Capítulo 8

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— ¡¿A que viene esto?! — grité desquiciada —, quiero saber por qué me has estado evitando todo este tiempo.

Esperaba explicación, una buena explicación. Se llevó las manos a la cabeza, estirándose del pelo, frustrado.

— Es lo mejor para ti. No te convengo.

— Yo sé bien lo que me conviene o lo que no. No me saltes con esa excusa porque no me la trago.

Me miró exasperado.

— ¿No lo entiendes? No quiero ser responsable de lo que te pueda pasar.

Así que de eso se trataba... de la culpa.

— No te creo...

— Bien, tú ganas, ¿quieres saberlo? allá va — tragó con fuerza — Aposté con Blaise treinta galeones por ver quien se metía antes en las bragas de la mosquita muerta de Slytherin, y el muy hijo de puta hizo trampa. Sabía que le ganaría, estaba seguro de que tus labios estarían alrededor de ésta en poco tiempo, pero el muy carbón se me adelantó.

Poco a poco, me desvanecía en mi sitio.

— No te haces a la idea de las risas que nos echábamos cuando Blaise nos contó cómo chillabas, como chapoteabas en el agua, pidiendo ayuda...

No quise seguir escuchándolo. Me limite a salir corriendo.

¿Dolor? No, no fue dolor lo que sentí al escuchar las palabras de Draco Malfoy, más bien asco. Me los imaginaba regodeándose todas las noches a mi costa, relatando una y otra vez la asquerosa hazaña de Blaise. Era una necia por haber tenido la sola idea de que Draco pudiese sentir algo por mí, algo por alguien que no fuese él mismo. Cada día más me daba cuenta de que era una jodida idiota.

***

No tenía ánimo alguno, y menos aún ganas de comer. Se me cerró el estómago. Me propuse olvidarle y me juré a mí misma que lo conseguiría. Intentaba distraerme con lo que fuera, aunque no había gran cosa que hacer allí. Opté por leer, y funcionó, hasta que Pansy entró por la puerta, llevándose al garete todos mis esfuerzos por olvidar a Draco.

— Aún no me lo creo. A ver, que estaba claro que tarde o temprano pasaría, es decir, ¡somos la pareja ideal! — Espetó Pansy más alto de lo normal. Sus tres amigas (quienes se colaron en la habitación) escuchaban con una actitud fisgona.

— ¿Y cómo fue? — Inquirió una de ellas.

Como cuando hay un accidente no puedes evitar mirar a pesar de que sabes que tal vez te encuentres con una situación desagradable, y no pude evitar escuchar la conversación. ¡dios, mi sangre maruja afloraba! Fingí seguir leyendo mientras ellas seguían charlando. Pansy agarró una fracción de su cabello, jugueteando con él, queriendo ser ¿interesante? ¿pija? ¿Fina? no lo sabía, pero a mí parecer era payasa.

— Pues yo estaba en el pasillo de transfiguración, me llamó y me preguntó si quería ir a dar una vuelta con él. Anduvimos durante un tiempo, hablamos... me dijo que estaba arrepentido de haberme dejado, que todo lo que hizo fue para ponerme celosa.

Mítico, ''te he puesto a prueba''   ''era para ver si realmente me querías'' y bla bla bla. Al parecer no era yo la única ingenua. Sabía que era de Draco de quién hablaban, y a pesar de todo, no podía evitar estar dolida.

— ¿Y? — Todas se agarraron a un cojín esperando a ver como seguía. Me arrepentí de haber empezado a escuchar cuando los detalles empezaron a ser sexuales. Pansy les relataba a sus perros falderos su ''apasionado'' encuentro con Draco, y se aseguraba de que yo me enterase de todo.

Till The End [Draco Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora