Capítulo 31/1: Tú no tienes la culpa.

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Capítulo 31/1.

Tú no tienes la culpa.

Aurelio.

— ¿Cómo que tú lo provocaste Aurelio? —dijo mi Ama poniendo su mano en su cintura.

Suspiré.

—Es una historia muy larga en la cual también está involucrado Víctor. Él no se quedó en Tijuana por trabajo. Se quedó allá porque ahora me odia. Tenemos varios meses sin hablarnos y por todo lo que sucedió con Mónica. —.

—Quiero que me cuentes todo Aurelio, con lujo de detalle y que nada se te olvide.

Necesito entender por qué está pasando todo esto y yo no estaba enterada.

Asentí.

—Lo mejor es que nos vayamos a sentar mamá, después comemos. —Ella movió su cabeza y se quitó el mandil que traía puesto. Dejé que se sentara primero en la mesa del comedor y luego yo lo hice.

Me miré de una rara manera y supe que quería que empezara a hablar.

—Bueno, usted desde el día en que Mónica llegó a esta casa, supo que me gustaba. —Mi Ama asintió poniendo sus manos en la mesa y entrelazándolas. —Mónica también sintió atracción por mí desde ese momento y empezamos a juguetear cuando ella estaba aquí. Cuando supimos que sus hermanos estaban en problemas, me quedaba en las noches con ella a apapacharla y ahí supe lo débil que era sin ellos. En cuanto me pidió que fuera a México con ella, no dudé en decirle que sí. Ahí conocí a la verdadera Mónica y lo capaz que era de hacer por salvar a su familia. —dije viendo un pequeño vaso que estaba en la mesa. —Cuando regresé unos días después, los Robles me pidieron volver a la casa para cuidar a Mónica y tú me dijiste algo que nunca se me ha olvidado. —

Ella se inclinó hasta mí.

—Nunca dañes a la mujer que ahora te está dejando entrar a su vida, no sabes lo que ella ha pasado. No la cuestiones, sólo deja que ella hable. Si te ama tal y como lo dice, te lo demostrara y tú debes de hacer lo mismo. Cuidarla como si fuera la joya más valiosa que tuvieras en la vida. —Soltó rápidamente susurrando.

Esas palabras me las dijo el día que le dije que estaba enamorado de Mónica y que lucharía por ella hasta el cansancio.

—No pude hacerlo mamá, cuando llegué ella estaba sola y el primer día nos quedamos juntos viendo películas y nos besamos. Ella me confesó que le gustaba estar conmigo y ahí empezamos una amistad más allá de ésta. Después los Robles me mandaron juntó con otra persona a una casa diferente y unas semanas después, Mónica llegó decidida a que estuviéramos juntos una noche en mi cama. —mi Ama levanto una ceja.

—Evítate los detalles. — yo asentí.

—Después de ese día lo hicimos muchísimas veces más pero Mónica no quería decirle a sus hermanos porque decía que ellos nunca iban a aceptar la relación. En esos días llegó una amiga de Mónica, su nombre es Luciana e hizo un click especial con Víctor y después de tantas peleas, sabíamos que se gustaban. Pasaron días y fuimos a una fiesta en donde conocí a una chica llamada Ximena, ella también es hija de un narco y quería conocer a Mónica así que se la presenté.

»Para ese entonces, Mónica hacía unos días que estaba enferma. Todo iba muy bien éramos muy buenos amigos todos, incluyendo a Ximena y nada había cambado en mi relación con Mónica. Así pasaron dos meses donde toda nuestra relación era secreta, sólo que algo estaba cambiando en Mónica. Como es de esperar, la bomba explotó y sus hermanos nos encontraron en la cama. —Mi ama apretaba cada vez más su mano. —A mí me golpearon y me corrieron de la habitación. Pero antes de irme vi como su hermano menor golpeo a Mónica y sentí una irá terrible. —Respiré algo más profundo. Mi ama solo me veía. —Ya no supe nada más porque me sacaron de la casa juntó a Víctor y le pedimos ayuda a Ximena Víctor. No está de acuerdo, él ya me había confesado que estaba enamorado de Luciana pero no nos querían cerca de nadie de los Robles. Ahí pasó todo lo malo.

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