La Historia de La Emperatriz: Un Nuevo Comienzo

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Despertó y su sentido del tacto le dijo que estaba tendida sobre una superficie blanda y que sus heridas se habían curado, su visita lo corroboró pues estaba tumbada sin un rasguño y con ropa que no era la suya en una inmensa cama rodeada de aparatos electrónicos que estaban controlando sus constantes vio uno del ritmo cardiaco y otros que no supo identificar pero le sorprendió que no parecían requerir contacto físico para sus lecturas, a continuación prestó atención a su oído y escuchó por encima del ruido de los aparatos el inconfundible sonido de una conversación, por último su olfato le captó un olor en el aire que hizo que se le abriera el apetito, trató de levantarse y entonces dejó de escuchar la conversación. Se puso en pie y buscó algo con lo que defenderse, pero no había nada a lo que echarle mano aparte de la almohada, y sin más remedio la asió con fuerza antes de que se abriera la única puerta de la habitación, que la separaba de donde había escuchado la conversación.

La puerta se abrió de par en par, aunque el sentido de apertura era hacia arriba, y dejó entrar a una persona que no se parecía en nada al joven con el que estaba cuando perdió la conciencia.
-Pareces mucho mejor.- Le dijo aquel tipo, era un hombre que aparentaba unos veintipocos, más alto que el joven, de tez morena, cabello oscuro y con una profunda mirada de preocupación estampada en sus ojos azules. Antes siquiera de poder contestar a Lia se le enrojecieron los mofletes, y el pulso le subió cómo indicó el medidor de pulsaciones pitando tras ella por el aumento repentino.
-No era mi intención sacarte de casa, ni que nada de esto pasase. Quiero pedirte perdón.
La mirada que le estaba dedicando era de absoluta tristeza y disculpa, pero no la haría olvidar que desde que apareció en su vida había truncado su camino, y nunca mejor dicho.

-¿Quién eres y dónde está Marte? La
-Yo soy el joven que te encontraste ayer, sólo que está es mi verdadera forma. Marte no es mi nombre, me llamo Aníbal aunque puedes seguir llamándome así. Estoy en una misión militar de reconocimiento. Debía averiguar si en vuestro planeta había espías infiltrados de la confederación Leucon, puesto que nos han atacado ves que así era.
-¿Porque han destruido mi casa?
-Les dije que era probable que el ejército nos atacara sin previo aviso, no me creyeron y murieron en el ataque. También trataron de destruir la nave planetaria, pero su verdadero objetivo son las personas que poseen información reveladora sobre ellos cómo tú y yo. Quieren invadir algunos planetas ricos en minerales para poder reforzar su flota espacial con más naves, pero han atacado planetas pacíficos y por eso llevamos casi 200 años de guerra. Lo de hoy demuestra que tienen planes para invadir Hopefull y es posible que también ataquen la Tierra, vuestro planeta natal. Necesito que me ayudes, a salvaros. Tú puedes convencer a mi gente para que actúe de forma contundente y creen una alianza para acabar con esta situación. Deben saber la verdad y de ti no dudarán.
-¿Qué quieres que yo que?
-Hables sobre lo que has visto, el ataque, la destrucción que han causado. Con un relato emotivo de la última superviviente del planeta seguro que los convenceremos.
-¿La última qué?
-Van a atacaros ahora que sabéis de su vida existencia, de aquí a que haya una reacción efectiva ya habrán acabado con Hopefull seguro. Es una pena, porque habéis demostrado un ingenio y una determinación verdaderamente increíbles para colonizarlo.
-Tenemos que volver y avisarles, podemos salvarlos, esta nave es más grande que la que nos ha sacado del planeta, seguro que puede salvar a mucha gente.- Dijo Lia en referencia a la nave en la que estaban y que efectivamente era mucho mayor que la pequeña nave planetaria.
-No podemos hacer frente a naves militares, salimos hace diez horas de las de tu mundo, seis ciclos para la medida de tiempo de los Leucon, ya habrá naves espaciales de tipo AAB, rápidas muy grandes con capacidad para portar hasta 10.000 soldados y 100.000 robots de combate y eso una de ellas. Nuestra misión ahora es convencer al consejo de las confederaciones de planetas de esta galaxia y confiar en que actúen antes de lleguen a la tierra.
Sé que esto es difícil de digerir, y comprender tan de golpe y porrazo lo complejo de la situación cuando hasta hace unos días pensabas que estabais solos en el universo es muy traumático, pero necesito saber si estás dispuesta a intentarlo.
-Si.

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