Capítulo 11

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La espera resulto ser agónica. Aun peor de lo que me esperaba. Sabía que las respuestas a mis preguntas serían duras, pero no me esperaba nada de lo ocurrido. Desde el día en el que vine a Hogwarts me imaginaba a mi verdadero padre como un mago generoso, trabajador, que, en su día, ni él ni mi madre pudieron hacerse cargo de mí, ya sea porque me concibieron muy jóvenes o cualquier cosa por el estilo. No obstante, jamás me hubiera imaginado que mi padre sería el responsable de probablemente miles de muertes. Me sentía decepcionada conmigo misma por haber sido tan ilusa, y por muy enfadada que estuviese con el mundo, no podía obviar el sentimiento que me martilleaba la cabeza constante mente, y es que muy en el fondo, me sentía dolida por el desprecio de propio padre.

<<Al menos ya conoces la razón por la que fuiste seleccionada en la casa de las serpientes. Ti padre es un asesino>> Lo que me llevó a preguntarme, ¿acaso el gorro seleccionador también me veía como una homicida? Si no, qué sentido tenía ponerme en Slytherin...

Cada vez que conseguía dormirme un poco, las pesadillas volvían a mí, aunque en una versión diferente, sin embargo, bastaban para azotar si ningún miramiento mi último gramo de cordura. Veía como un hombre sin rostro masacraba pueblo tras pueblo, torturaba y atormentaba a cada habitante de estos. Niños y niñas muertos, sus cuerpos tirados por las aceras. Los gritos corrompían el aire. Me sentía débil e impotente ante semejante masacre.

Tras haberme desvelado presa del pánico en cuatro ocasiones decidí que esperaría despierta hasta la hora del encuentro. Me senté, apoyando la cabeza en el cabecero. Empecé a imaginarme la historia de amor entre mis padres. De la manera más extraña y retorcida, en su romance nos vi reflejados a Draco y a mí...

Ahora pienso en aquel vacío que devoraba mis entrañas... Nunca supe quién era realmente hasta aquella noche... Una sensación de amargura se aferró a mi pecho, haciéndome la respiración más y más pesada. El hecho de que alguien pudiese vincularme con el mago más peligroso de todos los tiempos me aterraba, y fue por eso por lo que me sentía más sola de lo que jamás había estado.

El tic tac del reloj rompía la paz del cuarto. En transcurso de un segundo a otro se me antojaba una eternidad. Mi ropa, alrededor de la caldera aún seguía mojada. Continuaba con la mirada perdida en la noche, cuando la irritante voz de Parkinson se aproximaba a la habitación. Ágilmente, me deslicé por la cama, cubriéndome con las sábanas hasta la cabeza.

— No lo sé, pero es rarísimo — Escuché de pasada.

— No le des importancia, ¡es un capullo! — Dijo una segunda persona a la que no logré reconocer, pero a juzgar por su voz de canario, seria alguna de sus secuaces.

— Es que no lo entiendo ¡Ya ni me mira! Tengo que volver como sea a estar con él. Somos la pareja perfecta, tenemos que estar juntos.

Oigo un suspiro agotado para después escuchar:

— Deberías olvidarte de él...

— ¿Qué quieres decir con eso, Mandy?

— Solamente lo digo por tú bien. Bueno, es que... no sé... él parece haber pasado página ya, Pansy — La pobre chica media sus palabras, pero aun así ya había soltado la bomba que acabaría de destrozar a Pansy, y el huracán que próximamente saldría de la víbora más venenosa de Slytherin se acercaba.

— ¿¡Qué dices?! Escúchame Mandy, porque McClain haya preferido a Astoria en vez de a ti, no significa que a mí me vaya a pasar lo mismo.

Si alguna vez me había preguntado el motivo por el resentimiento colectivo hacia Pansy, ahora no tenía ninguna duda. Eso era de ser mala persona, incluso para ella. Honestamente, me sorprendía mucho que Pansy no se hubiese quedado sin amigas.

Till The End [Draco Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora