Capítulo 6

236 47 6
                                    


¿Existe el destino? La gran pregunta a la que todo el mundo teme contestar.

Como dijo Dumbledore, nada pasa por que sí, todo tiene una conexión, por muy diminuta que sea. De algún modo, sabía que había un motivo por el que yo fui seleccionada a Slytherin, pero, por mucho empeño que le pusiera, no conseguía encontrar el nexo de todo el embrollo. Lo que estaba claro era que tendría que haber alguna razón, pero ¿cuál?

Muchas teorías rondaron por mi cabeza. Por ejemplo, se me llegó a ocurrir que a lo mejor el gorro me vio en un futuro presa en Azkaban, esa cárcel de la que todo el mundo hablaba tanto. Sin embargo, también cabía la posibilidad de que el sombrero seleccionador se hubiera equivocado, por que quien tiene boca se equivoca, y él... teóricamente tiene boca ¿no?

Solo trataba de buscar desesperadamente una respuesta a una pregunta que seguramente que no tuviera contestación alguna. Que fue así porque tuvo que serlo, y punto. No obstante, esa respuesta tampoco me serviría de mucho.

***

Pasaron las semanas sin novedad alguna. Las cosas seguían igual, evitaba a Blaise a toda costa, aunque he de decir que él tampoco intentó acercarse a mí. Es más, cada vez que nos cruzábamos las miradas, él me rehuía rápidamente. Era totalmente extraño, pero así lo prefería. Los capullos bien lejos. Por otra parte, eran pocas las ocasiones en las que hablaba con Draco, quién por cierto estaba más inaguantable que nunca.

A lo largo de los meses fui adquiriendo el nivel requerido para el quinto curso y terminé por seguir el ritmo de los alumnos a penas cuando quedaban pocas semanas para acabar. Más vale tarde que nunca, suelen decir. Hacía cinco meses de las vacaciones de navidad, hacía aproximadamente ciento cincuenta días que no veía a mis padres y eso era toda una vida para mí. Los echaba muchísimo en falta. La semana que estuve con ellos me sentí más feliz de lo que me había sentido en mucho tiempo. Desde entonces, me escribía casi a diario con ellos. Aquella fue la única manera que encontré para recobrar la fuerza que había perdido durante esos meses de cautiverio en aquel colegio.

***

Una noche como otra cualquiera me fui a la cama. No tardé demasiado en conciliar el sueño. A media noche, me levanté. Bajé en busca de un vaso de agua. Con sigilo deambulé por los pasillos hasta llegar al gran comedor. Comencé a caminar, queriendo llegar hasta el final del salón, ya que encima de una pequeña mesa, se hallaba un reluciente vaso de agua fresca. Cuando había cruzado la mitad de la sala, las puertas se cerraron, formando un gran estruendo. Algo insólito, y no negaré que estaba realmente acojonada.

<<¡Qué le den al vaso!>>

Según iba avanzando por el espacioso comedor de vuelta a los dormitorios una pequeña corriente silbaba a mis espaldas.

<<No te gires, no te gires>>

Cada vez que estaba a punto de agarrar el pomo de la puerta y salir del comedor, ésta se desplazaba unos metros más atrás, hasta que finalmente me vi corriendo para tratar de alcanzarla. Corrí y corrí hasta que me ardieron los pulmones, si lograr nunca desplazarme a la velocidad necesaria. Hasta que todo se sumió en las sombras y no escuché más que mi agitada respiración. Me quedé en la mitad de la noche, perdida en quién sabe dónde, rodeada por la oscuridad que se apoderaba del lugar. Anduve sin rumbo fijo durante lo que parecieron horas, tratando de guiarme por el tacto, pero no reconocía nada.

No estaban las mesas, nada que recordará de lo que era la sala. De repente escuché una voz que hacía tiempo que no escuchaba. Una voz que me hizo frenar en seco.

" Jane... te encontraré, tarde o temprano, y esta vez, nadie podrá hacer nada para evitarlo. Te lo aseguro.... Dehesarás no haber nacido... Voy a matarte, Jane"

Till The End [Draco Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora