Capítulo 24: Rehén.

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Mauro:

Si en el pasado alguien me hubiera dicho que caería rendido a los pies de Victoria Hudson, probablemente se ganaría un puñetazo de mi parte, por tal estupidez. Si bien era cierto que durante mis años de secundaria, Chuck y yo habíamos tenido un pequeño enamoramiento por Vica, terminé dejándolo para entrenar con Anthony, y de esa forma seguir con el negocio familiar. No tenía tiempo para amores adolescentes cuando debía aprender a lavar dinero y a traficar cocaína. Así que Vica había salido completamente de mi radar.

Sin embargo, ahí estaba yo. Desesperado y ansioso, cerca de la psicosis. Sintiendo unas ganas terribles de traer el infierno a la tierra para poder encontrarla. Ya no podía vivir sin ella, y menos cargando el sentimiento de culpa por haberla dejado sola con Chuck. La impotencia, la rabia y el miedo poco a poco hicieron mella en mi pecho, haciéndome perder la cordura a ratos, quitándome el sueño, el hambre y las fuerzas.

Las últimas dos semanas habían sido un infierno, y pasar cada segundo torturándome con la idea de que tal vez estaba siendo usada para traficar droga, golpeada sin cesar, abusada por Dios sabrá quién, o peor aún, muerta, solo lo hacía más complicado. Los Hijos de la Mafia estaban haciendo un trabajo espectacular buscando a Vica, inclusive Diana. Pero todos nuestros esfuerzos habían sido en vano.

Matthew Hudson huyó la misma noche en que secuestraron a Vica, borrando toda huella que le incriminara, y era bastante difícil dar con él para darle su merecido. Más no era lo que yo estaba buscando. A quien en realidad quería era a Vica. Sana y salva.

Conmigo.

Los profesores comenzaron a preocuparse al principio, al notar la ausencia de Vica y la mía, pero todo se solucionó cuando Anthony fue a la escuela y llegó a un acuerdo con el director Reynolds.

Mis esperanzas estaban por los suelos.

—¡Mauro! —gritó Charlie, golpeando con fuerza la puerta de mi habitación.

Corrí a abrir la puerta a trompicones, desesperado por una buena noticia.

—¿Hay noticias? —pregunté de inmediato.

El rostro de mi amigo se contrajo en una mezcla de emociones que me asustaron tanto como me dieron ánimos. Las ojeras bajo sus ojos eran más marcadas, y las líneas en las comisuras de su boca lo hacían ver agotado, al igual que yo. Charlie había empleado cada día y cada noche de las últimas dos semanas en buscar pistas para encontrar a Vica. Había estado conmigo en todo el proceso. No tenía con qué agradecerle.

—Hermano, pasó algo y será mejor que lo sepas antes de que algo suceda —me contestó, empujándome de nuevo a mi habitación.

Me senté en la cama, expectante a cualquier noticia. Charlie se pasó una mano por el cabello y se giró para mirarme.

—Habla de una maldita vez —exigí.

—Nos costó casi medio millón de dólares, pero logramos sobornar a uno de los hombres de Chávez para saber si él seguía teniendo a Vica en su poder. Resulta que sí, ella sigue en México. Está en un prostíbulo adjunto a un bar en Tijuana.

Por primera vez en catorce días sentí la carga sobre mis hombros desaparecer por una décima de segundo. La esperanza se coló por mis huesos dejándome una placentera sensación de tranquilidad. Hasta que vi a mi amigo tensarse frente a mí.

—Hay algo más, ¿cierto? —pregunté en un hilo de voz.

Charlie asintió.

—Nuestro contacto nos dijo algo realmente malo, amigo —se sentó junto a mí—. En cuatro días llevarán a Vica a algún lugar de Sudamérica con una carga de metanfetaminas.

Rápidamente me puse de pie y alcancé al arma del buró enfundándomela en la cinturilla de los pantalones.

—Ok, iremos por ella ahora mismo. Avísale a tu contacto que vamos por ella...

—Mauro, no podemos —dijo Charlie, tomándome de los hombros.

Apreté mis manos en puños con fuerza.

—¿De qué mierda estás hablando? Claro que podemos. Iré por ella en este momento —sentencié, arrancando sus manos de mis hombros.

—¡Mauro, escúchame, joder! —gritó Charlie—. ¿Recuerdas a Roberto Grijalva?

Mi sangre se heló por un momento. Si Roberto estaba involucrado en ese asunto entonces todo se iría por el caño, tal vez tendríamos que iniciar desde cero con la búsqueda.

—¿Qué tiene que ver él con todo esto?

—Cuando nuestro contacto se enteró de que estábamos buscando a Vica, nos comentó que Roberto había alquilado a Vica cada noche desde que llegó a México...

La palabra "Alquilado" me hizo un hervidero por dentro.

—¡Ese hijo de puta...!

—¡Mauro, basta! ¿Puedes cerrar la boca de una maldita vez y escucharme? —miré a mi amigo y lentamente asentí con la cabeza—. Roberto dijo que ahora era de su propiedad. Y que solo había una forma de recuperarla.

—¿Cómo? —pregunté desesperado.

—Roberto nos envió un mensaje muy claro —Charlie tomó una bocanada de aire—. La asesinará si cruzamos la frontera para buscarla. No podemos ir por ella. La tiene como rehén.





Muajajaja, no sé cómo carajo llegó eso a mi cabeza xD

Espero que les haya gustado muchotote. No olviden dejar sus comentarios con críticas CONSTRUCTIVAS xD

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