Del resto del viaje no hay mucho que decir, aprendí a usar las puertas y seguimos viajando hasta llegar a nuestro destino que apareció delante nuestra tras pasar la decimocuarta puerta. He de decir que el planeta que tenían era muy grande, y me quedo corto, superaba con creces el tamaño de la tierra, tenía cuatro colores principales grandes masas verdes que esperaba fuesen bosques, amarillas en lo que parecía ser el Ecuador porque era un cinturón y dos que sin duda eran sus masas de agua, donde se distinguían las azules y las negras. Pregunté por las aguas de color negro a la Emperatriz y me dijo que esperara puesto que en cuanto aterrizáramos me lo explicarían todo con detalle y se me explicarían las dudas que me surgieran, por lo pronto dudaba de cómo dirigirme a ella, no entendía su nombre y no iba a ponerle un mote a la señora más poderosa que había conocido después de mi madre adoptiva quedándome sólo la opción de ir por lo seguro y dirigirme a ella por su título. Reparé entonces en el despliegue de seguridad que rodeaba al planeta, múltiples naves con cañones estaban a su alrededor en grupos repartidos por las tres direcciones del espacio, ninguna vino a por nosotros y el sistema de comunicación no dio señales por lo que supuse que todos reconocerían la nave en la que estábamos. Pasamos entonces a la zona de controles de acceso, en ella las naves venían de todas partes a una serie de estructuras en las que entraban por un extremo y salían por el otro, dirigiéndose después al planeta en lo que debería ser la reentrada a la atmósfera aunque para mí sería simplemente entrada puesto que nunca antes había estado allí. Pasamos el control y nos dirigimos a una zona concreta del planeta siguiendo una ruta que aparecía en la pantalla frontal de la nave, me sorprendí mucho en ese momento porque me di cuenta de que el idioma de los controles había cambiado y estaba todo en inglés, supe entonces que nos dirigíamos a la ciudad capital y vi sus coordenadas además de su posición en el mapa; y aparecía la dirección exacta a la que nos llevaría la nave una vez finalizara la reentrada, una universidad.
-Vamos a una universidad, espero que las pruebas esas no sean exámenes muy complicados porque no he estudiado mucho y el viaje éste sin dormir me ha dejado molido.
-Ya te espabilarán.
-¿Cómo que me espabilarán? Eso no suena nada bien, ¿ a qué te refieres?.
-Ya lo verás.
-Hay que mejorar la comunicación entre nosotros, no puedes decirme eso y dejarme en ascuas ahora-. Le dije con tono acusatorio, mientras me imaginaba el tipo de preguntas a las que me someterían, si no sé nada de su planeta, ¿cómo voy a pasarlas? A menos que sean sobre el mío, en ese caso sí puedo salir del paso.
-Van a explicarte a fondo lo que es el imperio y aunque yo te he explicado un poco lo más importante, en la universidad de la capital cuentan con unos medios que te van a gustar, vas a ver, oír, tocar, oler y experimentar con los 5 sentidos todo lo que somos.
-Has dicho sólo 4.
-Mira Romeo, hay más de 5 sentidos.
-Lo sé Julieta.
-Escucha, es una máquina de realidad virtual como las de tu mundo pero mucho más avanzada. Recrearán tanto la historia del imperio como la historia de tu planeta porque si quieres ser un buen imperial y un buen emperador debes conocerte bien a ti mismo y ello empieza por conocer tu historia.
-¿Listo para la simulación?
-Soy listo y estoy listo, pero espero que no me deje tonto como cuando me pasó con el ordenador.
-A ver si eres tan listo como para comprenderlo todo, aquí empiezan tus pruebas, si las pasas y no té hechas atrás, podrás ser emperador, sino ya veremos lo que hacemos contigo.
-Si eres tú la que lo hace, entonces, lo que quieras-. Respondí una sonrisa pícara.
-Ni lo sueñes, aún eres muy joven, si te dijera mi edad no me lanzarías los tejos de esa forma y estoy tentada de hacerlo-. Me dijo, no aún no soñaba con ello, y a pesar de saber que era seguramente mucho más longeva que yo, dicen que no hay edad para el amor y ese tren ya se me pasó una vez, no dejaría que se me volviera a escapar.
Durante la conversación la nave había terminado de entrar en la capas altas de la atmósfera, por las ventanas se observaba el cielo y ya había desaparecido la oscuridad del espacio. No había nubes porque aún estábamos muy altos pero se averiguaban tras los cristales unos pálidos tonos azules con tintes verdosos, a medida que se acercaba el suelo, el cielo se tornó azul, pero de un azul mucho más oscuro que el de la tierra, no había aún animales voladores porque aquella altura seguramente seguirá siendo demasiado y entonces me di cuenta de que estaba en un aprieto. Si el planeta era tan enrome, la gravedad que generaría sería a su vez muy fuerte, la ecuación de
Fuerza= [G (constante gravitacional) x M (masa del planeta, la que me asustaba pues era inmensa) x m (masa mía 90 kg)] / d^2 (distancia entre ambos al cuadrado )
F= GxMxm/ d^2
de donde deducía que moriría porque mi cuerpo no estaba adaptado a esas condiciones. Inmediatamente se lo dije a mi acompañante, y ella dejó escapar una sonrisa, y me dijo.
-¿Crees que no había pensado en ello?
-Seguramente, pero, cómo voy a sobrevivir cuando sigamos bajando, en la superficie me voy a quedar hecho un guiñapo.
-Durante el viaje te he suministrado vía aérea unos compuestos químicos que provocarán un estímulo fisiológico, tu anatomía reforzará los huesos, músculos y articulaciones y los fluidos internos se adaptarán ahora cuando te ponga esta inyección.
-Au, duele. Odio las agujas, ¿no habéis diseñado algo para no tener que usarlas?
-Sí.
-¿Y porqué me has pinchado?
-Porque hasta que no te ponga la inyección adaptadora a la teletransportacion médica tengo que hacerlo a la antigua. Lo siento pequeño.
-Espero que esa sea la próxima y la última. Pero ahora que lo pienso, ¿porqué no me has puesto esa desde el principio?
-Tiene graves efectos secundarios con-
-¡¡¡¿Graves queeeé?!!!-
-Efectos secundarios si se administra con el tratamiento de adaptación gravitatoria, me temo que aún te quedan unos años de inyecciones, porque el tratamiento es corto pero los efectos secundarios han llegado a aparecer hasta 40 años después, pero no te preocupes, sobrevivirás.
-Mierda, 40 años. ¿De los de aquí o de los míos? Porque los vuestros serán más largos verdad, por ley de Murfi.
-De los nuestros, 86 años 4 meses y algunos días del tuyo. Pero vas a cambiar tu ciclo de vida al nuestro, aquí el tiempo es más lento por nuestra forma de vida y lo disfrutamos más.
-Para que pregunto.
-Estamos llegando al final del trayecto-. Me dijo con otra sonrisa.
-Ahora vas a ver mi planeta, espero que te guste.
-Este va a ser a partir de ahora mi hogar, espero que la gente sea comprensiva conmigo y que no me rechacen, espero que este no sea el final del trayecto metafóricamente hablando,¿tú me entiendes a que sí?-.La puerta se abrió y yo estaba delante espectante cuando ella me empujó, empecé a caer ya que la nave no había llegado al suelo.
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La Verdadera Gran Historia del Universo.
Science FictionHumanos, este es el libro que sin saberlo estabais esperando. Prestadme atención, no os diré mi nombre ya que nombre no importa, lo que hago sí. Soy el encargado de enviar mensajes entre los planetas habitados del universo. Me dirijo en nombre de l...