Alexander El Profesor |EN EDICIÓN|

Capítulo 54

Lo vi tirarla en los asientos traseros sin ningún tipo de cuidado y mirándome por última vez se subió en su coche y se marchó rápidamente.

-Elizabeth ¿Estas bien?-preguntó Marta mientras corría hasta mi dirección.

-¿Quién lo ha llamado?-

-¿Qué? -

-¿QUIÉN LO HA LLAMADO?-Grité cabreada.

-No sabía que hacer -dijo agarrandome las muñecas.

-No sabías que hacer mmm...no fuiste capaz de bajar y solo llamaste a Alex, que prima más buena tengo-dije sonriendo sarcástica.

-Ella también es mi amiga -

-¡Pero yo soy tu prima, yo estuve cuando estabas solas y así me lo agradeces, dejándome sola con esa arpía! -Dije soltando su agarre bruscamente.

-Por dios Elizabeth-dijo ella apretando sus puños.

-¿En serio me hiciste esto?-dije yo con los ojos cristalizados.

-Elizabeth, necesito que te calmes -dijo ella agarrandome por los hombros.

-¡No!-Grité separandome - Esa loca quería acabar conmigo y tu ni siquiera apareciste hasta ahora -

-Perdoname -dijo ella llorando. -No os quiero perder a ninguna-

-Ve detrás de ella, seguro que te necesita.-dije alejandome de ella.

Y de ahí me fui, con la cabeza bien alta, esa arpía quería matarme, Alex se cabreó conmigo y Marta me apuñaló bien hondo.

Un día maravilloso.

Llegué al coche de mi madre, me senté en el asiento de copiloto y mis lágrimas comenzaron a empaparme las mejillas.

La impotencia me invadía por completo, no podía dejar las cosas así, Ester me daba igual pero Alex, fui yo quien le provocó y recibí lo que me merecía. Cogí lo que quería mi madre y salí del coche cerrandolo tras de mi.
Me limpié la cara con mis mangas, me introduci en el edificio, subí y entré nuevamente a la casa de mi tia.

-Aquí tienes -Exclamé entregándole lo que me pidió. -Me voy a dar una vuelta-dije saliendo nuevamente de la casa.

-Espera ¿A dónde vas?-dijo mi madre siguiendome.

-A tomar algo -dije despidiendome al entrar al ascensor.

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-Un cola cao templado y sin nata por favor, Matt-le pedí desde la barra de la cafetería.

-Claro-dijo con una gran sonrisa -Por cierto, te veo mal ¿te pasó algo?-preguntó mientras ponía el cola cao en polvo en la taza.

-Discutí con la novia de un amigo-dije cabizbaja.

-Eso es chungo -

-Ya ves-

-Tendría un ataque de celos-dijo riéndose.

-Que si ataque, era una bomba atómica -dije sonriendo.

-Toma, relájate y luego me cuentas todo-dijo entregandome la taza.

Lo miré agradecida, me sonrió de vuelta y se marchó a atender las otras mesas.

Alex es muy importante para mi, no soportaría verlo todas las semanas sin hablarle o reirme con él, aunque su odiosa novia dijese locuras.

Pero pensándolo bien, Alex me confesó uno de sus secretos más profundos, Alex se preocupaba mucho por mi, Alex y yo nos habíamos besado, era como si yo le hubiera robado el novio.