Capítulo 22.

4 1 0
                                    


Después de perder de vista a Russell, alcance a donde estaba Matilda para ayudarle en lo que pudiera, no estaba acostumbrada a tener amigos y menos en vacaciones, por lo que siempre ayudaba en lo que podía para distraerme. Sí, asocial, o que no se llevaba con nadie, algo así.

Preparamos unos ponqués con avena y pasas, los favoritos de todos en la hacienda, mi mamá los preparaba con Matilda y todos morían por uno de esos. Cuando estábamos terminando de recoger todo, entraron unas risas corriendo y agitadas, eran Justin y Ryan, venían sudados y llenos de tierra y se tiraron a sentarse en los mesones de la cocina.

-¡No! –les reclamé, inmediatamente ellos levantaron los brazos del mesón y me miraron con culpa en los ojos– estamos cocinando... Mírense.
-¿Cocinas? –preguntó Justin. De repente sentí que alguien estaba llamándome al hombro detrás de mí.
-¿No quieres un abrazo? –me dijo Ryan mientras yo miraba lo sucio que estaba.
-¡No, no! –comencé a alejarme.

Eso se convirtió en un juego y Justin y Ryan comenzaron a perseguirme para abrazarme hasta que Matilda nos sacó de la cocina y los mandó a ducharse y lavarse bien. Al rato yo estaba sentada en unos pequeños escalones y sentí un fuerte olor a perfume acercarse, tuve que cerrar los ojos para disfrutarlo en plenitud; alguien tomo mis hombros y volteé a mirarlo.

-¿Ya? –le pregunté mientras se sentaba a mi lado.
-Sí, ahora se esta lavando Justin.
-Mmh –dije perdida mirando los caballos de camino que Jean Franco estaba sacando a pasear.
-¿Ahora sí me quieres dar un abrazo? –dijo sonriendo mientras abría sus brazos. Yo me recosté en ellos y Ryan término de pasarlos sobre mis hombros, olía tan bien, y estaba fresco. Besó mí cabeza y nos quedamos mirando todo, o nada quizás. Y fue en un momento de esos cuando noté que Justin estaba detrás, apoyado en una columna mirando lo que nosotros también y luego me sonrió, dándose cuenta que lo miraba.  

Sin complejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora