Entré a la cafetería del centro, era un gran espacio lleno de adolescentes armando jaleo.
Ví mis amigos en una de las mesas del centro. Eramos casi los adultos de aquí, con la excepción de los chicos de segundo de Bachiller que rara vez se encontraban en la cafetería.Me aproximé hacia la mesa, tardé en recoger mis cosas en la última clase y por eso iba sola.
-Antes le pregunté a Alex sobre el viaje -dijo Rosa alegremente.
-¿Y que te dijo? -Preguntó Sam.
-Me dijo que explicaría lo que haremos en tutoria - dijo dando saltitos en su sitio.
-Tenemos suerte de tener un profesor taaaaaaaaan guapo ¿verdad?-dijo Valeria.
-Queréis dejar de babear -dijo Thomas burlándose de ellas.
-¡Hermana ven pa' acá! -Gritó Carlos a todo pulmón.
Los alumnos de la ESO nos miraban atentamente.
-No tienes remedio Carlitos-burlandome de él.
-No me llames asi- dijo molesto.
-No Carlitos - Reí alegremente por la cara que puso.
-Eli ¿Tu crees a Irene?- preguntó Rosa.
-Si -dije secamente.
-O vamos se nota que está mintiendo, solo lo habrá hecho para separarlos-dijo Thomas frunciendo el ceño.
-Thomas-dije llamando su atención.
-¿Que?-
-No está mintiendo, porque lo que dijo sobre mi es cierto, hace un mes lo ví, y es cierto que hay que tener cuidado sobre todo ¡TU!-señalé a María.
-Pero... Yo lo amo -
Carlos y yo abrimos los ojos como platos.
¿Como podía enamorarse en un día?
"ni que fuera una princesa disney "
-N-no puedes estar hablando en serio ¿O si?-pregunto Carlos intentando salir de su asombro.
-Claro que si -dijo sonriendo orgullosa.
Carlos y yo nos miramos para buscar algo lógico en esta conversación.
-Creo que la Coca cola te sienta mal-dije para que restificara o al menos para que pensara.
-Ya se lo que te pasa a ti -dijo frunciendo el ceño.
-¿A mi?-dije señalandome y mirándo a mi alrededor.
-Tu tienes celos -dijo cruzandose de brazos.
La miré perpleja.
Luego exploté a carcajadas. Carlos me siguió riéndose más fuerte, creo que solo se escuchaban nuestras risas en toda la cafetería.
María se levantó y se fué toda echa humos por no tomarla en serio.
Pero a ver, si yo me alegré de que estuvieran juntos.
"María + Kevin = Elizabeth Libre "
Salgo beneficiada.
-María es un poco tontita -dijo Valeria.
-Ya se le pasará - siguió Thomas.
Miré mi reloj, quedaban 5 minutos para la siguiente clase.
-Me voy a clase -dije levantandome colocando mi maleta sobre mis hombros.
-Pero aún falta-dijo Carlos haciendo pucheros.
-Carlitos odio pasar entre tanta gente y lo sabes-dije poniendo esa voz que hacen las mamás a los niños pequeños.
-¡No me llames asi!- Dijo levantándose y quedando más alto que yo.
Alzé la mirada.
-No- y salí corriendo riéndome a carcajadas.
-Me las pagarás -se escuchaba a lo lejos.
Ya lejos de la cafetería, caminé tranquilamente por el enorme pasillo.
Tenía que subir dos plantas así que podía darme un paseito relajada.Mientras iba caminando, ví a lo lejos a Alex caminando hacia mi dirección.
"o no, momento incómodo acercándose"
Si conciencia, ¡Sí!
Cuanto más me aproximaba más elefantes bailando flamenco aparecían en mi estómago.
Él me miraba alegremente, yo estaba muy nerviosa y lo malo de todo.
Él lo sabia.
-Hola señorita Elizabeth -Saludó cuando ya estábamos cerca.
-Buenas tardes - le respondí sonriendo para ocultar mi nerviosismo.
-tus compañeras me preguntan mucho por el viaje, se ven ilusionadas- dijo contento
-es que lo están, el último viaje que hicimos juntos fue en segundo de la ESO- expliqué.
-Comprendo, entonces tu también lo estas ¿no?-dijo animado.
-Oh Claro que si, es muy bonito viajar y todo eso- dije alegremente, mis nervios desaparecieron un poco.
-Que razón tienes- dijo mirándome directamente a los ojos.
Ambos nos quedamos en silencio, sin embargo no era un silencio incómodo, al contrario me sentía en las nubes.
Pero algo nos sobresaltó. Ambos saltamos en el sitio.
Era el timbre.
-Y-Yo me voy, si eso -dije agachando la cabeza y caminando para que no notase mi repentino sonrojo.
-E-eh si yo t-tambien -dijo al igual que yo, tartamudeando.
Yo caminé unos pasos y volteé para verlo.
Nuestras miradas se encontraron nuevamente haciendo que mi cara pareciera un tomate.
Giré rápidamente y caminé lo más rápido que pudieran mis piernas.
-Eiis-me Saludó Sam.
-¿pasa algo?-dije al ver su rostro sin vida.
-y si te digo que creo que...-
-¿Qué? -
-Creo que me he enamorado de...-
-¿De?-Pregunté impaciente.
-De...Alex-dijo agachando la cabeza.
Mis piernas pararon en seco.Mis ojos se abrieron en par y mi boca formó una "o".
La miré perpleja, ella al percatarse de que paré de caminar volteó a verme.
-¿Qué? - Fue lo único que salió de mis labios antes de que miles de lágrimas se acumularán en mis ojos.
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Alexander El Profesor |EN EDICIÓN|
Novela JuvenilEn un determinado punto de nuestra existencia, toda nuestra vida pasa delante de nuestros ojos, a veces provocado por un estímulo externo, otras por situaciones que se nos escapan de nuestro control, pero la unificación de los mismos tiene el poder...