Samuel me escribió avisandome de que sí iría a esa fiesta.
Aún seguía esperando a que viniesen mis compañeros a clase.
La verdad es que estaban tardando mucho.
Miré mis botas, ya estaban un poco viejas, dentro de poco debería comprar otras.
-Vaya - dijo alguien entrando a la clase.
Alzé la mirada.
Alex Me miró sorprendido.
-¿Viste al resto de la clase?-Pregunté mirándole.
-Están en el salón de actos -dijo guardando su móvil.
-Comprendo -dije poniéndome de pie.
-¿Puedo preguntarte una cosa?-me preguntó Alex mirándome serio.
-Claro -dije cogiendo mi pesada maleta, en serio, como sigan mandandonos tantos libros acabaremos con las espaldas hechas polvo, vale.
-¿Has oído hablar de esa fiesta?-
Bufé echandome el pelo hacia atrás.
En serio, me estaba empezando a cansar de lo mismo.-Es de lo único que hablan -dije poniéndo las manos en mi cadera.
-¿Vas a ir?-
-Si- dije secamente.
Lo decidí en ese mismo instante, iría para ver que pasa, además de que me estaban volviendo loca de tantas preguntitas.
-¿Eres consciente de todo lo que podría pasar en esa casa de locos?- dijo frunciendo el ceño.
-¡NO! No lo soy porque nunca he ido -dije molestada.
-Te puede pasar cualquier cosa - dijo acercándose a mi.
-¡Alex! Yo se cuidarme sola no hace falta que me sueltes todo eso- dije alzando la voz.
-De eso no lo dudo, sin embargo habrá mucha gente allí metida, la mitad borracha ¿en serio te quieres meter allí?-dijo parándo a escasos metros de mi.
Lo miré un momento.
¿En serio me quiero meter allí?
-Ese lugar no es para ti. -Dijo calmandose.
-¿Por qué? - Pregunté mirándolo directamente.
Permaneció callado un par de minutos, solo me miraba al igual que yo a él.
A saber que se le estará pasando por la cabeza.
Suspiró tocandose el pelo y apartando la mirada de mi.
-Elizabeth, hay fiestas que al final acaban siendo otra cosa, es por eso que no quiero que vayas -dijo mirando a la ventana.
Yo al contrario lo miré a él.
-Van a ir personas que conozco, no creo que me pueda pasar algo -dije seriamente.
Volteó la cara en mi dirección.
Tensó su mandíbula y me miró fríamente.
-Vayamos al salón de actos -dijo dándome la espalda para comenzar a andar hacia la salida.
¿Se habrá enfadado?
"por dios Elizabeth, que más te da, él ni siquiera debió haberte preguntado"
Mi conciencia tiene razón pero...
Alzé la mirada y lo ví saliendo por la puerta.
Bufé, cogí mi maleta y salí tras él a paso rápido.
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Alexander El Profesor |EN EDICIÓN|
Dla nastolatkówEn un determinado punto de nuestra existencia, toda nuestra vida pasa delante de nuestros ojos, a veces provocado por un estímulo externo, otras por situaciones que se nos escapan de nuestro control, pero la unificación de los mismos tiene el poder...