-¡Iria!
-¿Qué pasa, mamá?-Dije con un suspiro.
-¡Date prisa, llegarás tarde!
-Ya voy, mamá...-Cedí yo.
Me levanté de la cama con un gran esfuerzo y me dirigí al baño. Cuando entré, cerré la puerta detrás mía y me dispuse a echarle una mirada a la chica del espejo.
-¡Oh, madre mía! ¿Esa soy yo?- Exclamé al ver mi pelo despeinado y mi cara hinchada de recién levantada.
-Sí, cariño, esa eres tú.
<<Cállate, mamá>> -Pensé
Cogí el cepillo y comencé a estirarme de los pelos, con el fin de que se quedaran presentables. Estuve bastante tiempo intentando alisármelo, pero no pude, así que opté por darme una ducha.
Cuando acabé, y ya me había enrollado la toalla, visualicé que la estufa se había estropeado.
-Bah, ningún problema.-Me dije a mí misma.
Acerqué una mano a la estufa. De ella brotaron diminutas llamas de fuego hasta hacerse lo suficientemente grande como para poner en marcha una estufa barata. Tuve éxito al principio, hasta que percibí un ligero olor a quemado, me volví hacia la estufa y con la boca abierta contemplé como se incendiaba mi dichoso aparato, y con él las cortinas de la ducha...
No tuve que llamarla, cuando me dí cuenta ya estaba al lado mía.
-¿Otra vez?-Exclamó ella. No había ni una chispa de enfado en su rostro, lo cual no me sorprendió. No era la primera vez que se la liaba con la estufa.
-Lo sien....-No pude acabar la frase. Mi madre ya había empezado a apagar el fuego.
En un abrir y cerrar de ojos, las llamas desaparecieron de mi baño.
-Cariño, la próxima vez que no te funcione la estufa, sólo tienes que llamarme.¿De acuerdo?-Me dijo con una sonrisita traviesa.
-De acuerdo mamá. Lo siento.
Me miró por última vez sin perder la sonrisa. Luego, desapareció por el pasillo,en dirección al salón.
Me quedé allí quieta, pensativa. Volví a mi habitación roja de vergüenza, como todas las veces que incendiaba la estufa.
Abrí el armario y me dispuse a elegir un conjunto apropiado para una entrevista. Al final, opté por ponerme un vestido y un par de sandalias, después de todo, solo era una entrevista.
-¿Estás lista ya?-Me gritó mi madre desde donde estuviera.
-¡Ya casi estoy!-Le respondí.
Aligeré el paso hacia la cocina, donde me encontré a mi madre. Siempre suele estar en la cocina, le gusta hacerme el desayuno.
-Aquí tienes tu desayuno.-Me señaló la encimera. No había nada.
-Ahí no hay ningún desayuno que yo pueda ver, mamá.
-Lo sé.-Se rió.-Ya sabes que no tardo nada en hacértelo. Dame dos segundos.
En cuanto pronunció esas palabras, me despeinó de nuevo el aire que provenía de su lugar.
-Aquí tienes.-Me dijo ella con el plato en las manos. Efectivamente, tardó dos segundos en hacerme un sándwich con mantequilla y jamón york.
-¿Podrías dejar de usar tus poderes cuando me preparas el desayuno?-Le dije agarrando el plato.
Ella sonrió.
-¿No crees que así es más divertido?
-Para ti, que te divierte hacerlo todo a velocidad. En cambio, a mí me despeinas todas las dichosas mañanas.
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¿Esa Soy Yo?
Science FictionElla era una chica normal, incapaz de manejar su furia. La buscan, pero ella se esconde. Le hablan, pero ella calla. La encuentran, pero ella escapa. Él era un chico normal, capaz de enfrentarse a la ira de ella. Lo manejan, pero él corta las cuerd...