Capítulo 9

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Otra vez estaba en la misma situación, el tiempo se pasaba tan rápidamente, ¿eso era bueno?

Sentí que fue en un abrir y cerrar de ojos.

Ya estábamos otra vez en exámenes, sólo que ahora se trataba de los tan temidos finales, aquellos que te hacían temblar al no saber si pasabas o no el año. En este entonces era cuando todos se ponían a estudiar más que nunca, sí, aquellos que posiblemente no hicieron nada en el año querían poder salvar las materias en estos exámenes, sin embargo seamos realistas, se trataba de una escuela de paga, la mayoría o más bien, todos aquí tenían dinero, pasaban al siguiente año porque pasaban.

Pese todo, no quería que terminará, no quería salir de primer año, ¿Por qué? La razón era bastante simple, mis amigos. Aquellas personas con quien llevaba compartiendo buenos y malos momentos durante estos cuatro años que los conocí en la secundaria, aquellas personas que me sacaron tantas sonrisas, estaban por irse.

El siguiente año tendría que empezar sola, sin ellos a mi lado.

Al padre de Luz lo mandaron a España, así que por obvias razones ella se mudaría, Elisa obtuvo una beca en unas de las mejores preparatorias de Inglaterra. Los hermanos cuates, París y Leo se irán a Australia, ya que por fin sus padres aceptaron la propuesta de trabajo que por tanto tiempo le habían estado ofreciendo. 

Desde que nos enteramos de todo esto, nuestro ánimo estaba ligeramente decaído, sin embargo debíamos aprovechar el tiempo juntos, eran y serán mis amigos, no importa que se vayan a otros país, seguiríamos estando juntos y contactados.

Por lo que últimamente me sentía melancolía, al mismo tiempo triste, era por Robert.

Él desde hace unos meses atrás ha estado todo el día pegado a un libro, estudiando. Por ende casi no estábamos juntos, él tenía bastantes sueños que quería cumplir, quería entrar a una Universidad reconocida en los Estados Unidos, no entendía muy bien como estaba el ingreso ahí, al parecer eran por distintas etapas, distintos exámenes para evaluar todo el conocimiento, al mismo tiempo se veía si eras digno o no de entrar en aquella institución.

Todo el tiempo estaba enfocado en su objetivo, así que la mayor parte del día, tanto en la escuela como después de ella, estaba con Fernando. Mi mejor amigo estaba solo de nuevo, así es, terminó con Amanda, aún no podía entenderlo, ellos se veían bastante bien juntos, las cosas parecían ir perfecto, mi cerebro no terminaba de asimilar una razón creíble, aunque nunca le pregunté, sé veía que no quería hablar del tema, no mencioné palabra de aquello.

Era genial estar con Fernando, como siempre era de los que más te podían entretener para pasar el tiempo, pero debía admitirlo, Robert me hacía mucha falta.

Dejando eso de lado. Mi relación con Miranda iba excelente, poco a poco en todos estos días, íbamos conociéndonos más de nosotras mismas, queríamos crear ese vínculo, queríamos vernos mucho más naturales entre las dos.

Iba en el asiento delantero de la camioneta de Miranda, la veía intentando descifrar que le ocurría, ella desde que me recogió del colegio me venía diciendo que estaba bien, sin embargo su rostro decía lo contrario, se veía distinta, preocupada por algo, quizás.  

– ¿Pasa algo?- pregunté mirando directo a sus ojos, quería que notará que estaba hablando seriamente.     

– No pasa nada- respondió cortante.

Detrás de la enfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora