Capítulo 20

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-¿Qué? - Fué lo único que salió de mis labios antes de que miles de lágrimas se acumularán en mis ojos.

-En realidad no estoy segura - dijo arrascandose la nuca.

Mis ojos picaban, las lágrimas amenazaban por desbordarse y salir en forma de diluvio. Pero aguanté.

"¿Por qué tengo ganas de llorar?"

"¿Por qué me siento tan mal? "

Mi pecho dolía.

Duele...

Duele mucho.

-¿Estas segura de, de que... Estas enamorada?- Pregunté encontrando mi voz un poco quebrada.

-A ver, es guapo, es simpático, esta cuadrado mmm yo creo que si ¿no?-dijo todo eso con pose de pensando.

-Eso no es enamorarse, eso es que te gusta su forma de ser y su cuerpo pero no mas-dije en un hilo de voz.

-Si será eso,por cierto ¿Qué te pasa?-preguntó al ver mi cara casi demacrada.

Suspiré.

-Me duele la cabeza, iré al baño-dije caminando hacia el baño más cercano.

Caminé lo más rápido que pude, no quería parecer que estaba haciendo una maratón.

Llegué y por mi gran suerte que rara vez tengo, estaba vacío.

Me miré en el espejo.

¿Esta era mi cara? No exageré diciendo que la tenía demacrada.

Pero no comprendo porque me sentí tan mal.

No eran celos si no me hubiera entrado una rabieta como hacen las chicas locas de las películas.

¿Como es posible que una persona se encariñe tan rápido de otra?

"¿no será que temes a perderlo? "

Me asombré de mi propio pensamiento,miré perpleja mi reflejo en el espejo.

¿Tengo miedo de perderlo?

Pero si no es mio...

Pero si, tengo miedo...

-Eli!- Gritó alguien.

Voltee la cabeza a la dirección de la puerta.

Valeria se acerco poco a poco, como si tuviera miedo de que la atacase.

-¿Por qué lloras?- dijo tocando mis mejillas húmedas.

Negué con la cabeza, y la miré sonriendo aunque seguía llorando.

-Estoy bien -dije en un hilo de voz.

-No, no lo estas -dijo enfadada -cuéntame lo que te pasa, tu nunca lloras en todo caso soy yo-dijo preocupada.

-Estoy con la regla- mentí.

No quiero que se preocupe más, además no quedaría bien decir que te duele mucho que tu profesor no sea tuyo.

-Aaah-me miro digeriendo lo dicho.

-Aauuu-me quejé tocandome el brazo izquierdo.

Me golpeó con todas sus ganas.

-¡ME ASUSTASTE ESTÚPIDA!-Gritó en mi cara a todo pulmón.

-¡NO ME GRITES! - le respondí en el mismo tono.

-¡PUES NO LLORES POR ESTUPIDECES!-

-¡SI ERES TU LA QUE LLORA SIEMPRE, NO ME DIGAS TONTERIAS!-

Alexander El Profesor |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora