Capítulo 34

867 47 2
                                    

Debido al tumor, nuevamente me hallaba hospitalizada. El tiempo ya no jugaba a mi favor, ni en broma lo hacía. Desde la fiesta en diciembre, todo había sido muy difícil, día tras día me veía mal, aunque no tan mal para estar días en el hospital sin razón de ser (o eso creía). Aguanté un máximo de cinco meses, al final, me rendí. El doctor nunca me había regañado tanto en mi vida, me dijo todo lo que pudo, tenía todo el derecho, había hecho mal al fingir que todo estaba bien, aunque no era así. Para poder aguantar tomaba más medicamente que el de la cuenta, al final, todos se dieron cuenta.

– ¿Qué pensabas Azul? Tu salud esta antes que todo- me dijo el doctor cuando recibió los resultados del lavado de estómago, me había sentido muy mal y todo por abusar del medicamento, lo aceptaba, había sido mi culpa esta vez.

Por más respuestas que me pedía, no podía, ¿qué quería que le dijera? "Quiero vivir mi graduación por lo menos, quiero intentar estar sana por lo menos hasta que terminé mi último año de escuela, ¡odio estar así!" No, claro que no, no podía decirle lo que pensaba, me vería muy egoísta. No quería estar enojada con todo, aunque me era imposible.

En la escuela estaban en exámenes finales, cosa que tuve que pasar antes de irme a hospitalizarme, esa semana molesta de presiones por el estudio y presiones por las clases, que iban acompañadas "amablemente" de las tareas. Creo que, si no fuera porque Ian estaba a mi lado, hace mucho me hubiera querido dar un tiro en la cabeza por el aburrimiento. Ya estaba tan acostumbrada a pasarla con él en las mañanas, esperando que la escuela terminará, para que Fernando y Karen llegarán a sustituir ese puesto. Me costaba creer que una persona con tanta energía estaba en sus últimos días. Aún recordaba las palabras del Doctor, cuando me contó de la situación en la que Ian se encontraba.

–No voy a andarme por las ramas, él ya está muy débil, tanto así que puede que sea cuestión de días o a lo mucho, poco más de un mes. Puede ser que logré superarse a sí mismo y vivir más tiempo, no lo sé, pero... soy muy franco contigo, no le queda mucho tiempo, quizás por eso mismo él está muy feliz, sabiendo que debe aprovechar cada segundo- quedé helada ante sus palabras- pase lo que pase, sólo te pido que lo dejes vivir sus últimos momentos a tu lado, aparentemente contigo se relaja, le agradas mucho.

¿Realmente un chico así estaba por morir?

Aunque bueno, tristemente así iba a ser mi futuro, en cualquier momento, adiós. En una de las visitas usuales de Karen, me puse a pensar cuanto tiempo más iba a estar ocultándolo. Ella se veía como siempre, poco a poco se fue dando cuenta que sus actitudes no eran para nada usuales, así que comenzó a portarse de la misma manera de siempre, lo raro, era que ella ya no actuaba extraña, ni se vía nada extraño ¿por qué seguir con esto? Ya había reunido muchas piezas para saber que Karen estaba embarazada, ¿acaso iba a pensar que esos antojos, mareos, vómitos y demás síntomas eran pura casualidad? Obviamente no. Aunque, poniéndome en su lugar, debía tener miedo. No sabía si Fernando sabía al respecto, por su descuido estaba claro que nunca se daría cuenta, a pesar que alguien le dijera con sumo detalle, ¿qué pasará con ellos? ¿Cuál será su reacción? Pensar en los problemas ajenos a mí, me ponía mucho más nerviosa que mis propios problemas.

Recordar el tema del embarazo, me hacía vagar en mi mente para traer a la única persona que podía manejar la maternidad con madurez, Miranda. ¿Ella estará bien? No tenía noticias suyas desde hace ya un tiempo. Quería verla, la extrañaba. De tantas cosas en la cabeza, me fatigué peor de lo que creí. Me eché en la cama, cerrando los ojos, tratando de tranquilizarme, mi corazón latía muy rápido, mi cuerpo temblaba.

Detrás de la enfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora