Capítulo 35.

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 Es mentira que la culpa, puede comerte, por que sí realmente fuese así no estuviera pensando siquiera esto. En todo el camino solamente me hundía en el remordimiento, Justin no pronunció de nuevo una palabra, este viaje no debió darse. 

No, no es culpa del viaje, es tú culpa Evelyn. ¿Quién te mandó a ti a meterte en esa relación? Si lo único que Justin hizo fue juntarte con Ryan y hablar bien de él. ¡Pero tampoco permitiría que Justin estuviera con una chica que no se lo merece! Y esa es la respuesta, fue por mí amigo, y por su felicidad, y vaya felicidad que le di.

Se bajó moviendo sus pies pesadamente, como si los cargara sin querer hacerlo, Ryan me retuvo un poco más de tiempo para esperar que Justin no escuchara.

-¿Eve, tu lograste hablar con él, cierto? –yo asentí–. No te sientas culpable por favor –me abrazo– Rebecca realmente no era para Justin.
-¡Pero yo no la conozco, no soy quien para juzgarla!
-Pero yo sí, y si te pedí que lo hicieras antes fue por algo. Justin es como mi mejor amigo y no permito que le hagan daño.
-Lo sé –sonreí triste.
-Entonces no te culpes, vi como estabas en el viaje... Deja, obviamente Justin se va a sentir mal, pero se acostumbrará y se dará cuenta que es lo mejor.
-Igual no sabemos si terminaron...
-Hablaré con él. ¿Si? tranquila –besó mi cabeza y se fue en busca de su amigo.

Caminé un poco al rededor de la hacienda al compás de los latidos de mi corazón. Cada vez que latía, daba un paso. Cuando me di cuenta había caminado muchísimo, ¿realmente así era mi corazón? ¿Así de constante? No sé por que estaría pensando eso, pero me vino a la mente los últimos latidos de mi mamá... ¿Como había estado su corazón en ese ultimo momento? Enjuagué un par de lágrimas que estaban corriendo por mi mejilla sin darme cuenta, noté como bajó mi ritmo cardiaco, luego imaginé si cada vez que estaba con Ryan latía más fuerte. De seguro que en vez de caminar, tendría que correr pensé graciosa, porque me había dado cuenta que el olor de Ryan, o verlo por primera vez en el día por la mañana, me hacía emocionarme y sentirme nerviosa. Miré a Justin y Ryan apoyados contra la acerca que daba vuelta en el campo donde corrían los caballos para que no estuviesen quietos tanto tiempo, estuve un buen tiempo apoyada en el otro lado detrás de ellos, cuando se iban y se percataron de mi presencia, Ryan sonrió de una forma que me cautivó y luego vi a Justin, sonriendo, perfectamente, feliz; me animé a querer saber ahora que había pasado... Ryan me abrazó y besó mi cuello inocentemente.

-Ustedes se ven ideales, yo pienso que entre los dos hay un arte –sonrió–, parecen una canción.
-¿Una canción? –sonreí tímida.
-Sí, cuando se ven, sus corazones cantan –los dos nos miramos y me di cuenta que era verdad.  

Sin complejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora