-¿Aguas de menos de ocho metros de calado?- Preguntó sorprendido el literario que ya se había calmado.
-Claro, porqué crees que las olas eran tan pequeñas, esta zona está rodeada de bancos de arena y el navío de la flota no va a poder rescatarnos en menos de doce horas si no vamos nosotros hasta el límite de la zona de poco calado que nos separa; sino tendrán que dar la vuelta y acercarse a 30 kilómetros por el este después de haber recorrido 40 kilómetros rodeando ese banco de arenas. Sus aguas son someras pero hay un problema.
-¡Alégrame el día!
-Hay que superar una zona con una profundidad de 4 metros y nuestro barco tiene 7. Pero sólo tiene siete a velocidades bajas.
-Hay que volver a correr bastante pues.
-SI, ir al máximo sería lo más recomendable, nuestro calado sería mínimo, a penas un metro necesita el motor para elevar toda la masa y propulsarla a 120 kilómetros por hora, llegaríamos a nuestro barco de salvamento en 2 horas y con suerte no explotaremos por el camino.
-¿Cómo es que la teoría de todo no lo ha previsto?
-No es perfecta, aún tiene algunos fallos minúsculos, ten en cuenta que predice que prediga lo que prediga tú nunca estarás satisfecho y aumentarás el impacto de los errores haciendo que parezca que yerra más de lo que acierta y no es así.-Se defendió la personalidad de las predicciones.
-No puedo creer que seamos la misma persona.-Le insultó el literario.
-Yo tampoco, eres un absoluto toca cojones, pero ahora vas a sentarte a ponerte el cinturón que no hay, y a disfrutar del viaje de emergencia para ver si llegamos antes de que el barco sea ingobernable.
-¿Ingobernable?
-Se ha fastidiado la dirección, pero sólo eso.
-¿Vamos a viajar a más de 30 metros por segundo con un timón en mal estado?
-Sí.
-Y porqué no nos rendimos y vamos volando, no quiero seguir en este barco, dejemos de viajar en el modo antiguo, chicos venga por favor, no me hagáis esto; no hemos estado desarrollando tecnología para luego no usarla.
-Sólo se usará si es estrictamente necesario, y cómo no lo es, vamos a seguir con el plan.
-¿Y no podéis recalcular una ruta con éste barco que no nos obligue a ir con los militares?
-No te preocupes, vamos a llamar al mando militar, tú sigue aquí sentado y olvídate de todo, piensa en tu libro y en lo bien que el sistema de escritura automática lo va a relatar todo sin que tengas que tocar un sólo teclado.
-Tocar teclados me relaja, y no es perjudicial para la salud, cómo estar con vosotros.
-Disfruta del viaje anda.-Le dijeron y lo dejaron sentado en una de las sillas del comedor rodeado de platos y vasos rotos por el impacto, la mesa estaba volcada y buena parte de la comida de abordo estaba ahora en el mar alimentando a los peces que debían de estar bastante agradecidos a esa ola que tanta fortuna les había traído.
-¡Señor, una llamada de un barco superveloz! Dicen llevar a bordo a tres personalidades del emperador y requieren nuestra ayuda para transportarlos.
-Pues si los llevan que una personalidad se ponga en contacto conmigo, diles que le den la radio a uno competente. Y ponga el altavoz cuando esté hablando.
-Supongo que hablo con el capitán del barco FN302, ¿no?
-Sí, Flota Nacional 301, el 302 está en puerto por reparación y nosotros tenemos asignado un viaje hasta el puerto de Muster a 790 millas náuticas.
-Pues tendrán que modificar el recorrido y llevarnos hasta el punto 00 en el eje de coordenadas cartesianas del planeta, es una misión Imperial con importancia y tiene prioridad sobre las órdenes locales. Tiene nuestra posición así que venga lo más cerca posible, y vayan comunicando al mando de la flota la nueva, su barco no estará disponible durante los cinco días que durará nuestra travesía dada la velocidad máxima de su navío. ¿Tiene alguna objeción?
-No mi señor, a sus órdenes. Cambien rumbo, cierren ésta comunicación, y pónganme con el almirante Pteiro. Hay que recalcular las provisiones, quiero que en la cocina se encarguen de ello, reduzcan las raciones si es necesario pero hay que llevar al césar hasta el centro del mapa.
-Bueno, el aviso ya está dado, ahora hay que navegar con este campeón, y creo que no soy el más indicado, así que capitán, el barco es todo suyo, dele caña.
-¿Ya hemos llegado?- Preguntó el literario cuando la puerta del comedor volvió a abrirse y las otras dos personalidades entraron.
-Si, a partir de ahora nos llevará una fragata, te dejaremos en la cocina otra vez para que no vuelvas a dar un numerito gritando y dejando al imperio en evidencia por tu incapacidad manifiesta de comportarte cómo se requiere.
-¿Cuánto vamos a tardar?
-Cinco días, pero se te van a pasar volando después de esto.
-¿Después de qué? Ohhh, no un calmante no, ni seeee oooos ocurrraa doooooooor..miiiiirrmmee.
-Me encantan tus medicinas de efecto inmediato, la verdad, sólo por hacerle esto el viaje ya ha merecido la pena.
-Así que éste es el motivo al que obedece todo el tinglado, querías ponerle un calmante y joderle, ¿no?
-Si, claro,¿crees que la teoría si iba a equivocar con la predicción de una ola de tsunami?
-Lo tuyo no tiene arreglo, me temo que mis conocimientos de psicología nunca van a bastar para terminar de comprender cómo somos tan cabrones a pesar de ser tan inteligentes.
-Tú estabas a favor de dormirlo.
-La última vez que fue a un barco militar escribió una historia que casi nos cuesta una guerra, no tiene ningún reparo en decir lo que sea con tal de ganar lectores y lo sabemos todos.
-Lástima.
-¿Lástima de qué? ¿De él, ahora?
-No, de éste barco, se hundirá justo cuando llegué a puerto por una colisión con el muelle, se le romperá el timón en la aproximación final.
-Menudos elementos estamos hechos.
-Si, jajajajajajaja.
-Jajajajajajaja- Y ambos siguieron riendo mientras llevaban a la personalidad anestesiada sujetada de brazos y piernas a la cubierta para cambiar de navío y continuar su camino.
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La Verdadera Gran Historia del Universo.
Science FictionHumanos, este es el libro que sin saberlo estabais esperando. Prestadme atención, no os diré mi nombre ya que nombre no importa, lo que hago sí. Soy el encargado de enviar mensajes entre los planetas habitados del universo. Me dirijo en nombre de l...