Capítulo 47.

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Sentí que no querría mirarlo a la cara por al menos, una semana. Cuando llegamos al pueblo, fuimos directamente al Colegio donde ahora sería mi lugar de estudiar. Todo estaba listo por la ayuda que nos había brindado Russell y definitivamente todo pasó como deseábamos y en menos de una hora, ya era una nueva estudiante del 'Colegio Bautista'. Compramos todo lo que me pidieron comprara y dimos algunas vueltas en el pueblo antes de ir a casa de Raquel para saludarle. Matilda me pidió que me quedara acompañando a Jean Franco después de saludarle, y así hicimos. 

Una hora después ellas salieron a despedirnos y nos fuimos de regreso para la hacienda. No quería llegar, no quería hablar con Ryan, ni ahora, mirar a Justin, me sentía fatal culpándome por lo que había soñado aunque eso no estaba en mis manos. Nunca había visto a Justin de esta manera, puesto que toda mi atención la había captado directamente Ryan, el pelirrojo de ojos azules con una sonrisa picara sin saber que esconde. Su mirada era penetrante y tierna, su altura era promedio y su cuerpo era trabajado. Se notaba que le preocupaba. Su aliento era tibio y me estremecía cuando me susurraba algo o se acercaba para besarme, era inevitable que sucediera algo así en mí. Cuando nos besábamos, era mágico, porque él hacia que me sintiera protegida y volando al mismo tiempo, que me sintiera inocente y valiente en un solo momento, que quisiera más pero que debía reservarlos. No sabía explicarme, solamente me estaba dando cuenta que era primera vez que sentía algo así de fuerte, algo así de maravilloso.

-Llegamos –comentó Jean Franco, yo me estremecí.
-¿Que pasa Evelyn? ¿Te preocupa algo? –me miró Matilda comprensiva.
-Nada, tranquila –sonreí–, es solo que estoy nerviosa por lo del nuevo colegio...
-De seguro te irá increíble –me iluminó Jean Franco–, serás la nueva chica popular que se robará todas las miradas. –Todos reímos y tuve que bajar a la casa, para mi suerte no había rastro de los chicos, de ninguno de los dos. Entré a mi habitación, me duché, me cambié y me coloqué algo cómodo para salir a buscar algo de tomar en la cocina, aún cuidando que ninguno estuviese cerca. Escuché la voz de Justin y sentí asco de mí misma, así que corrí hacia mi cuarto de nuevo y en el camino choqué con alguien. Su olor lo delató, al menos no era Justin.
-¿Por que corres? –me miró penetrante.
-Es que... tenía que ir rápido al cuarto.
-¿Debes ir al baño? –dijo riendo.
-No, no es eso –me sonrojé.
-¿Entonces, que es tan importante que ni siquiera saludaste cuando llegaste?
-Lo siento –besé su mejilla con delicadeza.
-¿Ya no estás molesta?
-Yo... lo había olvidado –dije soltándome de sus brazos, se apoderó de mí la rabia de nuevo.
-Ya, no te molestes de nuevo, vamos a hablar –susurró contra mí.
-Este bien –dije obligándome a sonreír.
-No, no –dijo pellizcando mi mejilla–, no te quiero ver así molesta, quiero que sonrías de verdad.
-Cuando me expliques todo, lo haré –dije nerviosa porque había pellizcado mi mejilla, como Justin en el sueño. Tenía que olvidar eso, me atormentaría por siempre si no lo hacía.
-Entonces vamos –me ofreció su mano, la tomé con certeza y comenzamos a caminar hacia la sala, allí nos sentamos en el mueble grande mirándonos de frente–. Comenzaré por decirte que lo siento, de nuevo... No pensé que te molestaría algo que para mí, era tan insignificante, quizás no medí que a ella podría importarle, pero como no me preocupaba que pensase ella, me dio igual. Y ella se iría, en ese mismo momento, así que no pensé que a ti te disgustaría que solamente me asomase a decirle 'Adiós' con la mano.
-Pero es que... ella debió pensar que te importaba. Ella me dijo: 'No podrás ser feliz con él si piensa en otra' en sentido de que pensarías en ella.
-Pensaré en ella con odio si dejamos que esto nos distancie.
-No dejaré que eso pase, pero estoy molesta...
-Estabas –besó mi nariz con ternura y yo pasé mis brazos por su cuello, el colocó su frente contra la mía y beso tierna y cortamente mis labios–. Te adoro.
-Ayer me dijiste te quiero –dije divertida.
-Mañana quizás te amaré.

Sin complejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora