Tomé las medicinas que Max tenía en ese momento, no eran lo mejor, pero de algo servían. Me volví a acostar en la cama, él se quedó conmigo hasta quedarme dormida, supongo que hoy no podría ir al colegio, al menos no cuando estaba viendo estrellas por todos lados. En este momento lo único que me haría sentir mejor era descansar y dejar de preocuparme por todo. Al rato después, desperté. Por el simple ambiente que se sentía, suponía que ya se trataba más de las doce de la tarde.
Era de suponerse que Max ya estaba trabajando, sólo estuvo un momento conmigo para no sentirme sola, sin embargo no podía seguir mucho rato, ya lo había molestado suficiente.
El dolor ya había disminuido bastante, así que me puse en pie, posiblemente el sol me hiciera bien. Cuando abrí la puerta, vi a Cristina, quien estaba haciendo su trabajo de todos los días; lavar la ropa de sus clientes.
Ahora que lo pensaba, era algo pesado. Ella trabaja para gente con dinero, normalmente solían ser las personas que viven en los departamentos que estaban rodeando el parque, diario lavaba a mano muchas prendas sucias para poder mantener a mi, me sorprendía que fuera alguien tan fuerte, de todos los años que llevaba con este estilo de vida, a penas me percataba de ello.Fui directo a donde estaba, le quité de las manos el cesto de ropa que tenía, una vez que le de una mano con su trabajo no me hará mal, ya que ella siempre me prohibía ayudarla, me debía concentrar en mi educación, pero si hoy no estoy haciendo realmente nada, no creo que afecte.
– Hola mi niña- me saludó con ternura- ¿ya estás mejor?
Asenté la cabeza mostrando una sonrisa, pensé que no sabía nada, al parecer Max no podía irse sin avisarle de mi estado todo.
Bajé el cesto al pasto, esto comenzaba a cansar mis manos.
No sé, pero sentía que debía preguntarle, nunca la había molestado con dudas acerca de mis padres, le incómoda hablar de ese tema conmigo. Debido al sueño que tuve, siento que ya es hora de saber realmente qué pasó.
Quité un poco de prendas que estaban colgada en el hilo y lo eché al cesto. Me ponía a dudar, ¿realmente era apropiado preguntar?
– Cristina- la llamé levantando la cabeza, decidida- ¿puedo... hacer una pregunta?- tenía mucha desconfianza, nunca me había sentido así con ella, digo, hablaba con la mujer que me crió durante los últimos 14 años, sin embargo este tema era difícil de tratar.
– Claro, lo que quieras- mencionó con una gran sonrisa, ah... me estaba arrepintiendo de esto- ¿Qué te inquieta, querida?
Sin darme cuenta comencé a jugar con mis dedos, bastante nerviosa. Bien, respiré profundo una y otra vez, solo debía tomar valor.
– ¿Podrías contarme el cómo llegué aquí?- finalmente lo dije, tenía la cabeza firme- quiero saber de mis padres, tú debes saber que pasó y por qué me abandonaron.
Cristina dejó escapar un suspiro, como si realmente no quisiera hablar del tema. Hasta que tomó mis hombros con una mirada de melancolía, estaba acomodando sus ideas, recordando detalle por detalle de lo que había ocurrido.
– Conocí a tu madre por un simple curso de cocina, me sorprendió ver a una mujer de clase alta por el barrio donde vivía anteriormente, era una mujer muy humilde y sabia comprender a todo el mundo, tuvo empatía enseguida con todos nosotros, ella se fijó en mi y nos hicimos amigas, me contó que tenía serios problemas, tenía dos hijas, una que a penas acababa de dar a luz y otra niña de cuatro años, su hija mayor no se enteró que su madre estaba embaraza porque la mandaron a un internado, antes que se le notara el embarazo- respiró profundo antes de continuar- tus padre tenían algunos problemas muy fuertes en ese entonces, se involucraron con unos mafiosos, el problema era que ellos no querían dinero, si no matar a su hija que a penas tenía dos meses. Ellos estaban desesperados, al final tomaron una decisión muy fuerte, pero era por tu bien. Finalmente un día me llamó y me citó en este parque, cuando llegué te vi una caja, me pidieron que te cuidará, pero ellos nunca te dejarían de amar- dejó que procesará todo lo que me había contado- tus padres hicieron eso por tu bien, ellos arreglaron todo lo necesario para que pudieras tener una vida sin peligro, una vida posiblemente no tan lujosa cómo ibas a tener con ellos, pero al menos con buenos valores.
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Detrás de la enfermedad
Teen FictionAzul es una chica que con tan solo dos meses de edad fue abandonada en un parque. Ella creció siendo cuidada por una mujer de nombre Cristina, la cual le daba una vida normal. Cuando entra a Preparatoria, comienza a tener una serie de extraños dolor...