39.Primera vez

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Álex se puso roja.

-Bu-bueno yo...

Él la beso. Álex no le siguió, estaba demasiado ocupada sintiendo como la lengua de él entraba en su boca, abriéndola. Cuando sus lenguas se tocaron, Álex la levantó, intentando averiguar qué hacer. Pronto le pillo el truco. Cuando él se separó, un hilo de saliva se formó entre sus bocas. Ella sonrió tímida y él se la devolvió.

Liberó una de sus muñecas y metió la mano por la camisa blanca que ella llevaba. Acarició su vientre. Luego le desabrocho los botones y empezó a besarlo. Álex soltó pequeñas risitas, ya que le estaba haciendo cosquillas. Siguió desabrochando la camisa, hasta que solo le vio el sujetador. Lo miró pícaro, y luego apoyo la cabeza entre sus pechos. El ritmo del corazón lo calmaba. Como sus manos estaban libres, lo abrazó y empezó a juguetear con el pelo de su nuca. Cuando él levantó la vio a una Álex cariñosa, que esperaba el próximo movimiento de esta etapa de su vida; así que volvió a apoyarse y metió una mano por dentro del sujetador. Álex soltó un gemido.

-¿Te he hecho daño? -Le preguntó alarmado.

-No. -Dijo con un hilo de voz.

Siguió explorando con su mano hasta que llegó al comienzo del pantalón. Entonces la desabrochó y metió la mano. Al principio acarició toda la parte sin hacer nada, pero luego metió la mano por dentro de la ropa interior. Cuando ella lo sintió comenzó a gemir, pero esta vez, él no paró. Siguió tocando todo su cuerpo, sin preguntarle ni saber si le parecía bien. Pero de una cosa estaba seguro y era que le estaba gustando.

Álex sintió una sacudida en su pecho, y decidió probar. Metió una de sus manos en la camiseta de Dylan, haciendo que este sacase la mano de su pantalón. Ella buscó sus ojos y descubrió que miraban directamente la zona de sus pantalones, donde un pequeño bulto se alzaba. Sacó la mano de la camiseta. Se puso de rodillas sobre la cama y quedó mirando a Dylan, que estaba tumbado boca arriba. Ella le desabrochó el cinturón y luego los pantalones, luego se tumbó a su lado. Metió la mano en los pantalones de él y él en los de ella.

Sus respiraciones se sincronizaron y empezaron a sudar. Se habían deshecho de toda la ropa menos de la interior. Cuando Dylan hizo afán de quitarle las braguitas a Álex ésta lo detuvo agarrándolo por la muñeca.

-¿Estás seguro de esto?

-Completamente.

-Tienes un preservativo.

-Sí -Se levantó y sacó del tercer cajón una bolsita. -. Este miércoles nuestra profesora nos dio una charla y nos dio uno a cada uno.

-Que oportuna.

Dejó la bolsa sobre la mesa. Ella se dio la vuelta y el le desabrochó el sujetador. Admiró su espalda. La tocó y luego pasó los brazos hacia bajo para tocar su de nuevo su parte femenina con la izquierda, mientras que con la derecha exploraba sus pechos. Ella gemía y sudaba. Cuando se giró e introdujo la mano en el interior de sus calzoncillos también él comenzó a hacerlo.

Pasado un rato despertaron. Eran las ocho. Estaban dentro de la cama de Dylan, completamente desnudos. Álex dormía encima de él, con la cabeza apoyada en su pecho. Abrió los ojos y lo miró con una sonrisa.

-Perderla a los quince. No es algo de lo que deba sentirme orgullosa.

-Por lo menos lo has hecho con alguien a quien quieres y no con un tipo que te ha metido droga en tu agua.

-Con alguien a quien quiero no, con alguien a quien amo.

Se besaron.

Álex y Dylan fueron a ducharse juntos. Al salir, se vistieron y él le desenredó el pelo de nuevo.

-Espera aquí hasta que se vayan todos a dormir. Luego te acompaño para salir.

Ella asintió.

Dylan la dejó sola mientras bajaba a cenar. Álex se metió debajo de la cama a esperarlo, para evitar que una criada la viera.

En quince minutos él subió, trayéndole un bocadillo. Cerró de nuevo la puerta y empezó a comer.

Se hicieron las doce. La criada de confianza se había ido y sus padres habían entrado en su habitación para echarse a dormir.

Álex y Dylan bajaron en silencio a la entrada. Le abrió la puerta a Álex y antes de que ella saliera le preguntó:

-¿Esto significa que somos pareja?

Ella le sonrió y dándole un suave y rápido besito le contestó:

-Esto significa que somos pareja y que si te veo con otra quemaré tu casa.

Salió corriendo con una sonrisa en la cara tan grande como la del chico.

La chica del reformatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora