Narra Fernando:
En el momento en que me despedí de las chicas, corrí de inmediato al salón. Justo al momento de tomar el volante y avanzar, mi mente se vino el remordimiento de no haber realizado una de mis tantas tareas de tutoría. "No pasa nada, la hago en cinco minutos", pensé la noche pasada, antes de acostarme en mi cama, pues... esos cinco minutos nunca llegaron, sin darme cuenta, me quedé profundamente dormido. Mi tutora era una de las más estrictas, así que obviamente me gritaría sin fin. "Es un irresponsable, Dávila", diría una y otra vez, hasta cansarse. No quería pasar por ese dolor de cabeza, así que me convenía apurarme.
Entré al salón sin ver a nadie, me centré en terminar antes que algo malo ocurriera o que esa señora llegará temprano por primera vez en su vida (que por mi situación y la suerte que me cargaba, podía ocurrir) Abrí el cuaderno, tomando una pluma de mi mochila, poniendo mi mente en blanco, las tareas de tutoría eran sencillas, sin embargo, debías buscar muy dentro de cada uno para poder resolverlas.
– Todos son muy importantes para mí- eso dijo ella, en una de sus clases- deben encontrarse a ustedes mismos para poder triunfar en la vida.
A veces creía que eran clases más de superación personas, que clases de tutorías.
Sin más, coloqué la pluma en la hoja en blanco del cuaderno, comenzando a escribir. Quizás repetiría la misma cosa una y otra vez, era lo más seguro. La tarea consistía en basarte en los puntos malos que teníamos, para ponerlos en práctica con un ejemplo de nuestra vida cotidiana, para así, notar como podemos superarnos, mejorando eso.
"Me enojó por cosas sin chiste. Cada vez que alguien me reta con una simple mirada o se les ocurre hablar mal de alguien importante. Llegó a ser muy peligroso"
Apunté.
¿Un ejemplo?
¿Cómo se puede aplicar "sutilmente"?
No quería ser el punto de vista de la tutora durante los días siguientes.
Quizás debería borrar eso. Tenía puntos malos no tan agresivos.
– Sí, hay bastantes linduras en la escuela- escuché esa voz molesta, bastante cerca de mí.
Cuando alcé la cabeza, ahí estaba Yael, platicando bastante amistosamente con una de las chicas "atractivas" de la clase- por ejemplo, tú- añadió él, con una sonrisa de lado.
Dah, que asco verlo coquetear. Él tenía a Amanda y estaba siendo bastante amigable con otras chicas a su espalda. ¡Pobre de ella! Aunque, se lo merecía. Sin más, lo ignoré. Que haga lo que quiera con su vida. Traté de ignorarlo, pero su risa era molesta. Di un golpe en la banca, llamando su atención. Respiré profundo, fulminando a él y ella con la mirada.
– Eres muy ruidoso- dije, limitándome a dirigirle lo menos posible la palabra- vete a coquetear a otra parte- hice una pausa, con una sonrisa de burla en mi rostro- sólo ten cuidado con que tu novia no te vea.
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Detrás de la enfermedad
Teen FictionAzul es una chica que con tan solo dos meses de edad fue abandonada en un parque. Ella creció siendo cuidada por una mujer de nombre Cristina, la cual le daba una vida normal. Cuando entra a Preparatoria, comienza a tener una serie de extraños dolor...