Las nubes formaban pequeños jirones algodonosos de color blanco que, aunque seguramente no traerían nada de agua, eran lo suficiente densas como para impedir pasar los rayos de sol. Había salido con la intención de dar un paseo para despejarme la mente cuando me había encontrado con Neville y decidió acompañarme.
Las palabras de Ginny me habían tenido en vilo durante dos largos días. Ya no quedaba ningún rastro de la niña tan pacífica e innocua que había conocido en su momento. La nueva versión de Ginny estaba cargada de furia, y lo más peligroso era que iba por mí. Ya me lo avisó, y apostaría la cabeza a que si Ginny se llegaba a enterar de la verdad, no sería para irse con ella a la tumba.
La amenaza de Ginny me había hecho precipitarme en una decisión. Debía contarle a Neville la verdad. Tenía la obligación de hacerlo antes de que se enterase por otra persona y me tomase por una traidora. Si lo hacía, si supiera la verdad por boca de otro, habría perdido mi amistad con él, y no estaba en condiciones de quedarme sin el punto de apoyo más fuerte que conservaba. Aunque, ¿quién me garantizaba seguir preservando su amistad después de decirle la verdad? Nadie. Desgraciadamente nadie podía dar nada por seguro, pero debía hacerlo.
— Neville, tengo que decirte una cosa.
Di un largo suspiro. La bocanada de aire gélido me abrasaba los pulmones, pero no era comparable al malestar que me oprimía el pecho en aquel momento. Mis palabras lo pillaron con la guardia baja, y no tardó en apuntarme con una mirada cautelosa.
— Verás... es algo que he querido decirte desde hace mucho, pero no sabía como te lo iba a tomar, ni con qué ojos me verías después.
— Vale — asintió titubeando.
— Nos conocemos desde el año pasado. Sé que tienes mucha confianza en mí y que a lo largo de todo este tiempo los dos hemos forjado una muy buena a mistad. La cosa es que no quiero que, por culpa de lo que voy a decirte ahora, esa realización que tenemos se enturbie. No podría soportar perderte a ti también. Así que antes de tomar cualquier decisión te pido que seas comprensivo y me des un margen de tiempo para explicártelo todo.
— Sé lo que es, Jane.
El corazón se me detuvo momentáneamente y sentí que empezaba a palidecer. ¿Cómo era posible que lo supiera? Nos detuvimos, y entonces me percaté que estábamos bajo un sauce, junto a la orilla del lago negro.
Neville se sentó en una de las raíces sobresalientes del árbol y me indicó que hiciera lo mismo. Yo sin poder salir de mi asombro, acaté su orden al sin objeción alguna. Dios, ¿de verdad lo sabía? ¿Estaría Ginny en medio?
— Somos amigos desde hace tiempo, y honestamente, me molesta que no me lo hayas dicho antes.
Lo sabía...
— Lo sé, y te pido perdón, pero es que era algo que no te podía contar así como así. Tenía miedo de que te distanciaras de mí o que empezaras a odiarme...
— ¿Odiarte? Jane, tú no tienes la culpa de ello. Te entiendo, yo también he sentido cosas por la gente equivocada.
<<¿Qué?>>
— No me mires así. No pasa nada. Siento no poder corresponderte, pero ya sabes que no puedo hacerlo. No mientras tenga a Luna en la cabeza.
Casi me reí, y lo habría hecho de no ser por lo que se venía a continuación.
— No. Te estás adelantando, Neville. No te ofendas, pero lo que siento por ti no va más allá de un cariño amistoso. De verdad, ni te quiero más allá de los límites amistosos ni nada por el estilo.
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Till The End [Draco Y Tú]
Hayran KurguEl día 2 de mayo de 1998, yo morí. Ahora, donde quiera que sea este sitio en el que estoy, recuerdo los últimos minutos de vida como algo incalculablemente preciado. Nunca habría imaginado que podría haber muerto de aquel modo; con Draco sujetándome...