Capítulo 24.

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No entendí la respuesta tajante de Justin, pero me distraje cuando Ryan me abrazó fuertemente y me beso en la mejilla, peligrosamente tan cerca de mi oreja que me estremecí. Justin sonreía preocupado y eso me incomodó, así que en la primera oportunidad pensaba aprovechar para hablar con él. Después de agradecerle a Matilda se me ocurrió agradecerle también a mi padre, después de todo, él me había permitido quedarme.


Caminé hacia la habitación donde se quedaría por la noche, pero me detuve para no interrumpir su llamada telefónica, esperé en la puerta por unos minutos pero estaba comenzando a fastidiarme, pensé en regresar después y me asome para avisarle que había pasado por aquí; él estaba de espalda.

-¿Y cuando se puede mudar? No, la necesito para comienzos de Septiembre. Ya te dije, Evelyn se queda en la hacienda, quiero entonces a mi otra hija conmigo.

¿Mi otra hija? 

Ya va, ¿uh?

Esas palabras habían hecho eco en mi cabeza, sonaron de diferentes tonos, graves, agudos, pero el mismo contenido era quien se repetía: Mi otra hija conmigo

Sí, yo sabía de la existencia de esa otra hija, pero nunca la conocí. Mi padre estaba de vacaciones y había conocido una mujer, un romance, algo pasajero; después conoció a mi madre y se enamoró, la otra mujer había salido embarazada y mi padre juro hacerse cargo mientras su existencia no saliera a la luz publica, eso podría dañar sus metas como político. Cuando esa niña, llamada Abril, tenía un año y seis meses nací yo. 

Nunca la conocí, mi padre la visitaba, salían, pero yo era la dueña de su compañía y amor diario, al menos los primeros seis años de mi vida. ¿Por que mi padre la quería consigo ahora? 

Ahora que yo no estaba –me respondí a mí misma– ¡Eso es, yo no estoy! Quiere alguien que le atienda y le cuide las sombras. Pero me ardía, él estaba no solo suplantandome, sino aprovechandose de ella y hasta usandola.

Sin complejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora