A escondidas Parte 1 (Steo).

Salvarme el culo.

Las palabras de Theo, hicieron que Stiles respondiera con una sonora carcajada. En su lista de prioridades, no figuraba enamorarse de Theo Raeken.

Poco a poco, se alejó de Theo, y subió las escaleras, para salir del agua.

Sin decir nada, agarró su ropa, y se marchó a los vestuarios, para secarse y poder vestirse. Abrió la puerta, y la cerró tras pasar, cogió la primera toalla limpia que vio, y comenzó a secar su cuerpo.

De repente, un sonido lo sacó de sus pensamientos. Algo hacía chirriar una de las taquillas. 

- ¿Te crees gracioso? - Murmuró pensando en que Theo trataba de insultarlo - Como si no hubiera tenido suficiente, teniendo que venir aquí, a pedirte información.

Alzó su mirada,  vio una sombra, que se escondió rápidamente. 

- ¿Por que no sales aquí, y me cuentas un chiste para que los dos nos riamos? 

Y salió. 

Un hombre, de unos cuarenta y pocos, se dejó ver. 

Stiles, que aún no se había vestido, dio un paso atrás. El hombre lo miró esbozando una gran sonrisa. Sus ojos, de un azul brillante, brillaban intensamente.

- ¿Que haces aquí tan solo, chico? - Murmuró el hombre -.

El sonido del metal chirriando de nuevo, erizó la piel de Stiles.

- ¿Puedes dejar de hacer eso con las garras? - Preguntó soltando la toalla, preparándose para correr -.

- Puedo hacerlo con tu garganta si lo prefieres.

Aquellas palabras, hicieron reaccionar a Stiles, que lanzó su toalla al hombre, y salió por patas, corriendo tan deprisa como podía. A los pocos segundos, cuando corría por los pasillos del instituto, miró hacia atrás, para cerciorarse de que el hombre no lo seguía. Pero siguió corriendo. Hasta que alguien lo agarró con fuerza y lo lanzó contra una pared.

- Típico. Os entra el pánico, y empezáis a correr en círculos.

Tras ponerse en pié de nuevo, pudo confirmar las palabras del hombre. Se encontraba de nuevo delante de la puerta de los vestuarios. 

El hombre lo agarró de nuevo, y pegó su espalda a las taquillas. 

- Y ahora dime, ¿Te parece ya lo suficiente gracioso el chiste? - Murmuró el hombre, presionando sus garras contra el cuello de Stiles -.

Stiles, forcejeó con el hombre. Pero paró de golpe al sentir como este agarraba su cabeza, y la golpeaba contra las taquillas.

Hubiera caído al suelo, de no ser porque lo mantuvo agarrado del brazo. Todo le empezó a dar vueltas a causa del golpe. 

Apretó sus ojos con fuerza, y los abrió a los pocos segundos. Su cuerpo temblaba.

El hombre alzó sus garras, y dejó caer la mano. Stiles la vio caer a cámara lenta. Hasta que lo dio todo por perdido, y cerró de nuevo los ojos.

Pero no llegó a sentir las garras desgarrar su cuello.

Cuando los abrió de nuevo, pudo ver el motivo. 

En un primer momento, imaginó que era Scott, ya que la cabeza seguía dándole vueltas. Pero cuando centró su vista, vio como Theo le propinaba varios golpes al hombre. 

Tambaleándose, caminó por el pasillo, apoyando su mano sobre las taquillas, tratando de huir de allí.

Caminó más deprisa, sintiendo como se le nublaba la vista. Se tropezó varias veces, pero no se cayó. Solo quería salir de allí.

Cuando ya podía ver la salida, se tropezó de nuevo, cayendo al suelo. Trató de levantarse, pero le resultaba imposible. Se arrastró, agotado, hasta que las fuerzas le fallaron y sobre el suelo, cerró sus ojos.

Lentamente, abrió los ojos. Aquello no era el instituto. Se puso nervioso, al observar, que se encontraba en una habitación, tumbado en una cama, pero no era la suya. 

- Bienvenido de nuevo - Susurró una voz - Solo llevas dormido doce horas. Poca cosa. 

Stiles alzó su cabeza, y la dejó caer de golpe. 

- Podrías al menos vestirte - Murmuró -.

- No tengo nada que esconder - Se rió Theo - Además, estoy en mi casa. 

Tenía razón. 

- Aún así, tápate.

- ¿Tanto te gusta verme así? - Rió de nuevo, colocándose la ropa interior- Sólo estaba cambiándome, no te emociones. Si hubiera querido hacerte algo, hubiera podido, recuerda que llevas doce horas dormido. Y que vas medio en pelotas. 

Stiles levantó las sábanas, y era cierto. Entonces lo recordó todo. Se levantó deprisa, y buscó su ropa, pero no había rastro de ella.

- Sigue en los vestuarios del instituto - Murmuró Theo - Y tu coche, esta hecho una mierda. A ver si lo arreglas. Se paró dos veces mientras te traía a casa.

- ¿Vas a venir a decirme que mi coche está destrozado? Tiene un sistema de seguridad, que hace que se pare cuando lo conduce alguien indeseable. Y a ti se te paró dos veces, por lo que queda claro, lo que eres.

- Me encanta cuando te pones a decir esas cosas - Susurró acercándose a la cama - Pero, al contrario que tus amigos, te salvé, me pregunto cuantas veces se le pararía a tu querido Scott. 

- Una, como mucho - Respondió Stiles - A ti dos. 

Theo se rió, y se acostó a su lado, mirándolo.

- Indeseable o no, Tu chica se va a poner muy celosa, al saber que has dormido conmigo, y si encima le cuentas, como me abrazabas...

- Que te jodan - Susurró Stiles -.

- No estás en condiciones de decirme esas cosas ahora mismo - Murmuró - De mi depende que vuelvas a casa con algo de ropa... Y de momento, vas muy mal encaminado a conseguirla. 

- Que te jodan, otra vez. 

Tras reírse, Theo, se coló bajo las sábanas, y le quitó la ropa interior a Stiles, que no pudo evitarlo.

- Uh... Parece que vas a tener que volver desnudo. A no ser que quieras que te los devuelva.

Theo le guiñó un ojo a Stiles, que se había puesto rojo como un tomate.

- ¿Los quieres? - Preguntó Theo revolviéndose por la cama-.

- Es evidente, idiota.

Theo, tras soltar una carcajada, se los pasó bajo las sábanas, y Stiles se los puso de nuevo, tras hacerlo, salió de la cama.

Theo lo miró, mordiéndose el labio, y Stiles se dio cuenta. Rodó los ojos y negó con la cabeza mientras buscaba por su habitación por si tenía su ropa allí escondida, ya conocía sus juegos.

- Te he dicho que tu ropa sigue en el vestuario. 

Stiles lo miró mal. Theo se destapó lentamente. La cara de Stiles se desencajó, al ver que Theo llevaba sus calzoncillos. Poco a poco miró los que él llevaba. Eran los de Theo. Al parecer, no conocía sus juegos tan bien como creía.

- ¿Los quieres? - Susurró Theo tras reírse - Cógelos.