Estaba con Matilda. Y buenas noches -respondí, tan fría como pude-. ¿Que haces aquí, papá?
-Pues vine a visitarte...
-¿Que, ya me extrañabas?
-Evelyn -dijo llamandome la atención por mi tono arrogante-. Te presento a Rusell.
-Mucho gusto -dije por encima del hombro, sin mucha atención.
-El gusto es mío -dijo el tal Rusell levantándose a estrecharme la mano-, los ultimos minutos estuvimos hablando de ti, Evelyn.
-Que placer el de ustedes -dije riendo-. Estoy cansada, hablaremos mañana.
-Mi niña, al contrario -dijo mi padre interrumpiendo mi partida-, seré yo quien me iré a dormir, tu por favor atiende a Rusell, que es una muy ansiada visita.
-Papaaaaá... -dije como si quisiera hecharle una larga historia- me pasé todo el día ayudando a Matilda en unas cosas, estoy cansada.
-Igual que yo, pequeña -acaricio mi cabeza- buenas noches Rusell, espero que te atiendan como se deba.Mi papá se fue, de nuevo, dejandome no solo en ridículo sino a cargo de una situación incomoda. No sabía de donde venía, de donde lo había conocido, nada sobre este tal Rusell, y ahora tenía que atenderlo como si fuese mi visita, sumandole que estoy cansada, y frustrada. Solo atiné a sonreir mientras me sentaba en uno de los puestos que mi papá había ocupado minutos antes. El me miraba curioso y yo ni siquiera sabía que decirle, mientras hubo minutos de incomodidad me di cuenta de que tenía unos ojos parecidos a los de Ryan, azules, que ahora había descubierto estaban siendo una debilidad.
-¿Que hiciste todo el día, que estás tan cansada? -preguntó Rusell con amabilidad.
-Acompañaba a mi nana a buscar unas cosas.
-¿En dónde?
-Al pueblo -respondí sin pensarlo-. ¿Tu de donde eres?
-Igual que tú, de Villa.
-¿Y... cómo conociste a mi padre?
-No quieres saberlo -dijo serio.
-Si no quisiera, no te hubiese preguntado.
-Mi padre, es amigo del tuyo, y pues como somos de la misma edad nos han presentado.
-¿En que plan? -pregunté curiosa, conocía a mi padre, pero no sus limites-. ¿Tienen intenciones de...?
-Exacto, de emparejarnos -reía nervioso- pero no veo posibilidades.
-¿Que insinúas? -respondí grosera-. ¿Soy muy poca?
-Al contrario, diablos, eres muy boca suelta ¿eh? No creo que te fijes en mí -me sonrojé-, pero quizás podamos llevarnos bien.
-Al menos no eres de esos pretenciosos.
-Ni tu, como yo te creía -sonrió- quizás y si nos llevemos mejor de lo que esperé apenas abriste la boca.Terminando la conversación vencida por el cansancio, Rusell se dirigió a su cuarto y yo al mío, no me dio tiempo de pensar en nada, casi ni siquiera de cambiarme, y pocos minutos después estaba rendida sobre mi cama, sin siquiera arroparme con una manta, como una piedra, rendida.

ESTÁS LEYENDO
Sin complejos.
Hayran Kurgu«Sin complejos es saber vivir solo bajo tus propios paradigmas. Y recuerda que tus paradigmas, son los lentes con los que ves el mundo. Una historia de amor, experiencias y muchos lentes por limpiar.» Segunda publicación. Primera publicación en nue...