Extra: Amenaza.

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Extra.
Amenaza.

Semanas antes..
01 de Agosto del 2008

Aurelio.

Digamos que esto de decir que el hijo de Ximena es mío tiene sus beneficios.

Desde el día que se lo contamos o más bien que yo le propuse decir eso a Don Cleto cambio completamente conmigo y ahora hasta los chavos de seguridad me tienen algo así como "respeto".

Y es que esto es tan simple aunque aveces no lo sea teniendo que soportar los arranques de histeria de Ximena.

Suena feo decirlo así, yo lo sé, pero no hay otra manera de describirlos. Se pone como una loca con sus hormonas alteradas y aveces simplemente quiere que esté a su lado.

Yo entiendo perfectamente que esto sea debido a los cambio que tiene su cuerpo y esas cosas que no entiendo pero es que aveces su locura me desespera.

Rió solo en mi habitación.

Algo que también agradezco es que no hayan querido juntarnos en una sola. Ya mucho tengo que aguantar por las tardes como para hacerlo en las mañanas, tardes y noches.

Ya casi son las once de la noche, hace un rato me entretuve platicando con el gato uno de los hombres de seguridad de don Cleto que siempre trata de ayudarme en la cosas que tiene que ver Mónica.

Hoy le propuse que me ayudara a conseguir un teléfono donde me pudiera comunicar con ella pero dice que es casi imposible hacerlo.

Gato conoce perfectamente a la familia Robles y muchísimo mas a Ramón el hombre que cuida principalmente a Mónica. Él dice que es imposible hablar con ella o que tendríamos que pasar por encima de Ramón que siempre la a cuidado como su vida y eso sería muy difícil de hacer.

Pensamos un poco mas las cosas pero no había otra manera de burlar la seguridad a menos que a alguien de adentro me ayudara a entrar y a comunicarme con ella.

En verdad necesitaba contarle todo lo que esta pasando con Ximena, necesitaba contarle la verdad para que ella no se dejara llevar por las mentiras que nosotros diríamos el día de la fiesta en Tijuana. Necesitaba verla antes de ese día, ósea ya mismo porque ese día es pasado mañana.

Suspiro tirándome a la cama.

Necesito una idea buena para poder hablar con Mónica, no iba a dejar que se confundiera más, no iba a perderla más por esta mentira que yo mismo cree.

Intentó quitar mis botas pero es un intento fallido parece que están muy atoradas.

Escucho que tocan la puerta.

—Pase.—grito jalando de nuevo mi bota café.

Ella no quiere despejarse de mi pie, parece una garrapata.

Veo a don Cleto entrar, le sonrió pero algo parece preocuparle. Sus cejas están levantadas, sus mejillas algo coloradas y hace algunos ruidos con su garganta.

Dejo de pelear con mi bota garrapata.

—¿Ocurre algo señor?.—pregunto, en un movimiento rápido él me toma por el cuello de la camisa y me levanta con un solo brazo.

—¿Creíste que nunca me daría cuenta? ¿En realidad creíste que sería tan estúpido para no darme cuenta?.—grita muy fuerte mientras me avienta con fuerza sobre la cama.

Lo veo confundido.

Creo que nunca lo había visto tan enojado.

— ¿De qué habla? ¿Qué a sucedido?.—digo viéndolo.

Él saca la pistola que siempre trae en el pantalón y me apunta con ella.

—Estas buscando a esa zorra, me lo a dicho el gato gracias a que alguien los escucho hablando. ¿Creíste que me harías pendejo?.—grita de nuevo y siento mi cuerpo temblar. La pistola está cerca de mi cara, nunca había estado en una posición como esta.

—Señor..— digo apenas en susurros.

—No digas nada, no te quiero escuchar. Estas engañando a mi hija, estas dándole por otro lado a la propuesta que me diste.— dice moviendo la pistola en diversas ocasiones.

—Yo no le soy infiel a Ximena, Ximena no es nada mío.— digo algo fuerte. La mano desocupada de don Cleto me golpea la mejilla.

—Eres el padre del bebé que ella espera ¿eso no te basta?, debes tenerle un respeto y no buscar a una zorra que ni siquiera te recuerda.

Sus últimas palabras me duelen. En realidad lo hacen.

—Por mi culpa, por mi culpa la mujer a la cual amo no le soy nadie más que el padre de sus hijas. Yo mismo provoque que ella olvidará el amor que me tenía.—grito enojado. La mano de don Cleto vuele a levantarse pero esta ves me alejó de ella.—Usted no es nadie para golpearme.— digo y él le quita el seguro a la pistola apuntando mi cabeza.

—¿Quieres que te pase lo mismo que a el gato?, ¿Quieres que te mate y que nunca más sepan de ti?.— dice y yo niego asustado.

—Usted debe entenderme.

Don Cleto sonríe muy ampliamente.

—Lo hago, así como entiendo que no te gustaría que matará a tu madre, a el Víctor, a la Mónica o a tus hijas..— dice mientras yo lo veo muy fijamente.

—No se atrevería, a ellos no los toquen.— digo y él vuelve a sonreír.

—Portate bien eso nada te cuesta, hazlo y tu familia estará con vida.— dice apuntándome aún.

—¿Que debo hacer?.— mi voz suena muy débil.

Don Cleto aleja la pistola de mi cara.

—Primero debes hacerle caso a mi hija, que vivan como una familia feliz por que ahora eso son. Segundo vas a hacer todo lo que yo te ordene y si es posible te casarás con Ximena en unos meses cuando nazca mi nieto. Tercero y más importante.— habla caminando por mi habitación, mis ojos lo siguen yo no quiero casarme con Ximena.— iras a ver a Mónica, le romperás el corazón despidiéndote tan cruel sea posible de ella. Nunca más la volverás a ver y si lo haces tú familia morirá.— Termina de hablar dejando de caminar y viéndome a los ojos.

Yo lo veo con la boca abierta, yo no podría hacerle esos Monica, yo la amo y no podría hacerla sufrir así.

Pero más amo a mi familia, y yo no podría dejar que le hagan nada malo por mi culpa.

Si tenía que hacerlo aceptaría todo lo que don Cleto me estaba diciendo.

Luego lucharía por ellos.

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Hola!
He vuelto en unas de esas veces locas que me vuela la locura.
Espero que les gusté este capítulo y que no se olviden de esta fanfic. Aún no he muerto.

Un beso.
VGEvelyn.

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