Nila tardó una hora en conseguir comprarla gracias a que la próxima noche pasaría cerca del planeta un cometa la gente estaba haciendo las compras de última hora antes de irse a trabajar todo el día. Y una vez la tuvo disparo tres balas, una por guarda y atravesó el portal, cuando llegó al otro lado la detuvieron de forma inmediata ya entre portales no sólo viaja gente, también ondas y las cámaras de seguridad poseen un circuito especial de forma que si se corta, el portal se cierra. Nila sabía que sería detenida pero retenida y juzgada por las autoridades del planeta máximo, había escrito una nota de despedida y la había dejado en poder de un vecino de confianza para que se la diera a su madre y su padre. En ella se despedía de toda la familia y les agradecía haberla cuidado y querido como lo habían hecho, lo último que les pedía era que se pusieran a salvo en un refugio, porque ese día caerían las bombas. Lo que Nila no sabía es que no caerían bombas ese día ni ningún otro en el planeta que dejaba atrás. En el planeta máximo era medio día y aunque el sol estaba en lo más alto hacía mucho frío, Nila estaba bien abrigada pues ya había previsto aquello, la Capital de Máximo, a donde llevan todos los portales que estén abiertos con otros planetas, era una ciudad construida en las montañas a gran altitud. A Nila le faltaba el aire, estaba más cerca de Maj, de cumplir su mayor deseo.
-Sube jovencita.-le ordenó un policía.
Nila desarmada pero aún convencida de que su plan saldría bien subió y permaneció en silencio, cualquier cosa que dijera podría usarse en su contra.
-Tienes derecho a una llamada, aunque estemos en estado de guerra, deberías haberte metido esas tres balas en la cabeza zorra has matado a tres inocentes guardas para qué eh para acabar pudriéndote en el calabozo.- le dijo el carcelero una vez hubo ingresado en el calabozo. Después la llevó escoltándola junto con otro carcelero a su celda donde en una pantalla puso su huella dactilar y activó la función de llamada, después ambos salieron dejándola sola con la llamada en curso.
-Hola quién llama.
-Maj soy yo Nila, estoy detenida aquí en máximo, no importa porque, ven por favor a la capital usa un portal y ven a verme. Me he escapado de casa y necesito decirte que.-La línea se corta y Nila deja de escuchar por el teléfono, unos segundos después se va la luz. Nila no esperaba que aquello fuera a empezar tan pronto, deseó que Maj y todos los demás, su familia, la familia de Maj, los pocos amigos de la universidad estuvieran a salvo. Entonces empezaron a caer las bombas, sabía que los escudos de defensa que el ejército había puesto a punto tras la declaración de guerra del día anterior aguantaban porque sólo se escuchaban las explosiones restallar y no se sentía el suelo temblar por el derrumbe de ninguno de los majestuosos edificios de la capital. Todos los aparatos eléctricos, relojes, teléfonos, todo estaba estropeado no había luz y aquel sótano oscuro pero al menos cálido poblaría las peores pesadillas de Nila en el futuro. ¿Dónde está nuestro ejército? se preguntó Nila, todos los días los regímenes totalitarios presumían de su supuesta supremacia militar sobre buena parte del resto de naciones. Nila se sorprendió a sí misma admitiendo que la guerra no tenía sentido, ella como el resto de la sociedad no había hecho nada para evitar que se llegara a aquella situación, y la gran y poderosa economía de los regímenes totalitarios requería una guerra para salir de la crisis en la que estaba inmersa. Nila recordó las clases de historia y como después de las grandes crisis las naciones entraban en guerra o bien contra una de la liga, o con una ajena, el líder Fabius era quién había incitado todo aquello, él era el culpable, su planeta era el único que no conseguía salir de la crisis en la que llevaba años inmerso, fabricaban las naves militares más poderosas de la liga totalitaria y por ello toda la liga les respaldaba y respetaba. Pero a raíz de la pelea por esos planetas del borde habían acabado enfrentados a la nación feudalizada que estaba mostrando en aquel instante su cara menos amable si es que aquellos seres temían alguna. Nila se prometió acabar con el líder Fabius y con quién quiera que dirigiera aquella nación que les estaba atacando. Nila se prometió no volver a dejarse llevar por la desesperación como le ocurrió a su abuela biología, antes de morir. Nila se prometió confesarse a Maj y sacarla de ese infierno, pero jamás cumpliría esa promesa ni ninguna si no conseguía salir de aquella celda. No puedo respirar, sin corriente aquí no entra aire fresco, moriré si no abro la puta puerta pensó, se levantó del suelo y no estaba aún en pie cuando un estruendo ensordecedor y una enorme vibración la tiraron al suelo. Los escudos han caído, las bombas ya llegan al suelo. Si no salgo de este edificio me sepultarán bajo el peso de cuarenta pisos. Pero fuera una bomba me matará seguro. A estas alturas ya no funcionarán los portales, como llegare hasta la zona en la que estaba Maj, no puedo andar tanta distancia y menos aún con el enemigo encima. Deja de pensar tan a largo plazo, si no sales de este cuarto estarás muerta en unas pocas horas, a éste sótano ya no le queda oxígeno. Entones las cosas empeoraron, volvió la luz y todos los aparatos volvieron a funcionar y Nila pudo escuchar tímidamente que desde fuera llegaba una voz, probablemente un mensaje para desmoralizar del enemigo, aunque no podía entender lo que decía. Después todo volvió a la oscuridad y siguieron sonando de nuevo las bombas pero una acertó al edificio y Nila sintió que todo volvía a temblar, las paredes se agrietaron y se cayeron pero las vigas resistieron, no lo dudó salió corriendo y en su huida esquivó varios trozos del techo que cayeron abriendo en el suelo agujeros.
Increíblemente consiguió llegar a la puerta, y allí en una pequeña pantalla vio repetido el mensaje del enemigo, su planeta había sido destruido por el enemigo que había usado el cometa que pasaba aquella noche como arma y sacándolo de su órbita lo había hecho colisionar con el planeta. Están todos muertos, no puede ser, tengo que salir de aquí tengo que ir a por Maj al menos debo salvarla a ella. Parecía que todos hubieran huido, pero cuando llegó a la puerta supo que no llegaría más lejos, supo que su vida acababa de perder su sentido. Cuando llegó a la puerta, vio el cadavér de Maj. Las bombas caían a su alrededor una creó una espesa nube de cenizas pero ya no le importaba, su vida ya había llegado a su fin.
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La Verdadera Gran Historia del Universo.
Ficção CientíficaHumanos, este es el libro que sin saberlo estabais esperando. Prestadme atención, no os diré mi nombre ya que nombre no importa, lo que hago sí. Soy el encargado de enviar mensajes entre los planetas habitados del universo. Me dirijo en nombre de l...