Dueños del Tiempo

Capítulo 16/1: Todo esta mal.

      Capítulo 16/1.
Todo está mal.

21 de Noviembre del 2007

Mónica.

Dos meses después...

Han pasado dos meses desde que Luciana fue a recoger el sobré con los resultados al laboratorio.

Dos meses en los cuales no me he atrevido a abrir aquel sobré blanco que estaba guardado como el más preciado tesoro que he tenido.

También hace dos meses que mis hermanos volvieron a la casa, bueno, no dos meses pero si tienen tiempo de que ya están conmigo y vamos a volver a la casa anterior.

Aurelio se hizo uno de los hombres de más confianza de mis hermanos al igual que Víctor que ahora Luciana le dice de cariño Chacorta porque se enoja muy rápido.

Esos dos saben bien que algo pasa conmigo pero no han dicho nada gracias a Dios y es mejor así.

Prefiero que no digan nada, a pesar de que ya sé que está pasando conmigo y estoy contenta por ello, aún no me atrevo a decirles.

No me atrevo a abrir ese sobré porque si leo lo que está escrito ahí dentro me tendré que hacer a la idea más pronto y estoy muy feliz así. Así que es mejor no abrirlo.

Ximena Letrán a venido un par de veces a la casa y hemos hecho muchas cosas juntas, se volvió como una mejor amiga para mi aunque eso no quiere decir que esté cambiando a Luciana. Obviamente no, son muy distintas y cada día pienso más que a Luciana no le cae nada bien Ximena.

Desde qué mis hermanos volvieron me he vuelto algo más discreta en cuanto a la relación con Aurelio ya que casi no nos vemos y es mejor así antes de que mis hermanos descubran que pasa algo entre nosotros.

Pero hoy sería la excepción. Mis hermanos saldrán al DF y dejarán a Aurelio aquí así que hoy aprovecharé para pasar un rato con el sin que nadie nos moleste y decirle ya lo que está pasando conmigo.

Me encontraba en el jardín sentada esperando a que Luciana trajera mi desayuno. Aunque se puede escuchar mal yo se que Luciana sabe la verdad y está esperando a que yo la diga pero aún así ella me cuida como una niña pequeña.

— ¿Ya viene el desayuno princesa?—  hablo Aurelio y yo sonreí.

—Luciana es una loca desde hace varios días se le metió en la cabeza traerme todos los días el desayuno aquí y ayudarme a comerlo.

—No está loca sólo quiere cuidarte pero creo que lo está haciendo demasiado bien porque te estás poniendo gordita—. Sentí como me sonroje.

Algo que se me había olvidado decir es que había ganado algún peso de más y mi pequeña panza se empezó a inflar hace poco.

—Oye, tú mismo dijiste que me dejara consentir ahora no te quejes además es mejor estar así que enferma y vomitando por donde sea.

—Bueno en eso tienes razón pero ya no dejes que Luciana te de tanta cosas que algún día tendré que rodarte por toda la casa—.

—Eres un exagerado acaso ¿ya no te gusto así?— le pregunte y el rió.

—Tú me gustas estés como estés eres muy bella y además esas mejillas gorditas te quedan de maravilla.

Reí por sus palabras y le di un pequeño beso rápido.

»Ya extrañaba tus labios—. Comentó con una sonrisa. —ahora vuelvo iré a ver si necesitan algo tus hermanos y vuelvo.