Resultaba imposible huir de la escalofriante llamarada de emociones, crudas y hambrientas, que Draco había avivado en lo más profundo de mi corazón. Lamía y succionaba la piel de mi cuello haciéndome temblar cada vez. Observaba su lujuriosa mirada examinar mi rostro. Acariciaba mi labio con el dedo pulgar, como si fuera el milagro más hermoso jamás visto.
Mis labios buscaron los suyos de nuevo deseosos de su roce. El beso esta vez era más pausado. No supe lo que hacía con mis manos hasta que sentí mis dedos jugando con la hebilla de su cinturón. Draco se puso rígido y tomó distancia, y mi autoestima de repente calló en picado. ¿No quería que pasase conmigo?
— Será mejor que paremos antes de que te folle como un loco en medio del pasillo — Sus palaras me tomaron por sorpresa y no pude evitar sonrojarme.
Sí, tal vez la delicadeza no era una de sus virtudes, pero no podía negar que me encantaba la forma en la que me hablaba. Sus impúdicas palabras despertaban algo en mi interior, algo de lo que no estaba segura si podía controlar.
— Vayámosnos antes de que vuelva Filch y me encuentre con la mano en tus bragas — Me reí como una estúpida. ¿Por qué me reía?
Agarré mis zapatos que estaban tirados en el suelo, y nos fuimos hasta los dormitorios. No daba crédito a lo que acababa de suceder, había vuelto a sucumbir a los encantos de Draco, y lo más preocupante fue que no me importó lo más mínimo. No me arrepentía tal y como pensaba que haría.
Caminamos en un silencio incómodo hasta los dormitorios. Estaba asustada. Puede que yo no lamentase lo que acababa de suceder entre nosotros, pero la posibilidad de que Draco si lo estuviera me horrorizaba más de lo que debía. No sabía que hacer o que decir para acabar con aquella pausa únicamente interrumpida por el eco de nuestros pasos. Nuestra improvisada caminata nocturna llegaba a su fin. Me iba a desviar hacia el dormitorio de las chicas, cuando la fibrosa mano de Draco me agarró el brazo por enésima vez desde que lo conocía.
— ¿Dónde vas?
Sus repentinos cambios de humor eran tan habituales que no sabía a qué atenerme con él.
— A dormir — Contesté tímidamente.
Asintió y comenzó a guiarme hasta su cuarto, que también compartía con Nott y Goyle. ¿Para qué me había llevado ahí? ¿Quería hacerlo? ¿Debía hacerlo? Eran demasiadas cuestiones y meditarlas más del tiempo necesario me daba dolor de cabeza.
Todos los pensamientos coherentes colisionaron entre si, cuando en medio de los ronquidos de las serpientes dormidas, Draco comenzó desnudarse, hasta quedar en boxes negros.— ¿Qué haces? — Hablé lo más bajo que mi quebradiza voz me permitía en aquel momento.
— Desnudarme.
— Ya. Ya veo, pero...
— Has dicho que querías dormir — Concluyó como si fuera obvio.
— Lo sé, pero me refería a dormir en mi cuarto.
Su sonrisa se intensifico y avanzó unos pasos seguros hacia mí. Me obligue a mantener mi vista fija en sus ojos, era demasiado difícil mantener a concentración con un Draco semidesnudo frente a mí.
— ¿No quieres dormir conmigo?
Tragué saliva.
Claro que quería dormir con él. Dios sabe qué iba a pasar si nos metíamos los dos en una cama tan estrecha. De tan solo pensarlo me ponía a cien, aunque, el hecho el tener a otros dos tíos en el mismo cuarto me echaba para atrás. Contemplé sus ojos, he hice uso de a poca cordura que aún no se había llevado. Se lo estaba poniendo demasiado fácil. Me iba a meter en bajo sus sábanas por menos de nada. ¿Qué había hecho este chico conmigo? ¿Cuándo había cambiado tanto hasta tal punto de no reconocerme?
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Till The End [Draco Y Tú]
FanfictionEl día 2 de mayo de 1998, yo morí. Ahora, donde quiera que sea este sitio en el que estoy, recuerdo los últimos minutos de vida como algo incalculablemente preciado. Nunca habría imaginado que podría haber muerto de aquel modo; con Draco sujetándome...