Capítulo 20/2: El mejor regalo.

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Capítulo 20/2.

El mejor regalo.

Aurelio.

Víctor volvió a salir y no me dijo a donde iba, eso me molesta cada día más pues es mi hermano menor y debe saber que aún es responsabilidad mía que no le pase nada.

Cuando le hablo de Mónica él dice que prefiere guardarse su comentario y no decir nada porque sabe que me molestare. A él parece no importarle que me engañara durante tres meses y no elimino la posibilidad de que nunca estuvo enferma y sólo eran los síntomas de su embarazo.

Ahora la duda que me consumía era: ¿Quién era el padre?

Ella nunca me hablo de alguien distinto a mí ni de algún novio anterior aunque cayendo en cuenta de todo lo que se dice de ella puede que ese bebé sea de cualquier hombre de este negocio o hasta de su misma seguridad.

No debo mentir que me duele saber que Mónica no me dijo la verdad. Yo a lo mejor en el momento no la hubiera rechazado de saber que sería madre pero en cambio decidió callarlo todo.

Eso era lo que me dolía, su desconfianza hacia mí.

Si decía casi a diario lo mucho que me amaba ¿por qué decidió callarlo?

Era algo que en realidad no entendía y estaba muy confundí por ello.

Aunque pensándolo bien le daba mucha importancia a cosas que ya no la tenían y estaba pensando en darle la oportunidad a la vida de saber que venía.

También hoy es el cumpleaños de Mónica y tengo la duda de cómo hubiera sido si nada de esto hubiera pasado ¿qué estaríamos haciendo en este momento?

Me levante de la silla del jardín y camine un poco hacia unos grandes arbustos que había.

Un presentimiento, siempre que pensaba en ella, sentía en mi pecho y no sabía por qué.

Era muy raro por qué tenía ganas de odiarla pero a la vez algo me impedía hacerlo.

Ya no estaba seguro si aún la amaba o la estaba dejando de amar.

Tal vez yo solo merezca ser feliz y no estar amarrado de por vida a una mujer que me engaño.

Suspiré viendo la luna que hoy estaba muy grande y brillante.

Escuche unos pasos detrás de mí y voltee a ver. Ximena venía caminando hacia mí con un blusón corto, su cabello estaba suelto y no tenía ninguna gota de maquillaje.

— ¿En qué piensas?—

—En nada solo estaba viendo lo linda que está la noche.

Ella se acercó a mí y se paró de un lado.

—Sí, hace algunos días que la luna está así de linda de hecho se ve desde mi ventana—.

Voltee a verla.

— ¿Pasa algo?— ella negó.

—No, es solo que...— se acercó muchísimo a mi rostro.

De un momento a otro sus labios estaban pegados en los míos. Yo no reaccionaba así que no le seguí el juego. No se separaba de mi la vi que tenía los ojos cerrados y sentí sus manos cruzarse por mi cuello.

Levante los brazos y con mis manos empuje sus hombros separándola de mí.

— ¿Qué te pasa Ximena?— le pregunte enojado limpiándome los labios con la manga de mi camisa.

Ella sonrió y toco sus labios.

—Moría de ganas de hacerlo—.

—Pues yo no, Ximena yo no quiero problemas con tus papás, suficientes los tengo con los Robles como para venir a cargarme otros, por favor no hagas esto más difícil—. Dije viéndola pero ella parecía no reaccionar.

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