Capítulo 25/3: Todo es mi culpa.

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Capítulo 25/3

Todo es mi culpa.

Aurelio.

Mi cuerpo estaba pesado y no podía mover parte de mis piernas.

Abrí los ojos y vi a lo lejos unas luces de colores, mi cabeza dolía y mi hombro ardía como el mismo infierno.

Escuche unas voces cerca de mí y el sonido de una máquina prender.

Gire cómo pude la cabeza para ver a Mónica quien aún tenía mi mano apretada.

Su cabello rubio tapaba parte de su cara, su vestido negro estaba manchado de sangre y algunos vidrios estaban encima de él, sangre manchaba parte de su cabellera parecía una herida grande.

Por lo que alcanzaba a ver su rostro también tenía sangre y sus ojos estaban cerrados.

—Mónica...— susurre moviendo su mano la cual estaba tomada de la mía. —Mónica despierta—. Insistí sintiendo un nudo en mi garganta y algunas lágrimas empezaban a salir.

Trate de acomodarme mejor en el sillón pero no podía hacerlo. Mi brazo herido no me lo permitía. Mis piernas estaban atoradas y no dejaban girarme para verla mejor.

—Tienes que ser fuerte...— dije viendo su rostro y sobando su frágil y helada mano... —Por Eva y Ava, por tus hermanos, por Luciana, por mi...— termine de decir y sentí que mi boca se secaba.

Yo solo acariciaba su mano pero ella no despertaba, ella estaba cubierta de sangre y yo me sentía la peor persona del mundo por no haberla cuidado.

«Todo era mi culpa» pensaba una y otra vez.

No quería soltarla de la mano ni cuando un hombre vestido de amarillo la estaba sacando de la camioneta. Vi como su cabeza estaba colgando del brazo de aquel hombre yo me aferraba más a su mano y la apretaba sintiendo lo helada que estaba.

—Sé fuerte Mónica...— susurre soltando su mano y dejando que mis párpados se cerrarán de lo cansados que estaban.

***

El accidente en el cual Mónica y Aurelio habían participado era muy fuerte...

La camioneta había dado algunas vueltas y chocado contra un árbol del lado en donde viajaba Mónica lo cual hizo que el impacto fuera de lleno en ella.

Los Robles habían estado tratando de comunicarse con los demás pero no podían hacerlo, todo esto había sido una gran tragedia de la cual aún no estaban enterados los hermanos.

Ahora la vida de Mónica y sus pequeñas hijas solo dependía de los doctores.

Las camionetas que habían causado todo el accidente se habían dado a la fuga y nadie sabía que había pasado realmente. Prensa, policías y ambulancias estaban por todo el lugar donde hacia un momento Mónica se encontraba pero una ambulancia se la había llevado de urgencia al hospital.

Todos daban su versión pero nadie en realidad sabía como sucedió todo y a quién se estaban llevando.

Era la noticia del momento.

«Pareja estrella su camioneta, hombre queda inconsciente juntó a su esposa embarazada que corre peligro de muerte.»

La noticia corría como viento por todas las ciudades, sin ninguna pista de quien era aquella pareja.

***

Luciana.

Miedo solo era lo que recorría mi cuerpo.

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