Capítulo 54/2: Pasado.

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Capítulo 54/2.
Pasado.

Mónica.

Los recuerdos volvieron, los recuerdos lo hicieron cuando él me toco. Cuando su mirada me desafío y me arranco la ropa del cuerpo sin compasión. Yo no era una zorra, yo no era la mujer que decía.

Tal vez fue un error estar con Aurelio, pero a mi defensa yo no sabia que estaba embarazada.

Con el señor era diferente, lo hacia por el bien de la familia.

Armando voltea a verme, me escamo de inmediato.

Él era bueno, lo había sido conmigo pero yo lo defraude. Yo lo hice enojar y merecía esto. Lo merecía como cuando era niña y el señor lo hacia.

Me pongo la ropa despacio. Mientras veo que él también lo hace y guarda alguna ropa en su mochila.

Me dijo que se quería llevar a Pato, yo no me negué porque podría ser lo mejor. Yo no era una madre buena.

—Sigue respirando Mónica.. — lo escuchó decir, yo suspiro un poco.

Acabo de vestirme y ahora me peino haciéndome una coleta.
Armando sigue guardando algunas cosas. De pronto un sonido me hace saltar, giro mi cabeza para ver hacia mi ventana y humo sale del jardín. Unos sonidos hacen que mi corazón se acelere.

Como relámpagos un par de imágenes están en mi cabeza.
Una niña corriendo en una habitación rosa, una mujer la lleva de la mano y abre el closet de la habitación.
Volteo de prisa a ver el nuestro y corro haciendo lo mismo. Pongo seguro por dentro y me siento doblando mis rodillas para abrazarlas. Tiemblo del miedo y mis lágrimas comienzan a salir.

—Mónica, todo estará bien, no te pasara nada que no merezcas. Yo me llevare al niño. Tú solo sigue respirando. Te falta mucho para pagar lo que has hecho.

Armando me habla a través de la puerta. Yo tapó mis oídos con las palmas de mis manos y cierro mis ojos.

La voz de aquella mujer que es mi madre vuelven. Sus palabras que todo estará bien son lo único que escucho, a diferencia de esto que son palabras de odio.

Los sonidos se hacen cada vez más fuerte, mi familia esta afuera luchando, mis hijos están siendo protegidos por ellos y si yo seguía aquí todo podría ser mejor. Sabia quien era quien estaba atacando, él me dijo.

Román venia por mi.

Mis lágrimas comienzan a salir.

—Sé buena Mónica, sé buena para que sigas engañando a mas hombres como lo hiciste conmigo. Porqué a pesar de que yo te amaba a ti no te importó y me engañaste. Me defraudaste.

Otro fuerte sonido se escucha, el vidrio de la ventana que da directo al jardín estalla. Puedo verlo todo por las rendijas de la puerta.

—Cuando mi hijo me pregunte por ti sera fácil mentirle, decirle que moriste o que nos dejaste solos. Él nunca estará cerca de tú familia. Él no sera igual a ti, a tus hermanos.. Él será alguien de bien, no una mierda como tú.. — grita.

Muevo mi cabeza ambos lado, estrello mi mano derecha contra mi frente. Luego la izquierda y así sucesivamente. 

Los sonidos se hacen mas fuertes, escucho como la puerta de mi habitación es abierta.

—¡Vete a la mierda Robles!— grita de nuevo. Mis lágrimas mojan toda mi cara, mis mocos se sueltan y tengo que limpiarlos con el suéter que alcance a ponerme.

—¿Donde esta?— escucho a un hombre hablar.

—No lo sé.— dice Armando.

La voz de aquel hombre puedo reconocerla. Es Alan.

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