Sentí mi corazón estallar de emoción en el momento que vi esa cabellera rizada y rubia, aquella sonrisa brillante y la su forma de vestir extrañamente genial.
Estaba hablando exactamente de París.
Al principio sentí que era una locura que ella estuvieran de vuelta. Cuando hablé con ella, acordó venir a visitarme, pues en su escuela seguían de vacaciones por algunos asuntos de la academia, por ello podía venir del otro lado del mundo.
A pesar de que era ella, no podía creer que realmente estuviera de vuelta, se había vuelto ligeramente más femenina en su forma de vestir, un pantalón de mezclilla con una blusa color rosa claro, era raro que usara colores claros, sin embargo, llevaba puesta una chamarra que le quedaba gigantesca, ahí dándole el mismo toqué típico de ella.
Con los brazos abiertos, corrí en su dirección, ella hizo lo mismo, para al final terminar en un apretado abrazo.
La ayudé con su bolsa y fuimos camino a mi casa, ella estaba emocionada de conocer el dónde vivía, pese que le había platicado, prefería verlo con sus propios ojos. Estaba atenta a cada detalle que le decía.
Sin más, abrí la puerta. Se quedó observando todo el patio con sumo cuidado, presenciando cada detalle. Así era ella.
Al entrar a la casa, pegó un grito enorme, nuevamente admirando cada detalle de ella, los sillones, las paredes, los decorados, las ventanas, en definitiva, todo.
Finalmente nos sentamos en el sillón, París quería todos los detalles de lo que había ocurrido, la principal razón del por qué vino fue para apoyarme, así que quería que le detallará. Cada situación lo mejor posible, tal cual, así lo hice.
– Terminé con Robert- solté mirándola a los ojos.
Por su reacción supe que no sabía que decir, estaba boquiabierta, queriendo detectar alguna falla en mis palabras para descubrir que era una broma, sin embargo, no era así, estaba completamente seria.
– ¿Qué pasó? - preguntó tomándome de la mano.
Suspiré.
– Es aquí donde inicia lo difícil- ella arqueó una ceja.
– ¿Hay algo más difícil que está noticia?
Asenté.
Ella me dedicó toda su atención posible, intentando mentalizarse para la noticia que se vendría.
– Hace unos días me detectaron un tumor en cerebral y no se lo podía decir a Robert, renunciaría a ir a la escuela en Estados Unidos sólo por mí y no podría aceptarlo.
Los ojos de mi amiga se llenaron de lágrimas de inmediato, nunca nadie estaría lo suficiente preparado para tomarse de buena manera que, alguien que quieres podría perder la vida.
Ella se forzó a sonreír, mirándome con todo el optimismo que podía obtener en aquel momento. – Estarás bien, lo sé, eres Azul, debes de estarlo.
Después de sus palabras me abrazó, queriendo que todos los problemas se fueran como solían hacerlo desde hace cuatro años de nuestra amistad, que todo se esfumara a nuestro alrededor con un simple abrazo.
Aunque, la situación cambiaba, por más que no quisiera tarde o temprano tendría que aceptar el destino que me esperaba.
Más tarde, cuando la situación estaba más calmada, llevé a París al restaurante de sushi.
ESTÁS LEYENDO
Detrás de la enfermedad
Teen FictionAzul es una chica que con tan solo dos meses de edad fue abandonada en un parque. Ella creció siendo cuidada por una mujer de nombre Cristina, la cual le daba una vida normal. Cuando entra a Preparatoria, comienza a tener una serie de extraños dolor...