"Que nos os engañen el resto de las personalidades, el fin del imperio es la guerra. Su medio es la guerra pues vivimos constantemente en ella, siempre hay alguien con quién luchar debemos ganar todas nuestras luchas porque somos el imperio y muchos desean tener lo que nosotros tenemos y para mantenernos no podemos mostrar debilidad. Entre una batalla perdida y una batalla ganada la diferencia es inmensa y sobre esa diferencia se levantan los imperios, así lo dijo Napoleón Bonaparte y así es, pero para ganar siempre hay que conocerse a uno mismo y al enemigo para saber siempre que es lo que puedes esperar de él y de ti para actuar en consecuencia y usar la mejor de las estrategias, esta es otra de mis máximas y la dijo Stzun Zu. Estas breves palabras que os digo, deben serviros para que por mucha justificación que hagan sepáis que esa es la verdad". Fragmento "El verdadero arte de la guerra", os preguntaréis porque continuo mi relato con este fragmento y es porque el viaje de los dioses es en última instancia una prueba de auto-superación, auto-conocimiento y autocontrol y Stzun Zu lo refleja en su filosofía de no haberla llegado a conocer hoy no estaría aquí; por parte de la frase de Napoleón lo que debéis extraer es que sólo la Victoria me era útil y o la alcanzaba o moría en el intento. Dicho esto proceso a continuar con la narración, ya os avisé de qué parte de los recuerdos sobre los acontecimientos siguientes nos faltan a todas las personalidades y la única que tiene las cosas más o menos claras es el ello de la buena memoria o como lo llamamos en el registro escrito informal, el memorístico.
El caso es que fui con ella a clase, pero antes me dijo cómo transformarme para poder ir con un tamaño acorde al suyo pues los alumnos medirían entorno a 3 metros como mucho y en el l aula yo con el tamaño de los gigantones no cabría. La clave estaba en concentrarse y cerrar los ojos hasta que se activaba un sentido que me habían puesto y que los humanos normales, como el que era antes de la metamorfosis, no tienen y que permite al ser elegir a qué fenotipo (forma o apariencia externa) y genotipo (los genes que el va a desarrollar para poder transformarse) quiere evolucionar permitiéndole además regular si actividad corporal para controlar en todo momento que se mantiene la homeostasis o también dicho el equilibrio interno del organismo. La ciencia en este aspecto estaba a años luz de la de la tierra dónde nadie soñaba siquiera con transformar a placer los genes de un organismo de aquella forma, pero allí estaba transformado en 10 segundos en un ser humano de 2 metros 75 centímetros que era bastante acorde a lo que media mi acompañante. Empezamos a caminar, a los 5 minutos le dije una cosa bastante obvia.
-Si no me hubiera transformado y me hubieras dejado cogerte habríamos llegado ya seguro.
-¿Quieres cogerme? En qué sentido, ¿en brazos? ¿O en la acepción americana?- me contestó con una sonrisa pícara. Pero para estropear el momento se volvió a convertir en un erizo que me miraba con una sonrisa bastante burlona.
-Mi perro se comía los erizos de mi jardín, si estuviera aquí no evitaría que hiciera lo mismo contigo.
-Me encanta como te enfadas, y apoyas con tu actitud mi teoría de que a los machos humanos se les enamora por la vista.
-Me dan ganas de volverme por donde he venido.
-¿Para qué, volver al palacio o a la zona de las máquinas de entretenimiento a jugar al geomtry dash para no volver a pasar del nivel de la teoría de todo?
-Cualquier opción mejor que ir contigo en este plan.
-No me ofendes, soy una orgullosa hembra de erizus hipaneamia, mi especia ha aguantado durante mucho tiempo la discriminación y los ataques de aquellos que por ser diferentes nos echaban la culpa de todo, mi especia siempre ha sido un chivo expiatorio y aún lo es en algunas partes de este universo de mierda. Tu actitud muestra una inmadurez total, normal que te admitieran para pasar la prueba de imperial, pero no llegarás a pasar la de dios y me alegro, te he mostrado mi apoyo y no te he atacado en ningún momento, he esperado treinta años para volver a verte consciente y te he visitado cuando estabas en la prueba. ¿Tanto le cuesta a los humanos tener empatía?
-No sigas por ese camino, ¿atacar a la comunidad humana por mis actos no es precisamente ser racista y discriminar?
-No son sólo tus actos, los planetas de humanos no deberían existir después de lo que muchos han hecho.
-¿Qué han hecho? Cuéntamelo, yo no lo sé y te pido perdón por mi ofensa.
-Ofensa, si por supuesto que te perdono pero no te contaré nada hasta que lleguemos a la clase. Hoy voy a saltarme el temario aprovechando que vienes a clase.
-Todo esto ha sido a raíz de la tardanza, ¿nos falta mucho para llegar?
-Al final del próximo pasillo.
El próximo pasillo requirió 10 minutos de caminata para acabarse, y su última puerta daba a un aula enorme llena de alumnos que esperaban a su profesora sentados y hablando entre ellos aunque en un tono no muy elevado.
-¡Chicas siento la tardanza! Hoy vamos a tener una clase de historia de los conflictos bélicos, ya que el ultimo candidato a emperador nos acompaña, por favor saludadle.- La clase entera me saludó con una reverencia a la que respondí con otra cuando ellos acabaron la suya, lo siguiente que debéis saber y os sorprenderá es que allí no había ni un sólo humano, todos eran seres antropomorfos, los había parecidos a lagartos pero eran la minoría y el resto guardaban similitud con animales de la tierra como los lobos, los gatos y zorros (si había hembras de zorro, no se vengan arriba). En la zona del alumnado no había ni un asiento libre así que me puse de pie junto a la puerta mientras ella llegaba hasta la mesa del profesor. El siguiente dato curioso es que la gran mayoría eran hembras y lo sé por el tipo de ropa que llevaban y su fenotipo o rasgos corporales que por fortuna todas y todos llevaban bien tapados y si os soy sincero aquello fue un alivio y aún así la situación me resultó muy incómoda. Para más mala suerte lo siguiente que pasó me obligó a ponerme en el centro de aquella aula semicircular con la mesa de la profesora en el centro.
-Alumnas me temo que el ordenador está instalando actualizaciones y hasta que no arranque no podremos poner en internet una línea del tiempo con los conflictos importantes de los últimos tiempos, así que hasta entonces porque no escuchamos auto presentarse a nuestro futuro emperador, si el azar así lo quiere.
Me puse bastante nervioso y aunque tenía ganas de volver por dónde había venido, aquella sería para mí la primera ocasión de hablar en público de verdad en el imperio, y una vez posicionado donde todos pudieran verme comencé mi discurso.
-Hola, soy Lulaka Viringanine, vengo de la tierra y cómo pueden observar soy humano. No me andaré con rodeos, ¿cuántos de vosotros sois humanos?- les pregunté porque era lo único que se me ocurrió.
Quién me contestó fue la profesora, de cuyo nombre no quiero acordarme.
-Lulaka, me temo que no hay humanos en esta clase salvo tú. Y que en la facultad cómo norma obligatoria se debe usar el género femenino para hacer referencia al conjunto de la clase si hay mayoría de hembras como es el caso.
-Vale, sigo presentándome entonces, tengo 19 años y aunque he pasado 30 en un laboratorio para tener el cuerpo que estáis viendo y que es la prueba de que ya soy un imperial, no he vivido esos años y en mi mente sigo teniéndolos. Veo por las medidas feminista que os he de hablar de vosotras, así que voy a preguntaros algunas cosas sencillas para que me conteste la que quiera. ¿Qué edad tenéis?
Una mano se levantó en la segunda fila, y la profesora le dio permiso para hablar.
-¿Cuánto me echas a mí?- la situación acababa de ponerse peliaguda, la apariencia de aquella perra (sin ofender y sin malas intenciones que nuestro lenguaje las tiene) era la de un ser joven, pero teniendo en cuenta que la profesora que estaba detrás mía también parecía bastante joven, no tenía ni idea. Si tiraba por lo alto se ofendería pero si lo hacía por una edad baja también podría acabar mal, así que usé el comodín del público.
-¿Algún alma caritativa que me lo diga?
-Cien mil años- gritó una voz; -Ciento doce mil- dijo otra.
-Bien, pueden ser, ¿mil años?- me aventuré.
-No, ciento seis mil, soy la mayor de la clase con diferencia y esta es mi séptima carrera. Has tirado por lo bajo, ¿intentabas no ofenderme?- me preguntó.
-Sí, no se puede poner años de más a una hembra, eso es en todas partes, ¿verdad?
-Cierto- me contestaron todos o mejor dicho todas.
-¿Cuánto le falta a ese ordenador?- me vi obligado a preguntar a la maestra.
-No lo sé, la vida de s eso que pasa mientras las computadoras de la universidad instalan actualizaciones. Sigue entreteniendo a las fieras un poco más.- me respondió
-Ya que vamos con el tema de los conflictos, ¿recordáis haber visto o vivido alguno? Teniendo en cuenta lo longevos. Perdón longevas que sois, alguno habréis vivido, ¿no?
Todas las manos se levantaron pidiendo la palabra y dejándome claro en una visión en forma de manos alzadas cómo la guerra estaba claramente presente delante mía, el fantasma de la guerra no me dejaría aunque fuera a la capital de la nación más poderosa y eso me marcó.
-Id hablando por orden alfabético, sé que os lo sabéis así que no os saltéis las unas a las otras.- el primer alumno que habló, al igual que el segundo, el tercero y todos los demás hicieron referencia a una guerra que hubo entre los planetas de una zona cercana que no sabría identificar en el mapa en 3 dimensiones del universo hasta poco después, las alumnas también la hicieron blanco de sus comentarios y eso me resultó extraño pues la guerra era cuanto menos peculiar. Aquella fue la primera vez que oí de la guerra de los sistemas y para seros sincero me quedé patidifuso tras escuchar lo que los alumnos me contaban y que habían oído tanto de relatos de gente que la había vivido en sus propias carnes, o de otros y de las noticias publicadas por los medios de comunicación.
Tuve que pedir que me explicaran cómo podían tener tantos sistemas políticos, económicos y sociales. Y la maestra fue quién me lo contó todo y recuerdo poco de esa explicación pero yo os la diré con mis propias palabras.
El caso es que cada nación que por lo general suele ocupar todo un planeta o varios si se da el caso tiene su propia política interna es decir, los hay capitalistas, comunistas, anarquistas y dentro de eso todas las diferentes modalidades y ámbitos de aplicación; en la tierra aquello me habría resultado impensable, que todos los sistemas pudieran funcionar y eso los económicos que aparte estaban los políticos: democracias, dictaduras y dictablandas , aristocracias; combinándose por tanto en los estados la existencia de gobiernos en los que una sola persona mandaba con aquellos en los que eran varias y los de todo el pueblo tanto por representación (España por ejemplo) como por vía directa que eran los gobiernos más complejos que existían. Todos daban buenos resultados al fin y al cabo, pues dependían siempre de la gente y la gente es la que destroza un sistema y lo perversiona o lo vuelve el mejor habido y por haber. Con esto y con todo, la guerra de la que me hablaron sucedió hace mucho tiempo y aunque fue importante tanto en número de planetas implicados como de tecnologías que estos poseían, esto último empeora las guerras, no es a día de hoy el peor conflicto ni de lejos entra en la categoría de los importantes.
En la guerra a la que ellas me hacían referencia se pelearon por motivos que ya no se recuerdan y que seguro no merecían la pena a juicio ni mío ni vuestro, pues nada justifica matar y si creéis que sí pues espero que salgáis de vuestro error pronto.
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La Verdadera Gran Historia del Universo.
Science FictionHumanos, este es el libro que sin saberlo estabais esperando. Prestadme atención, no os diré mi nombre ya que nombre no importa, lo que hago sí. Soy el encargado de enviar mensajes entre los planetas habitados del universo. Me dirijo en nombre de l...