Capítulo 34.

7 1 0
                                    


 Sólo habían pasado un par de días desde que Ryan y yo comenzamos a andar juntos, lo había asumido a la perfección aunque tenía algunos lapsos de inseguridad que él hacía que se perdieran abrazandome o susurrandome cosas. Se comportaba como puedo apostar nadie más lo haría. Esa tarde tuvimos que salir a buscar algunas cosas para Matilda, Justin no había visto a Rebecca desde que hablé con él así que en el aire existía cierta tensión e incognita, Justin de su parte no quiso hacernos ningún comentario así que nosotros tampoco cuestionaríamos lo que pensaba hacer o no.

-¿Ya se desapareció? –pregunté mirando hacia la sala a Ryan que estaba sólo sentado en uno de los muebles.
-Sí, ya se fue –sonrió.
-¿Y por qué estas todavía aquí? ¿No verás a tu mamá?
-La extraño, pero no voy a dejar a mi chica aquí.
-¿Tu chica? –pregunté sonrojada, el asintió y se levanto del mueble, se acercó a mí y me rodeo con un dulce abrazo, en eso Raquel había logrado conseguir unas de las cosas que nos habían pedido. Me intimidé e intente soltarme de Ryan, pero el jugueteando y riendo no me dejo escapar.
-¿Hay algo que quieran contarme? Sobre todo tú, Ryan... –dijo cuestionando graciosa.
-No lo creo, ¿hay algo Evelyn? ¿Algo que yo olvide por ser torpe? –sonrió.
-Tampoco creo –dije bromeando.
-¡Vaya vaya! –dijo Raquel en un tono regañadientes, el pánico se apoderó de mí–. Pensé que Ryan confiaría un poco más en mí, después de todo el tiempo que nos conocemos...
-¡Raquel, vamos! –dijo Ryan conmocionado por las palabras de la tía de Justin–. Solo estábamos bromeando, no te había contado porque sucedió solo hace un par de días... Estamos saliendo ahora –sonrió y me miró.
-Yo también estaba bromeando chicos –dijo riendo, Ryan la miró mal–, no es mi culpa que seas tan inocente, Ry.
-Ya, tu eres mala conmigo, me sobornaste –dijo Ryan haciéndose el dolido.
-No te hagas el dolido, que no te queda. Evelyn, esto es lo que mandó a buscar mi mamá –me entregó una bolsa– ¿Y Justin?
-Está... haciendo... –titubeó Ryan.
-Está comprando unas cosas que faltan –sonreí–. Tenemos que irnos, pero fue un placer volverte a ver Raquel. ¿Cuándo irás a la hacienda? Sería una gran sorpresa para Matilda.
-De seguro que sí –sonrió–, quizás un día de estos me pase, pero no tengo como ir.
-Tú avísame, mandaré a Jean Franco.
-¡De seguro que se pone contento! –comentó Ryan burlón, yo le golpeé con el codo suavemente.

Salimos de la casa de Raquel sin siquiera saber que hacíamos... ¿Buscábamos a Justin? ¿O nos quedábamos afuera esperándole? No tuvimos que pensar mucho porque Ryan de inmediato lo vio caminando hacia la casa, venía con la cabeza gacha y la manos en los bolsillos, parecía triste. Ryan y yo nos miramos y nos sentimos completamente mal, eso significaba que había discutido con su novia, y hasta quizás terminado. ¡Me sentía una basura! Yo había hecho todo eso, si nunca hubiese prestado mi mente para pensar mal de ella y mi boca para hablar de la misma, Justin no se hubiese enterado y no se hubiese enfrentado a su novia, que por cierto le hace sentir inseguro así que en parte es bueno. ¡Pero ahora Justin estaba devastado! En su mirada lo noté, se montó silencioso y partimos mientras yo solo pensaba: "Esa cara Evelyn, es completamente tu culpa, es por ti que Justin esta así.

Sin complejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora