2 . Galán

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La cara de Álex se iluminó. Yo también sonreiría de esa forma si hubiese sufrido la infancia que ella tubo.

-Eso es fantástico, pero creo que nadie puede adoptarme sin que mis padres renuncien a mí.

-Y así es. Aunque siempre existe la posibilidad de que el fiscal considere que tu padre no está capacitado para tu cuidado y me ceda a mí el puesto.

-Sigo pensando que el reformatorio es mejor.

El agente Galán se quedó perplejo ante la respuesta.

-Álex, ¿te han echo alguna vez un test de inteligencia?

-No.

-Ven conmigo.

-Aunque me importa muy poco, ¿qué hacemos con mí padre?

-Tranquila, un coche viene de camino para llevárselo a comisaría.

-Oh, en ese caso vámonos tranquilos.

Ya habían pasado dos días desde que Álex estaba en la casa del agente Galán. Mañana sería su juicio y Rocío le había denunciado por agresión. La niña no estaba nerviosa, había pasado cosas peores en su vida.

El juicio no fue tan mal. Tendría que ir un año al reformatorio, lo que era un alivio para el agente Galán. Os cuento su transfusión:

Ella entró en la sala y la jueza empezó a decir cosas a las que parecía que no hacía caso pero que en realidad escuchaba. Cuando le tocó hablar a ella... se le cayó el pelo a Rocío. Álex no se había saltado ningún detalle de la relación con la profesora. El poli había colaborado para conseguir que ella se pasase el menor tiempo posible, algo que consiguió con creces. Por orden de la fiscalía, en cuanto la niña saliese del reformatorio se iría a vivir con él.
Mañana mismo, él la llevaría al lugar.

En el juicio se decidió que a la niña se la sometería a un test de inteligencia.

Pasó una hora y salió de su examen. El susodicho, está valorado sobre trescientos, una puntuación que nunca nadie ha alcanzado. La media siempre llega entre 190 y 210, aunque lo suyo demostró en toda norma que es superdotada. La nota fue de un 300. La niña le preguntó a la jueza qué había sacado y ésta le contestó su nota verdadera. Álex, emocionada, se dio cuenta de que tenía una mente más prodigiosa de lo que pensaba.

Ya en el apartamento del agente, cogió un libro sobre el reformatorio y empezó a leer en el sofá.

-¿Es qué no estás contenta por el resultado del juicio?

-Sí, sobretodo por que he averiguado que soy superdotada.

-Ya, eso es maravilloso. Como sospechaba, mi influencia ha conseguido que te metan menos tiempo allí dentro.

-¿Cuánto habría sido sin tú influencia?

El poli mira al suelo, luego a la pared u luego a la niña.

-No evites la pregunta y responde.

Levanta la cabeza y mira al techo. No se siente inseguro, solo que no sabe cómo decirlo sin herir a Álex.

-Bueno, considerando que el marido de Rocío trabaja en el reformatorio, que presentó una queja y que todos tus compañeros te odian... pues unos tres años.

El agente se esperaba que ella se echase a llorar, se ofendiese o algo por el estilo, mas no fue nada de eso.

-Entiendo, es interesante saberlo.

La chica del reformatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora