-Está todo bastante bien, teniendo en cuenta el ataque que acaban de recibir.-Comentaba la personalidad médica su acompañante, un joven que iba a ayudarle con el traslado de las dos pacientes de la nave a la estación espacial. Cada uno iba subido a un vehículo de carga que transportaba cada una de las cámaras de dormancia en las que estaban las jóvenes, iban recorriendo los pasillos, y todas las personas que les miraban les ponían caras de pocos amigos cuando reconocían a una de las personalidades del emperador al mando del segundo vehículo de carga.
-Bueno, no creo que les haya hecho mucha gracia, las alarmas suenan bastante fuerte, pero desde luego es lo mejor que les podía pasar, si el ataque hubiera sido real, estarían todos muertos y sus cadáveres flotando en el espacio.- Le contestó el joven.
-Chico, vuelve a decirme tu nombre, no me acuerdo.
-Te lo acabo de decir hace tres minutos cuando nos subimos a los montacargas, te lo repetí cuando cargamos las cámaras hace un minuto,¿y ya me lo estás preguntando otra vez?
-Si, mi memoria no es demasiado buena, eso está en estudio no te preocupes por ello, sólo dime cómo te llamabas, además no es que se un nombre fácil.
-Estudiuviglésiniano.
-Lo ves, tus padres te odian, quién le pone un nombre así a si hijo.
-Ya te he dicho porqué me llamo así.
-Por una apuesta perdida, sí lo sé, pero me sigue pareciendo endemoniadamente enrevesado.
-Yo no he dicho que no lo sea señor.
-No me llames señor, los formalismos sólo se los exijo a los altos cargos para que recuerden que no son unos ases cómo algunos a veces se creen.
-Una especie de memento mori, ¿no?
-Si, y por cierto, la siguiente a la derecha, esa es la sala que nos han asignado.
-De acuerdo.-Dijo el joven antes de girar y trazar con elegancia la curva, las cámaras junto con los vehículos acaban siendo un conjunto que medía unos dos metros y medio de longitud, había que conocer bien la dinámica del transporte y tener una buena visión espacial para no golpear las paredes; pero ambos lograron terminar el recorrido sin rozar una sola pared durante el recorrido de algo más de un kilómetro. Descargaron de forma rápida y precisa las cámaras y las conectaron al suministro energético de la estación espacial por medio de enchufes industriales de alto voltaje, después el joven volvería a la nave y el emperador bajaría al planeta para reunirse con las otras dos personalidades y llevar a cabo una de las tareas que más les gustaba a todos.
Pero antes tenía que pedir disculpas a toda la estación, por lo que se dirigió al puente y allí dio un breve discurso de condolencias por los daños causados, que duró unos tres minutos y en los que alabó la labor de todas las personas de la estación y les animó a seguir siendo lo que eran, un faro de esperanza en una región espacial poco dada a la paz. Aunque les advirtió de que en efecto el hecho de no haber sido jamás blanco de ataques a gran escala, no debía suponer una relajación en la seguridad de la estación o del planeta porque nunca se sabe a ciencia cierta y con total seguridad lo que va a ocurrir, aunque cómo el sabía, eso mismo que les estaba diciendo no era del todo cierto.
Tras dar su discurso, se preparó para embarcarse de nuevo en una misión en un planeta, y la palabra embarcarse nos viene que ni pintada, porque fue eso precisamente lo que hizo al teletransportarse a la cubierta del barco en el que estaban las otras dos personalidades y que ya viajaba rumbo al punto 0.0 de latitud y longitud de ese planeta.
Aunque antes de bajar miró por las ventanas de la estación hacia el punto al que iba a viajar, y lo que vio no le gustó mucho.
-Hola chicos, ya está todo listo allí arriba, ¿cómo va a ser el viaje?
-No has mirado la previsión del tiempo, nos mandan éste barco porque es el único lo suficientemente resistente y con los marinos lo suficientemente locos cómo para meterse dónde nos vamos a meter.-Le dijo el científico.
-No sueles dar ese tipo de respuestas muchas veces, ¿tan mal están las probabilidades de que lleguemos sanos y salvos?
-Bueno, la idea es poner al mal tiempo buena cara- le respondió mientras miraba las nubes negras que empezaban a hacerse visibles en el horizonte en forma de gran muro del que no se divisaban los límites. Y con una célula circular bajo la cuál la oscuridad era muy notoria que tendrían que atravesar puerto que el barco se encontraría en su ruta con varios cientos de esas antes de llegar a la zona verdaderamente problemática que era la que él había visto desde la órbita.
Fuentes:
http://blog.nuestroclima.com/seis-tormentas-sobre-el-mar-que-parecen-de-pelicula/
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La Verdadera Gran Historia del Universo.
Science FictionHumanos, este es el libro que sin saberlo estabais esperando. Prestadme atención, no os diré mi nombre ya que nombre no importa, lo que hago sí. Soy el encargado de enviar mensajes entre los planetas habitados del universo. Me dirijo en nombre de l...