Capítulo 49/2: Ayúdame.

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Capítulo 49/2.
Ayúdame.

Aurelio.

El semáforo cambia a verde y Sebastián avanza, mis dedos se mueven rápidamente. Debemos llegar a la casa Robles rápido, Mónica me había citado a las doce en su casa pero parece que algo paso. Hace algunos diez minutos me hablo que me necesitaba ya en casa, su voz era cortada, estaba llorando y sus sollazos eran cada vez más fuertes, trate de calmarla mientras llegaba a su casa. Cuando recibí su llamada inmediatamente desperté a Sebastián para que me acompañara y luego aliste a Iker. Ahora viajamos a velocidad alta, quizá ciento sesenta kilómetros por hora. Estaba preocupado, tal y como Sebastián lo estaba.

Este gira hacia la derecha de prisa, volteó a ver a Ker quien descansa en su pequeño asiento de bebé sus pequeños ojos están abiertos, mi pequeño apenas cumplirá un mes de nacido.

Sebastián gira ahora hacia la izquierda y pasamos un bordo muy rápido que provoca que el auto salte.

Mi cabeza se mueve a ambos lados, mi amigo no parpadea.

—Lo siento, es solo, estoy nervioso. — explica sin quitar los ojos del camino.

—Lo estás igual que yo, no te preocupes por eso. Tú eres el que nos llevas..

A lo lejos veo la reja de la casa, algunos hombres caminan frente a ella.

Recuerdo aquel día que Armando me trajo a escondidas, su excusa fue ir a comprar pañales.

Luego de eso no todo fue igual, metí la pata como siempre lo he hecho y me separe de ella.

Sebastián llega hasta la puerta y un hombre nos abre el portón. Rápidamente avanzamos, la casa está tranquila no se ve mucho movimiento. Podría ser que Mónica solo tuvo una pesadilla o algo parecido, no quiso contarme por teléfono, ella solo dijo que tenía miedo.

Algunos guardias caminan al frente de la casa, otros hacia atrás de esta misma. Volteo hacia el ventanal del cuarto de Mónica, la cortina esta corrida, sé que ella ya no duerme ahí. Que desde la última vez que estuve aquí, junto a ella no ha dormido en esa cama. Ni siquiera sabía si eso estaba bien, aunque la idea me agradaba...Era mejor pensar que no había estado ahí con Armando.

Mi amigo estaciona el coche frente a la puerta principal, desabrocho mi cinturón y de prisa abro la puerta. Sebastián parece ser más rápido porque él ya se encarga de sacar a Iker de su silla.

Salgo del auto y cierro la puerta. Rodeo el carro para llegar hasta la altura de mi amigo que ya trae cargado a mi hijo y su pañalera. Ramón está cerca y lo saludo con la mano mientras Teo nos abre la puerta principal.

Recuerdo perfectamente cuando ese era mi trabajo, ahora soy algo así como el dueño de una organización, aunque no lo siento así.

—Podrías avisarle a la señora Mónica que estamos aquí...— Sebas le señala a una de las chicas de limpieza. Ella asiente y sube las escaleras corriendo.

— ¿Porque crees que Mónica acudió a nosotros?— pregunta Sebas.

—No lo sé, por lo que escuche los robles no están en casa, tú has dicho que Luciana tenia cita en el médico y...

—Y Armando debe estar estudiando... Lo cual está mal, debería hacerse cargo de su esposa...— termina de hablar.

Me en cojo de hombros.

—Es muy su problema, no el nuestro. Y si Mónica nos a buscado es porque no ha tenido a quien acudir.

Veo a la chica de hace un momento bajar...

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