Capítulo 21.

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No había sido una bienvenida agradable, creo que ese era su modo de hacer una gran entrada. Aparecer desagradando a quienes te recibían. Pero estaba igual, había llegado mi papá y tenía que atenderle como a él le gustaba que acostumbráramos.

-¿Que tal su viaje, señor? –preguntó Jean F. educadamente.
-Nada mal –dijo estudiando el lugar– ¿Y Matilda?
-Está terminando el almuerzo –dije llegando con el maletín, Jean Franco de inmediato lo vioen mis manos, corrió arrebatándolo y sonriéndome, a lo que yo le correspondí.
-¿Que comeremos? –dijo mirando despectivamente, como si hubiese algún mal olor cerca.
-¿Tienes hambre? –pregunté al descuido.
-Tú anda a bañarte –me ordenó– y a vestirte, que saldremos a cabalgar con Rusell.
-No –dije seria, mi papá me miró sorprendido pero luego me doblegue– es que no puedo... Además, ¿cuando se irá él?
-¿No te gusta su compañía? –sonrió fríamente–. Hoy vine por él, ya se irá, tranquila.
-Bueno –dije acomodando mi cabello y entrando tras él.

Entre directo hacia la cocina mientras que mi padre se acomodaba en la mesa esperando para comer, Matilda me refunfuño algunas órdenes y me fui a cambiar para acompañar en la mesa. Después que almorzáramos silenciosamente como de costumbre, me insistió en que les acompañar a cabalgar, pero le conté lo que me había pasado la última vez... Sin agregar en la historia a Justin o a Ryan. Matilda me había prometido encargarse de eso, de hablar con mi padre. Me retiré mientras mi padre se preparaba para salir con el engendro, y de camino me conseguí con ese personaje. Les juro que no quería cruzarme con él, era como una pesadilla ver a alguien tan inoportuno y grosero estar por allí, rondando e incomodandome, en mi propia casa.

-¿Estás apurada? –me preguntó deteniéndome.
-Algo parecido ¿me permites? –intenté apartarlo.
-Tu padre está buscándome ¿cierto? –Yo asentí– Iremos a cabalgar ¿por qué no vienes? Hablaremos de ti, lo más seguro.
-Pues dile que no tengo ningún interés, y que tus amenazas no me sirvieron de nada.

Era mentira, estaba aterrada dentro de mí. ¿Y si, verdaderamente Rusell convencía a mi padre de que no me permitiera irme al pueblo, con Ryan y Justin? ¿Y si realmente lo intentaba? Mi padre, después de todo, pone primero la felicidad de un desconocido, antes de la mía. Mucho, mucho, mucho antes.  

Sin complejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora