Y efectivamente había sido impresionante. Nadie se esperaba que Álex fuera a hacer uso de su habilidad. Ella le entregó la cartera a Rush.
-Eres justo lo que necesito.
Guió a ambos chicos por un pasillo hasta una sala. En ese pequeño lugar, se encontraba un chico de unos catorce años con una pistola de balines, custodiaba a un hombre que tenía una bolsa tapándose la cabeza. Estaba atado a una silla de madera que parecía que podía ro pese en cualquier momento. Álex abrió los ojos y soltó una carcajada al verlo.
-¿Me explicáis qué queréis que haga con él?
-Por supuesto -Empezó Rush -. Es sencillo, él tiene algo que yo quiero, varios de mis amigos han intentado que me dijera donde está, pero no hemos conseguido nada. Esperaba que pudieras sacarle algo.
Álex lo miró mejor. Tendría unos quince años. Era delgado y parecía también alto, aunque no se distinguía.
-Puedo sacarle lo que yo quiera, solo necesito una cosa.
-¿El qué? -Preguntó el chico entusiasmado.
-Algo que me tape la cara o al menos parte de ella.
Rush mandó al chico de la pistola a buscar algo que sirviese.
Pasaron cinco minutos cuando el chico ya había vuelto con un antifaz. Era rojo, llegaba hasta la nariz y le cubría de ella para bajo habían unos hilos que le tapaban la boca.
Álex se puso la máscara con expresión traviesa. Ordenó que se quedase un chico con ella. Rush también se puso una máscara similar en negro. Retiró la bolsa y quien estaba bajo ella parpadeó confundido.
La chica se cruzó de brazos y le miró con esos ojos fríos de los que se sentía tan orgullosa.
-Quiero que me soltéis. Llevo aquí cinco días, y la sopa con pan no podrá alimentarme eternamente. -Expresó el chico realmente enfadado.
Tenía su pelo marrón sucia y sus ojos del mismo color rojos, probablemente habría estado llorando.
-Te vamos a soltar -Declaró Álex -, pero antes danos lo que queremos.
Él levantó la mirada y la observó con asco.
-Supongo que tu eres la nueva matona de este mafioso de quince años.
Álex dio un giro sobre sí misma, aparentando ser coqueta.
-Matona no es una palabra que me guste, yo prefiero... sonsacadora
-Esa palabra no existe. -Escupió él.
-Ahora sí. Venga, esto es tan fácil como que me digas lo que quiero saber. Luego te vas.
-A lo mejor no quiero decir nada.
-En ese caso me voy.
Álex se dio la vuelta y fue hasta la puerta. Al abrirla Rush le gritó:
-¿¡Es qué no vas a sacarle nada?
Álex movió la cabeza y cerró un poco los ojos.
-Por supuesto que sí, aunque es evidente que así no va a decirme nada. Voy a por una navaja para pensar otra forma de sonsacarle las cosas.
Salió del lugar. Al estar a punto de cerrar la puerta el chico no pudo evitar ponerse nervioso y moverse en la silla.
-¡Espera! ¡Vuelve!
Álex volvió a entrar en la habitación. Rush sonreía desde detrás y su compañero se movía inquieto.
-Por favor, te diré lo que quieres saber.
Álex avanzó hasta su lado. Se sentó en su regazo y entrelazó las manos detrás de su cuello. El chico se sonrojó.
-Te escucho.
-Me llamo Alexander, pero todos me llaman Álex. -La chica rio -. Lo que creo que queréis saber es el lugar en el que guardo una llave que me han dado mis padres.
-No lo sé. ¿Seguro que queremos eso?
Alexander volvió a moverse. Él creía que querían eso, por eso le sorprendió tanto la pregunta.
-Los matones solo me preguntaban por eso.
-Pero es que yo no soy un matón, yo soy una sonsacadora. Así que empieza a hablarme de algo interesante.
-¿Y qué quieres qué te cuente?
-Lo que yo quiero saber.
Alexander miró a todas partes con intención de sltar la pregunta, pero Álex decidió jugar con su cabeza.
-Tienes miedo. Te asusta contarme tus secretos. Esto es muy interesante.
-No, no, no, yo no tengo miedo.
-Claro que sí. Es más, me aventuraron a decir que yo re causó verdadero terror. Te repugna la simple idea de confesar ante mí, una chica.
-¡No! -Gritó desesperado- Eso es mentira, yo no le tengo miedo a nada.
Álex sonrió, estaba consiguiendo lo que quería.
-En ese caso, cuéntame.
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La chica del reformatorio
ActionÁlex es una niña superdotada que nunca fue querida por nadie. Sus ojos y pelo negro destacaban sobre las demás chicas, por lo que no tenía amiga. Además, era bastante deportista, algo que los chicos envidiaban, no tenía amigos. Su elevada inteligenc...