Normalmente estaba de acuerdo con el hecho de que Karen y Fernando hicieron lo que quisieran y que yo me quedara en el hospital, no era nadie para impedirles ir y vivir su vida, pero... por primera vez, podía decir que hubiera preferido tenerlos a mi lado, hablando conmigo, haciendo algo "interesante". Había dormido mucho, incluso el día de mi cumpleaños. Mi prima y mi amigo, estaban en este instante acamando felizmente, mientras que yo, en esta cama de hospital. Bueno, no me podía quejar, no estaba sola por completo. Ian estaba conmigo. Le preguntó al Doctor si podía estar conmigo todo el día, para festejar lo que no pude el día de ayer.
– Finjamos que es hoy- dijo, con los ojos con brillos- ¿qué es un día de diferencia? Tú no te preocupes, ¡estás conmigo, la pasaremos genial!
Debía de aceptar que su motivación me gustaba. Era una persona bastante agradable, después de todo, no estaría aburrida.
–Nunca creí que festejaría mi cumpleaños en un cuarto de hospital- reí tontamente.
– Para todo hay una primera vez, ¿no? - hizo una mueca curiosa- los pasados cuatro años he festejado mi cumpleaños en hospitales, es curioso, siempre que se acercaba mi día, me sentía bastante mal y terminaban internándome.
Tomé su mano, con amabilidad.
– Para la otra, celebrémoslo juntos, como ahora.
Él asentó.
Durante las siguientes horas, nos pasamos contando todas nuestras historias, el cómo nos enteramos de nuestras enfermedades, el por qué éramos así, todo... todo lo que pudiéramos recordar en ese mismo instante. El pequeño pastel se terminó en menos de 10 minutos.
– ¿Entonces era tu hermana? - preguntó, anonadado.
Su reacción de mi historia con Miranda era única.
– Por primera vez en la vida, me sentí especial- confesé- ella me dio todo y nunca se me paso por la cabeza que alguien de mi familia biológica estuviera interesada en cuidarme, pensé que me dejaron porque era un estorbo, hasta que la conocí, Miranda por sus acciones me hizo ponerme a pensar y valorar lo que se tiene.
– ¡Wow!, la quiero conocer- estaba bastante entusiasmado- ¿volverá pronto?
– No sé.
– Ya no tengo mucho tiempo, este es mi último año de vida, así que... sería agradable conocer a la hermana sorpresa mayor de mi primera amiga del hospital.
Reí por lo bajo, ¿qué era eso de "hermana sorpresa mayor"?
– Eres muy creativo con las palabras, ¿sabías?
Ian ladeó la cabeza, medio curioso, creando y pensando bien la palabra que usaría como respuesta a ese halago, creo que fue un halado.
– ¡Es mi don! - soltó y guiñó un ojo. Lo miré fijamente, unos segundos después me eché a la cama, tratando de controlar mi risa. Eso se había visto tan bien, que era imposible borrarlo durante algunos días. Después de eso, me contó lo duro que había sido su infancia, al igual que a mí, sus padres lo "abandonaron", dejándolo con su abuela, quien era una maniática y lo trataba de manera horrible.
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Detrás de la enfermedad
Teen FictionAzul es una chica que con tan solo dos meses de edad fue abandonada en un parque. Ella creció siendo cuidada por una mujer de nombre Cristina, la cual le daba una vida normal. Cuando entra a Preparatoria, comienza a tener una serie de extraños dolor...